ENTREVISTA A MARIANO RAJOY

 

que anticipa las dos iniciativas clave que planteara ante la conferencia del PP. Por CASIMIRO GARCIA-ABADILLO  en “El Mundo” del 03.10.05

 

 

'Propongo reformar la Constitución para que las competencias del Estado sean intocables'

 

«También estoy dispuesto a proponer la reforma de la Ley Electoral: si las Cortes no pueden decidir sobre lo que ocurra en Cataluña, ¿por qué van a decidir los políticos catalanes sobre lo que ocurra en el resto de España?»

 

 Por su interés y relevancia, he seleccionado la entrevista que sigue para incluirla en este sitio web. (L. B.-B.)

 

MADRID.- El líder del PP, Mariano Rajoy, cree que estamos en un momento crucial para el futuro de España. Dice que la aprobación del Estatuto de Cataluña rompe el consenso constitucional, columna vertebral de la democracia en el último cuarto de siglo.

Enérgico, decepcionado con el presidente del Gobierno, lanza dos propuestas que van a suponer una auténtica revolución en el panorama político: reforma de la Constitución para fijar las competencias exclusivas del Estado, y reforma de la ley electoral para evitar desmanes como el ocurrido en Cataluña. El choque frontal ha comenzado.

 

PREGUNTA.- ¿Qué valoración hace del Estatuto que acaba de ser aprobado por el Parlamento de Cataluña?

 

RESPUESTA.- No estamos ante una reforma del Estatuto, sino ante una reforma de la Constitución, ante una ruptura del consenso de la Transición, ante un cambio del modelo de Estado y ante una liquidación, impulsada por el Partido Socialista, del principio de igualdad entre los españoles. A partir de ahora, los políticos de Cataluña podrán decidir sobre el futuro de todos los españoles, pero las Cortes Generales no podrán decidir nada sobre lo que ocurra en Cataluña.

 

P.- ¿Podría explicarnos qué consecuencias va a tener para España?

 

R.- La más importante es que las Cortes pierden la soberanía nacional. A partir de ahí, ninguna decisión que afecte a Cataluña la podrán tomar las Cortes Generales. El Congreso podrá decidir sobre Zamora, sobre Jaén o sobre Pontevedra y, sin embargo, no podrá adoptar ninguna decisión sobre Cataluña. Esa es la consecuencia más grave de todo esto. Por tanto, lo que se ha roto es el principio de soberanía nacional. Desde el punto de vista económico, entramos en una situación muy difícil, porque la Generalitat pasa a recaudar todos los impuestos con capacidad normativa y luego dirá lo que aporta o lo que no aporta en unas conversaciones en las cuales ni el Estado, ni las Cortes, tienen la facultad de decidir.

 

P.- ¿Se puede decir que con el modelo de financiación que se ha aprobado las regiones más pobres van a salir perdiendo?

 

R.- Las regiones más pobres de España van a salir trituradas.Y si este modelo se extendiera a otras dos comunidades como Madrid y Baleares, la posibilidad del Estado de hacer cualquier labor de cohesión social quedaría finiquitada para siempre. Es decir, esto es dramático para España.

 

P.- ¿Usted se ha planteado alguna vez la posibilidad de reclamar un modelo similar para regiones como Madrid o Baleares?

 

R.- El Partido Popular lo que va a defender es lo que han defendido los españoles a lo largo de estos últimos años. Una España en la que haya igualdad para todos los españoles, una España en la que haya cohesión social. Eso es lo que va a defender el PP.Esta batalla la vamos a dar en el Parlamento, que es donde corresponde.

 

P.- ¿Cómo se ha llegado a esto? Es decir, ¿cuál ha sido el mecanismo para que un sistema que ha funcionado relativamente bien durante el último cuarto de siglo de repente salte por los aires?

