RAJOY REACCIONA FRENTE A QUIENES QUIEREN DESMANTELAR EL ESTADO

 

 Editorial de   “El Mundo” del 03.10.05

 

 Por su interés y relevancia, he seleccionado el editorial que sigue para incluirlo en este sitio web. (L. B.-B.)

 

Quienes aseguran que Mariano Rajoy es absolutamente reacio a dar titulares en sus entrevistas tendrán hoy que cambiar de opinión por la contundencia y la concreción de sus respuestas a EL MUNDO.

El líder del PP afirma que el Estatuto aprobado en Barcelona supone una reforma encubierta de la Constitución, que «rompe el consenso de la Transición, cambia el modelo de Estado y liquida el principio de igualdad entre los españoles».

La iniciativa del Parlamento catalán no pasaría de ser un grave desliz corregible si el PSOE estuviera dispuesto a mantener el consenso con el PP a la hora de abordar las reformas estatutarias, como siempre ha propuesto Rajoy. Pero Zapatero da por sentado que no puede haber entendimiento alguno con el partido de la oposición.

De hecho, no necesita ese respaldo del PP porque basta una mayoría absoluta de 176 diputados (la mitad más uno) para proceder a la aprobación de nuevos Estatutos. Ello no tiene mucha lógica cuando la Constitución requiere mayorías cualificadas para cuestiones de mucha menor importancia o cuando en Cataluña se necesitaba una mayoría de dos tercios.

Teniendo en cuenta este factor y dado que estamos ciertamente ante una reforma de la Constitución por vía estatutaria, lo lógico sería, como pide el PP, que el proyecto catalán se tramitara en el Congreso como una reforma constitucional. Pero no va a ser así porque el PSOE puede agarrarse a sus socios parlamentarios para sacar adelante el nuevo Estatuto con una mayoría absoluta.Ello exige a Rajoy preparar a su partido para la confrontación en el Congreso y hacer una labor de pedagogía, explicando lo que supone la iniciativa aprobada artículo por artículo.

Rajoy realiza dos importantes propuestas en esta entrevista: la reforma de la Constitución para fijar una serie de competencias exclusivas del Estado y el cambio del sistema electoral. Respecto al primer extremo, Rajoy observa con razón que el artículo 150.2 de la Constitución se ha convertido en un coladero que permite al Congreso transferir todo tipo de competencias a las comunidades. Lo que el presidente del PP propone es una especie de blindaje a la inversa: que haya una serie de competencias exclusivas del Estado que sean «intocables». Es una manera de responder a las prerrogativas que se atribuye unilateralmente el Estatuto catalán, sintonizando además con lo que prestigiosos constitucionalistas como Jorge de Esteban vienen propugnando hace tiempo.

Rajoy también propone el cambio de la ley electoral, introduciendo mecanismos para evitar que los nacionalistas disfruten de una cuota exagerada de poder en relación a su capacidad de representación.Esta idea, similar a propuestas anteriores de Fraga e Ibarra, sería factible mediante la introducción de un mínimo nacional del 5% para poder acceder al Parlamento, como sucede en Alemania o mediante la implantación de un sistema mayoritario o mixto.

Lo deseable sería no tener que reformar la Constitución ni cambiar el sistema electoral, pero el desafío de los partidos nacionalistas obliga a considerar este tipo de medidas que hace poco tiempo hubieran sido innecesarias.

Nuestro periódico sigue manteniendoque las grandes reformas institucionales deberían ser pactadas por el PSOE y el PP, pero, en cualquier caso, el PP tiene perfecto derecho a plantear alternativas que fortalezcan al Estado frente a iniciativas orientadas a desmantelarlo como este lamentable y peligroso Estatuto catalán.