EL PP DEBE OFRECER AL PSOE UN PACTO PARA CAMBIAR EL ESTATUTO

 

 Editorial de   “El Mundo” del 05.10.05

 

 Por su interés y relevancia, he seleccionado el editorial que sigue para incluirlo en este sitio web. (L. B.-B.)

 

El Partido Popular debe llevar a cabo una estrategia inteligente contra el inasumible proyecto de reforma del Estatuto de Cataluña que ha remitido el Parlament al Congreso de los Diputados y tratar de impedir así que el PSOE agrave el desaguisado cometido hasta ahora. Es una cuestión clave, por cuanto el PP es el único partido de carácter nacional que se opone firmemente al texto, pero no cuenta con los votos suficientes para evitar que entre en vigor este o cualquier otro Estatuto.

Durante los últimos días, el PP ha explicado su estrategia. A corto plazo, defiende que puesto que lo que se presenta es una reforma encubierta de la Constitución, lo lógico es que la iniciativa se tramite en el Congreso como tal. Y a largo plazo, como ha explicado Rajoy, propone reformar la Constitución para que las competencias del Estado sean intocables y modificar la ley electoral para incorporar mecanismos que moderen la desproporcionada cuota de poder nacionalista en el Congreso.

Sin embargo, ninguna de estas soluciones puede llevarlas a cabo el PP en solitario. Es ahora el momento de hacer política. El PP tiene que tomar la palabra a Zapatero, que repite su fe en las instituciones y en el Estado de Derecho, y proponerle de nuevo un acuerdo para mantener los valores de la Transición.Rajoy debe ofrecer un pacto por el que el PP acepte que el proyecto de Estatuto entre en el Congreso, renunciando a pedir que lo haga como reforma de la Constitución, pero siempre que a cambio Zapatero se comprometa a consensuar con el principal partido de la oposición las modificaciones que haya que hacer, artículo por artículo, hasta que el texto sea aceptable en el marco constitucional.Ayer mismo, el ministro José Bono lo defendía diciendo que «los dos grandes partidos nacionales deben ponerse de acuerdo» sobre el Estatut. Además, lo lógico sería incluir en ese consenso la reforma del Estatuto valenciano ya remitida al Congreso.

Un pacto así es el único modo de evitar que entre en vigor este Estatut catalán o cualquier otro sucedáneo, igualmente malo, que pueda aprobar el PSOE con CiU y ERC. La debilidad parlamentaria de Zapatero le tiene atrapado entre sus ambiciosos socios nacionalistas y el PP. Zapatero no puede volcarse hacia los primeros, porque la propuesta de máximos que han enviado provoca rechazo no sólo entre la mayoría de ciudadanos, sino en su propio partido, donde muchos lo han venido expresando. Zapatero sabe que está obligado a podar el texto del Estatut hasta hacerlo asumible constitucionalmente, pero esa tarea sólo la puede llevar a cabo con el apoyo del PP.

El partido de Rajoy tiene ante sí un gran reto y una oportunidad para velar por el bien común evitando que el PSOE nos hunda a todos en la loca barca a la que se ha subido con los nacionalistas.El éxito depende de que el PP presente posiciones firmes pero razonadas y no un mero discurso descalificador. Si cae en el tremendismo, ofrecerá a Zapatero la coartada para darle la espalda y aprobar así un Estatuto maquillado con los nacionalistas. Si por el contrario distingue entre lo inaceptable y lo negociable, el PP puede sumar a su base social el apoyo de esos amplios sectores de votantes del PSOE disconformes con el ataque al Estado que supone el Estatut, consolidando esa mayoría transideológica de ciudadanos que rechazan la aventura emprendida por Zapatero.