 

R.- Hay una razón fundamental, básica, capital. A mí no me sorprenden los planteamientos de los partidos nacionalistas, los conocemos.No han hecho otra cosa distinta de lo que han venido anunciando.La razón esencial de lo que ha pasado aquí es que España está presidida por una persona que ha acreditado una irresponsabilidad manifiesta. Es decir, el presidente del Gobierno se ha convertido en un problema para España porque ni garantiza la vigencia de la Constitución, ni garantiza la igualdad de los españoles y ni siquiera, después de lo que hemos visto en estos últimos tiempos, garantiza la integridad territorial y nuestras propias fronteras.Esa es la razón, la irresponsabilidad de quien está al frente del Gobierno. No busquen otras.

 

P.- El PSOE le acusa a usted de ser demasiado alarmista. La vicepresidenta afirmó el viernes que el Estatuto sufrirá retoques en el Congreso de los Diputados para que se ciña a la Constitución.

 

R.- Si eso es verdad, lo pueden demostrar tramitando esta reforma como una reforma de la Constitución. Aquí no estamos ante una reforma del Estatuto, estamos ante una reforma de la Constitución.En cualquier caso, yo no tengo esa impresión. Es probable que algunos socialistas piensen así, pero yo tengo la convicción de que lo que pretende el señor Rodríguez Zapatero, que en su día afirmó que no modificaría nada que fuese aprobado por el Parlamento de Cataluña, es hacer algún retoque cosmético, no sustancial.

 

P.- La cuestión es si el Estatuto se va a aprobar por mayoría simple o por dos tercios en las Cortes.

 

R.- Cuando se tramitó el plan Ibarretxe, yo me opuse a que se debatiera como una reforma del Estatuto. Me opuse y perdimos en la Mesa por cinco votos a cuatro. Pero aquello no era una reforma del Estatuto. Era, simplemente, una liquidación de la Constitución. No se aceptó nuestra propuesta y yo advertí cuál era la razón: que dentro de unos meses vendría el Estatuto de Cataluña. Ahora tenemos el Estatuto de Cataluña. Yo pido que se debata como lo que es: una reforma constitucional. Primero, se reforma la Constitución, y luego, si quieren, se reforma el Estatuto. No se puede liquidar la Constitución por la decisión que tome un parlamento autonómico con el apoyo de un presidente irresponsable.

 

P.- ¿Está seguro de que el Gobierno optará por esa vía para su aprobación en las Cortes?

 

R.- Estoy convencido, porque yo le he ofrecido al señor Rodríguez Zapatero un acuerdo, el 14 de enero de este año en La Moncloa, para hacer lo que llevamos haciendo desde 1978, que es que las grandes decisiones, lo que se refiere a España, a nuestras reglas de juego y a nuestras normas de convivencia se pacte, como siempre, entre los dos grandes partidos nacionales. Me dijo que sí y luego empezó la presión de Maragall y de otros, y donde había dicho digo, pasó a decir Diego. Es decir, yo he constatado, y ahora tengo la prueba inequívoca de que es así, que el presidente del Gobierno no tiene ningún interés en acordar esto como se ha hecho durante 28 años con el PP, sino que prefiere hacerlo con otros partidos, que tienen otros intereses distintos, como ellos mismos reconocen.

 

P.- Pero, desde esa reunión del mes de enero, usted se ha visto otras veces con el presidente del Gobierno. Me imagino que habrán hablado de este asunto.

 

R.- Me he vuelto a ver con él en el mes de septiembre y volví a reiterarle lo mismo.

 

P.- ¿Y él qué le dijo?

 

R.- Que no. Es decir, que estábamos en una situación distinta y que en Cataluña había más partidos que el PP y que el PSOE.Y yo le dije que eso es verdad, pero que lo que se decide en Cataluña, igual que lo que se decide en cualquier parte de España, afecta al conjunto de los españoles, y que, en cualquier caso, en España la soberanía nacional radica en el conjunto de todos los ciudadanos: catalanes, extremeños, gallegos o de cualquier parte. Ese día reafirme la convicción, que ya tenía, de que Zapatero no quería acordar nada con el PP.

 

P.- ¿Pero luego no han hablado ustedes por teléfono, no han tenido ningún otro contacto para hablar del Estatuto?

 

R.- Yo no he vuelto a hablar de este asunto con el presidente del Gobierno.

