PSOE Y PP DEBEN HACER FRENTE JUNTOS AL DESAFÍO DE IBARRETXE

 

 Editorial de  “El Mundo” del 09/01/2005

 

Por su interés y relevancia, he seleccionado el editorial que sigue para incluirlo en este sitio web. (L. B.-B.)

 

Es cierto, como ayer se encargó de recordar Zapatero, que el próximo viernes será la cuarta vez que recibe a Rajoy desde su llegada al poder, y que esta cifra supera ya el número de veces que fue invitado él a La Moncloa cuando el jefe del Gobierno era Aznar.Este dato viene a corroborar la ya proverbial proclividad al diálogo del actual presidente, que sin duda constituye una de sus principales cualidades, tanto políticas como personales.Ahora bien, a los ciudadanos no les basta con una foto de Zapatero y Rajoy juntos en La Moncloa, ni tampoco con saber que están esencialmente de acuerdo en su rechazo al plan Ibarretxe. El sondeo que hoy publicamos -el primero que se difunde desde la aprobación de dicho plan- demuestra hasta qué punto la ciudadanía desea que el PSOE y el PP sumen fuerzas a la hora de hacer frente al mayor desafío secesionista jamás presentado a la España constitucional.Frente al 24,1% que considera que Zapatero debería seguir apoyándose en IU y ERC para gobernar, un rotundo 49,5% aboga por que el PSOE llegue a un acuerdo parlamentario con el PP. La postura de los votantes socialistas es particularmente interesante a este respecto: el 36,9% apoya un pacto con los populares, tan sólo dos puntos menos de los que prefieren el difícil equilibrio actual.

La reacción de la opinión pública española es perfectamente lógica.Y es que resulta imposible obviar la flagrante contradicción que supone que el Gobierno que debe hacer frente al órdago separatista dependa, por un lado, de una formación que ha votado a favor del proyecto de Ibarretxe en Vitoria y, por otro, de un partido que propugna la independencia para Cataluña. Los ciudadanos reclaman al PSOE coherencia y una alianza con el otro gran partido constitucionalista, que es el PP. Tanto es así que el sondeo refleja un práctico empate entre quienes creen que este ataque a nuestro modelo de convivencia justificaría incluso un Gobierno de coalición PSOEPP y quienes no lo consideran necesario.

Sin recurrir a esta solución -que además de inédita parece improbable, aunque la apoye el 52,8% de los votantes del PP y el 31,9% de los del PSOE- sí hay margen para reclamar a los dos grandes partidos una acción firme y conjunta. Zapatero anunció ayer que mantendrá una postura «coincidente» con Rajoy en el rechazo al plan Ibarretxe en el Congreso, una oferta que el PP rápidamente aceptó. Este es un paso positivo, aunque la estrategia de colaboración debe ir más lejos. La mayoría de los ciudadanos considera que la respuesta del Gobierno al desafío nacionalista está siendo demasiado blanda, una valoración que comparte un sector nada desdeñable del PSOE.Aunque se entiende que el Gobierno prefiera desvincularse del planteamiento algo precipitado del presidente extremeño -que en sintonía con Fraga recordó que la legalidad contempla la posibilidad de suspender la autonomía- debe saber que para muchos ciudadanos dicha opción no es descabellada. El 43,7% es partidario de suspender la autonomía vasca si Ibarretxe pusiera en marcha su plan de forma unilateral, frente al 33,9% que se opone a ello.

En cualquier caso, el primer deber del Gobierno es reforzar, con el apoyo del PP, las iniciativas en los planos político y jurídico. Así lo cree una rotunda mayoría de los ciudadanos que, independientemente de su afiliación política, está de acuerdo con Rajoy en que el Ejecutivo debe impugnar el plan Ibarretxe ante el Constitucional. Para ellos las rivalidades partidistas y las estrategias electorales son secundarias a la necesidad de frenar, con todos los medios que contempla la ley, el intento de hacer añicos la unidad de España. Socialistas y populares harían bien en escucharles.