 

P.- Perdone que insista, pero esto es muy importante. ¿Usted cree que el Gobierno está dispuesto a aprobar el Estatuto de Cataluña con el voto en contra del PP?

 

R.- No me cabe la menor duda. Basta con ver lo que ha sido la trayectoria del señor Rodríguez Zapatero a lo largo del año y medio que lleva al frente del Gobierno.

 

P.- ¿Cree que hay un trasfondo político en la OPA de Gas Natural sobre Endesa, lanzada en plena gestación del Estatuto?

 

R.- Lo que es evidente es que cuenta con el total apoyo del Gobierno.Hemos oído algunas afirmaciones en este sentido a lo largo de las últimas fechas, hemos visto que el Gobierno se niega a que intervengan las instituciones europeas, a pesar de que Endesa tiene una parte importante de su negocio en el resto de la UE.El Gobierno todavía no ha dicho que este asunto vaya a ser visto por el Tribunal de Defensa de la Competencia. Lo que es evidente es que la OPA cuenta con el total y absoluto respaldo del Gobierno.Yo creo que el Gobierno en estas operaciones debe guiarse por un sólo criterio: que haya competencia y que sea bueno para el consumidor. Tengo la impresión de que al Gobierno no le interesan la competencia y los consumidores, sino que le interesan otras cosas.

 

P.- ¿Usted cree que el Gobierno le está haciendo un favor a la Generalitat con esta operación?

 

R.- No sé si le está haciendo un favor o no a la Generalitat.Creo que le está haciendo un favor a quienes han planteado la OPA, eso es evidente. Y que la Generalitat la apoya, también.

 

P.- ¿Cuál es su opinión acerca de las manifestaciones que hizo sobre la OPA el presidente de la Comisión del Mercado de Valores?

 

R.- El presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores actuó mal. Nosotros pedimos su dimisión, incluso, en su comparecencia en las Cortes. Su actitud avala el argumento que le acabo de dar y es que el Gobierno apoya totalmente la OPA. Es el Gobierno el que está politizándola. Nosotros sólo defendemos la competencia y el interés de los consumidores.

 

P.- El PSOE dice que la actitud del PP en este asunto tiene que ver con la defensa personal de Manuel Pizarro al frente de Endesa.

 

R.- Eso es una sandez descomunal. Eso sólo se puede decir desde la mezquindad y desde una falta de respeto a lo que es la decencia y la defensa de los intereses de la gente. Es una enorme mezquindad.

 

P.- Bajo su punto de vista, ¿por qué se está produciendo esta serie de avalanchas de inmigrantes, prácticamente a diario, primero en Melilla y ahora ya en Ceuta?

 

R.- Yo dije una cosa en su momento que algunos calificaron de exagerada e incluso de temeraria. Después, eso mismo lo dijeron los ministros del Interior de los países más importantes de Europa.Y ahora lo ha ratificado el señor Sarkozy en una reunión que se celebró en Francia para tratar sobre temas europeos. Y es que el proceso de regularización masiva que se hizo en España a lo largo del último año ha sido un enorme disparate, que ha producido, como no podía ser de otra manera, un efecto llamada.Tengo la firme convicción de que hoy hay más personas en España en situación irregular que antes. Ese ha sido un factor decisivo.El segundo es que el Gobierno, como siempre, actúa cuando los problemas ya se han producido. Todos sabíamos lo que estaba ocurriendo cerca de Ceuta y Melilla, porque todo el mundo ve los campamentos de personas que están allí, todo el mundo ve cómo las autoridades de Marruecos hacen la vista gorda y... bueno, la gente al final aprovecha su oportunidad. Lo que ha producido todo esto, aparte de desgracias personales, de que mucha gente haya fallecido, de que muchos niños estén en una situación dificilísima en los alrededores de la frontera, es la imprevisión de un Gobierno que no es capaz de exigir a Marruecos que cumpla con sus compromisos internacionales.

 

P.- ¿Por qué el Gobierno de España tiene esa actitud complaciente con Marruecos?

 

R.- Porque al Gobierno de España nunca le han preocupado los objetivos políticos ni los principios. Hay quien se ha creído que podía vivir de las frases. Vamos, el presidente del Gobierno, del talante, de la ONU, de hablar de todas esas cosas... Todo eso está muy bien, pero gobernar es decidir y muchísimas veces hay que decir que no, y en política internacional te tienen que respetar. Nosotros nos encontramos en una situación muy difícil cuando se produjo la invasión de Perejil. Zapatero no hubiera actuado como hizo Aznar. En este momento, Marruecos tendría la soberanía plena sobre la isla de Perejil. Esto es lo que está ocurriendo hoy en día en Melilla.

 

P.- Si usted tuviera esa responsabilidad, ¿qué le pediría a Marruecos que hiciera?

 

R.- Primero, le pediría que cumpliera los convenios que tiene firmados de readmisión. En segundo lugar, le exigiría que impidiera lo que está ocurriendo, porque cuando quiere impedirlo lo hace.

 

P.- ¿Está usted de acuerdo con la expulsión inmediata?

 

R.- Sí, sí. Estoy absolutamente de acuerdo. Naturalmente, si una persona salta la valla, o si miles de personas saltan la valla lo que hay que hacer es expulsarlos inmediatamente. El problema es que Marruecos no lo permite.

 

P.- ¿Van a proponer ustedes desde el PP el endurecimiento de la Ley de Extranjería?

 

R.- La expulsión inmediata se puede hacer ahora, está previsto un plazo de 72 horas. Las modificaciones legales pueden ser muy útiles, pero sería mucho más efectiva la presión española sobre el Gobierno de Marruecos para que éste evite esta situación que es de absoluta indignidad y que transmite la sensación de que el Gobierno español no tiene control sobre sus propias fronteras.

 

P.- El Gobierno insiste en que no está negociando con ETA.

 

R.- Lo único que puedo constatar es que aquí había un pacto entre los dos grandes partidos cuyo contenido era fácilmente entendible. Primero: «Señores de ETA, hagan lo que hagan, no vamos a cambiar de criterio». Y el criterio era que se iba a aplicar la ley y a utilizar todos los instrumentos del Estado de Derecho para luchar contra una banda terrorista. Y desde luego que no estábamos dispuestos a pagar precios políticos. Ese era el criterio pactado y firmado por el señor Rodríguez Zapatero, por el señor Arenas y con el señor Aznar de testigo en su día.Todo eso se ha roto. Hoy los representantes de ETA ya tienen representación en las instituciones, se invita a ETA al diálogo en una resolución del Parlamento... Las consecuencias de todo ello es que ha vuelto la kale borroka y que ETA está fijando la agenda. Todo eso por decisión unilateral de un presidente del Gobierno que ha roto un acuerdo que tenía con la oposición y que se había demostrado muy útil para terminar con ETA.

 

P.- ¿Pero tiene información de que el Gobierno directa o indirectamente está negociando con ETA?

 

R.- La última vez que estuve con el presidente del Gobierno en septiembre le dije lo que cualquier persona con sentido común diría: «No puedo entender que tú rompas unilateralmente esto, que pretendas dejar aislado al Partido Popular, que ha hecho una política antiterrorista con tu apoyo que fue muy eficaz, si tú no estás negociando con ETA». Porque, o está negociando con ETA o es que ha tenido una revelación. Y no me parece, ni siquiera en el caso del señor Rodríguez Zapatero, que se actúe por revelaciones. El me dijo que no.

 

P.- Que no había negociaciones, quiere decir.

 

R.- Sí, exacto, que no había negociaciones.

 

P.- Entonces, ¿a qué se deben las declaraciones de que estamos en el buen camino por parte del Gobierno y por parte de ETA?

 

R.- Es evidente que el presidente del Gobierno no me dijo la verdad. Algo hay. Eso es evidente.

 

P.- ¿Cree que se puede producir una tregua en los próximos meses?

 

R.- Depende del nivel de cesiones del señor Rodríguez Zapatero.No nos engañemos. ETA no va a renunciar a aquello por lo que estuvo luchando durante muchos años. De eso no se da cuenta el presidente del Gobierno.

 

P.- Se refiere usted a cesiones políticas...

 

R.- Sí, a cesiones políticas. La Ley de Partidos fue un torpedo en la línea de flotación de la banda terrorista ETA. Creíamos que ésa era la buena línea. Desgraciadamente, el presidente del Gobierno, unilateralmente, ha roto el acuerdo que él mismo firmó.

 

P.- ¿Mantiene que el Partido Comunista de las Tierras Vascas es una prolongación de Batasuna?

 

R.- Sigo pensando que es lo mismo. A estas alturas no hay ningún ciudadano en España que piense que el PCTV no hace lo que dice ETA. Lo hemos visto en la elección a presidente del Parlamento Vasco, en la elección de Ibarretxe, etcétera. Además, hemos visto a algunos de sus miembros implicados en causas judiciales por formar parte de ETA. No creo que haya ningún español que pueda pensar lo contrario. Ni siquiera el señor Rodríguez Zapatero.

 

P.- ¿Qué estaría dispuesto a ceder para que ETA dejara las armas?

 

R.- Nada. Lo único que hay que decirle a los miembros de ETA es: «Vamos a por ustedes». Cuando ETA deje de existir, estaremos en otra situación.

 

P.- Ni siquiera el acercamiento de presos...

 

R.- Antes de que ETA deje su actividad terrorista no hay que plantearse nada.

 

P.- ¿Y si se produce la tregua sin que el Gobierno haya hecho cesiones políticas?

 

R.- Este Gobierno ya ha hecho muchas cesiones políticas. El dejar que ETA esté en el Parlamento ya es una cesión, el invitarle al diálogo, el estar todo el día mandándoles recados, y, además, por parte del propio presidente del Gobierno, que anuncia generosidad, y encima lo hace desde los medios de comunicación. Este Gobierno no sólo ha hecho muchas cesiones de carácter político, sino que ha colocado a ETA en una situación infinitamente mejor de la que tenía antes. El único mensaje que se le puede mandar a ETA en este momento es: «Deje de matar».

 

P.- ¿En la reunión que tuvo usted con Zapatero en septiembre hablaron de este asunto?

 

R.- Sí, pero no hubo ninguna novedad. Lo único que me dijo es que él creía que ETA podría acabarse pronto. Pero a mí no me contó nada nuevo.

 

P.- ¿Pidió la colaboración del Partido Popular?

 

R.- El presidente conoce mi posición, pero me dijo que ahora estábamos en otro momento.

 

P.- ¿Estamos ante un eventual acuerdo entre el PSOE y el PNV?

 

R.- Ha habido acuerdos en algunos temas importantes, como el cupo. Ahora se está trabajando para llegar a un pacto en materia de presupuestos. Lo que es totalmente evidente es que se están dando pasos en esa dirección.

 

P.- ¿No cree que el recurso a la ley de matrimonios gays tenía que haberse hecho antes?

 

R.- Probablemente debimos haberlo anunciado en el momento en que se debatió la ley. Es posible que haya sido un error, porque ese asunto ha vuelto a ser utilizado por el Partido Socialista como arma política arrojadiza. Pero la decisión, en cuanto al fondo, es plenamente coherente con lo que hemos dicho, con la posición que sostiene, entre otros, el Consejo del Poder Judicial y con las advertencias que hizo el Consejo de Estado.

 

P.- ¿No cree que estratégicamente para el PP recurrir esa ley ha sido un error?

 

R.- Nos presentamos a las elecciones con una ley de uniones de hecho que hemos presentado en las Cortes y que le concede toda suerte de derechos a las parejas homosexuales. Sólo discrepamos en el tema del matrimonio. Probablemente no lo hayamos explicado bien y, desde luego, el Gobierno ha hecho un colosal esfuerzo para intentar transmitir a la opinión pública que el PP está en contra de los homosexuales. Hay algunos países de la UE que ni siquiera tienen una ley como la que proponíamos nosotros, como es el caso de Italia. El PP se inspiró en la legislación que existe en Francia y Alemania para hacer su propuesta.

 

P.- Si además de eso, sale una personalidad tan relevante en el PP como Esperanza Aguirre diciendo que recurrir es un error...

 

R.- Bueno, oiga, mire usted, los partidos somos como las personas o como las empresas o como las redacciones de los periódicos.No siempre todos pensamos igual, ni siempre acertamos en las decisiones. La política no es algo matemático. Yo creo que hemos acertado en el fondo de la decisión porque es coherente con lo que hemos mantenido hasta ahora.

 

P.- Hay gente dentro del partido que dice que usted es un buen líder al que le falta autoridad.

 

R.- Yo no lo veo así. Todo es opinable. Le voy a poner un ejemplo: si usted va al Bernabéu o al Nou Camp, allí verá 100.000 espectadores que quieren que gane el Madrid o el Barça, según donde estén, y todo el mundo critica al entrenador y le dice el futbolista que tiene que poner por la derecha, el sistema que tiene que emplear, que si jugar por las bandas es una equivocación... Al final, lo que tiene que hacer un líder es escuchar a toda la gente y tomar decisiones y esto es lo que hago yo.

 

P.- ¿Qué quiso decir exactamente con eso de que el PP debe mirar hacia el futuro y no al pasado?

 

R.- Las interpretaciones son inevitables en la vida, a lo mejor es que yo no digo las cosas con la claridad con que hay que decirlas.Lo que creo es que en el mundo se está produciendo un cambio brutal del que no somos conscientes en este momento. Si miramos 10 años atrás, nadie tenía teléfono móvil, ni empleaba e-mail, ni compraba en las tiendas desde su ordenador. Ha surgido un gigante como China que está creciendo al 10%, la India, con una gente enormemente cualificada que está haciendo grandes avances en tecnología. Aparece el fenómeno de la inmigración... El mundo ha cambiado a tal velocidad que los partidos políticos debemos reflexionar y mirar al futuro.

 

P.- Ha habido alguien en su partido que ha interpretado esa frase como que el 11-M hay que meterlo en el baúl de los recuerdos.

 

R.- El 11-M todos los españoles saben lo que pasó. La inmensa mayoría de las personas tiene ya un juicio sobre este asunto.Ha habido una Comisión de Investigación que se ha cerrado en contra de nuestro criterio y no ha llegado a ninguna conclusión.El Gobierno tiene la obligación de seguir investigando hasta el final. Cuando se produzca cualquier cambio en la situación, desde luego el Partido Popular pedirá explicaciones al Gobierno, como es su obligación.

 

P.- ¿Cree que sabemos toda la verdad sobre el 11-M?

 

R.- Yo creo que no. Todos los días surgen noticias desconcertantes sobre el caso.

 

P.- ¿Ha habido una voluntad del Gobierno por ocultar cosas?

 

R.- El Gobierno, en la Comisión de Investigación, con su decisión de no remitir los documentos que le fueron solicitados y con su decisión de impedir algunas comparecencias que fueron pedidas por los grupos, tuvo una voluntad muy clara de que muchas cosas no se supieran. Eso es un hecho objetivo.

 

P.- Qué le gustaría que saliera de la Conferencia de su partido que ha anunciado para el próximo año?

 

R.- Uno de los temas que vamos a tener que debatir, y yo soy partidario de ello, es que si el Gobierno quiere hacer una reforma de la Constitución yo le voy a proponer una reforma de la Constitución que hay que hacer: fijar las competencias exclusivas del Estado, con meridiana claridad, afirmar que esas competencias son sólo del Estado, como sucede en cualquier país del mundo y que, por tanto, son intocables. Así nos hubiéramos evitado lo que ha ocurrido con el Estatuto de Cataluña, que deja sin competencias al Estado.En segundo lugar, estoy dispuesto a proponer la reforma de la ley electoral, porque en este momento es un asunto especialmente importante. Le voy a explicar por qué. Si los políticos catalanes van a decidir sobre lo que ocurre en Cataluña y el resto no puede intervenir, ¿por qué van a decidir sobre lo que ocurra en el resto de España? Por lo tanto, abriré el debate sobre este asunto.A partir de ahora, con el Estatuto, las Cortes ya no van a poder decidir sobre lo que ocurre en Cataluña. Una comisión bilateral tratará de carreteras nacionales o ferrocarriles. Le hablaba antes de una soberanía mutilada. Entonces, ¿por qué los demás no pueden exigir lo mismo? Es un debate que hay que plantear ya.

 

P.- Esos debates van a levantar muchas ampollas.

 

R.- Es que son temas muy importantes. Pero tenga en cuenta una cosa: el debate ya se ha abierto. Yo me presenté a las elecciones y no planteaba ninguna reforma de la Constitución, ni del Estatuto.Yo no abrí ese debate. Ya está abierto, pilotado e impulsado por el presidente del Gobierno, rompiendo los acuerdos básicos de la Transición. Eso lo ha hecho el señor Rodríguez Zapatero, no el señor Rajoy.

 

P.- ¿No cree que su posición se puede interpretar como contraria a los intereses de Cataluña?

 

R.- El Estatuto se ha hecho de espaldas a la sociedad catalana.El nivel de ocultismo ha sido absolutamente sorprendente. Incluso el día anterior a su aprobación se modificó algo tan importante como el modelo de financiación, del que yo desconozco su redacción final. Tampoco sé cómo ha quedado redactado el capítulo de educación, al que votó en contra no sólo el PP, sino Convergencia i Unió.Para la sociedad catalana lo que ha ocurrido es letal, porque se fija un modelo de sociedad con un elevado intervencionismo.Es decir, nosotros estamos contra el Estatuto porque creemos que es malo no sólo para España, sino también para la sociedad catalana.

 

P.- En esa conferencia política que debatirá temas tan importantes, ¿no se van a plantear cambios de personas?

 

R.- No, yo me presentaré a las próximas elecciones generales con mi equipo.

 

P.- ¿Y su equipo es el que hay en estos momentos?

 

R.- Mi equipo es el que hay y creo que tengo un buen equipo.

 

 

«Actúan como si fuera a tocarles el 'Gordo'»

 

 

PREGUNTA.- ¿Cómo ve usted la situación de la economía?

 

RESPUESTA.- Las cifras no son malas, porque hay un crecimiento por encima del 3%, se sigue creando empleo, etcétera. Pero es posible que estemos en una situación de pan para hoy y hambre para mañana. El dato de inflación último que hemos conocido, el 3,7%, es pésimo. La competitividad de nuestras empresas es manifiestamente mejorable y tenemos un grave problema de déficit del sector exterior. Bien, el problema es cuánto dura esto. Estamos viviendo en una burbuja. El Gobierno debería tomar las medidas para prever el futuro y para lograr un crecimiento sostenido y estable. Tengo la sensación de que en materia económica estamos en la situación de don Tancredo, no hacer nada. Eso, en el medio plazo, es muy peligroso.

 

P.- ¿En qué se está equivocando el Gobierno?

 

R.- Le respondo con una pregunta: ¿qué medida económica ha adoptado el Gobierno en el año y medio que lleva asumiendo esa responsabilidad? Ninguna. Seguimos viviendo de la herencia y de la inercia. Pero eso no va a durar indefinidamente. Ahora se nos presenta un presupuesto en el que el gasto aumenta otra vez por encima del crecimiento de la economía. Creo que este sería un buen momento para que hubiera un superávit presupuestario. Pero eso no les preocupa.No es que vivan como si les hubiese tocado la lotería, sino que actúan como si confiasen en que les va a volver a tocar el premio 'Gordo'.

 

P.- ¿Cuál va a ser la columna vertebral de su crítica al Gobierno en el debate de presupuestos?

 

R.- Las únicas medidas que ha adoptado el Gobierno van en la mala dirección. Se ha relajado el control presupuestario, se ha dejado que las autonomías tengan más déficit, se ha suprimido la ley de los horarios comerciales... Y luego su intervencionismo en la economía. Deberíamos tener en España una obsesión por la competitividad, y, en lugar de eso, lo que tenemos es parálisis en la actividad económica. Yo ya hasta creo que están rezando para que aquí no pase nada.