RAJOY ADVIERTE AL PSOE DE QUE NO HARÁ «PACTOS PARCIALES»

 

Los 'populares' están dispuestos a votar «no» a las enmiendas socialistas de «remiendo» si no hay un «pacto global» previo

 

 Informe de Carmen Remirez de Ganuza en “El Mundo” del 06.11.05

 

El PP está decidido a obligar al Partido Socialista a retratarse. Mariano Rajoy le advirtió ayer de que si sigue rechazando un «pacto global» con el principal partido de la oposición -el mismo que ofreció el 14 de enero y que renovó el presidente del PP en el debate del pasado miércoles- se quedará solo en su intento de rebajar los postulados soberanistas del texto.

La estrategia popular, de la que a pesar de las expectativas creadas, y por no adelantarse al Comité Ejecutivo de mañana, apenas desveló Rajoy un par de brochazos, pasa, en esta segunda fase de campaña contra el Estatut, por forzar a los socialistas a una elección definitiva: o un acuerdo «razonable» con el PP, o un Estatuto finalmente demasiado parecido al que se conoce, y que, a su juicio, los socialistas pagarán en las urnas de Extremadura, Andalucía y Castilla-La Mancha.

Los populares creen que socialistas y nacionalistas tendrán que traducir y escenificar en enmiendas -en el seno de la Comisión Constitucional- el pacto privado que, previsiblemente, alcanzarán en la ponencia, y no están dispuestos a colaborar con el partido del Gobierno, ni absteniéndose en favor de sus enmiendas, ni presentando enmiendas parciales que los socialistas pudieran aprovechar para vender en España un Estatuto de engañoso consenso o una posición política de centralidad.

Algunos dirigentes aseguran, con mayor claridad, que si no se da el pacto global requerido, el PP votará «no» a dichas enmiendas de «rebaja», a riesgo de que fórmulas como la anunciada por Zapatero para enmendar el término «nación» - «identidad nacional», o similar- se frustraran por pura aritmética parlamentaria. En ese caso, el PSOE podría verse obligado a dar luz verde a la «nación», o los nacionalistas a aceptar la fórmula de Zapatero.

«No voy a entrar en remiendos, pactos parciales ni chapuzas en contra del interés general», dijo ayer Mariano Rajoy en su discurso de clausura de la XI Interparlamentaria celebrada en Barcelona. El Estatuto, dijo, «no es un problema de cinco o de 10 artículos».«Nosotros no hablamos de párrafos sino de principios. La nuestra», resumió, «es una enmienda a la totalidad».

Con esta declaración de principios -que no de tácticas parlamentarias- el presidente del PP dio ayer la única pista sobre los próximos movimientos de su Grupo en el Congreso de los Diputados. Y es que, sabido que no existe la posibilidad técnica de presentar dicha «enmienda a la totalidad» a un proyecto de reforma estatutaria ya tomado en consideración por el Pleno, los populares trabajan en la elaboración de un texto alternativo al Estatuto que cumpla la misma función.

Se trataría, según las fuentes consultadas, de un texto no articulado -o sólo referido a grandes bloques de artículos- que evite su aprovechamiento parcial por parte del PSOE y que permita, sobre todo, dejar constancia, tanto de la alternativa constitucional del PP al Estatut, como de su participación activa en el debate parlamentario.

Lo advirtió también ayer Rajoy en su discurso, cuando aseguró que aunque se trate de un procedimiento de reforma fraudulento, como ya ha denunciado, «daré la batalla respetuosa y democráticamente».Más aún, negó enfáticamente que «no soy antidemócrata» y retó a sus adversarios políticos a encontrar en su pasado o en el de su familia algún indicio en este sentido.

«Apriorismos ideológicos»

Pero éste no fue el único emplazamiento del líder del PP, que ayer dejó constancia de su propósito de alentar más que nunca a la sociedad civil, en esta segunda fase de su campaña, para que no le deje solo en su empeño político. Así, Rajoy llamó a la «responsabilidad» de «intelectuales, medios de comunicación, sindicatos y empresarios» que, según adelantó la víspera su número dos, Angel Acebes, no dejan de acercarse discretamente al PP para pedir al partido que arreglen el «disparate intervencionista» del Estatut.

No se olvidó en todo caso de afear la misma conducta a los políticos socialistas. Si la víspera, Eduardo Zaplana llamó «cobardes» a los socialistas que protestan en privado y aplauden en público el Estatut, Rajoy ayer tildó de «sorprendente» e «irresponsable» con el interés general de los españoles que «haya personas que defienden lo contrario a lo que creen sólo por ayudar al Gobierno».

Denunció también, en este sentido, los «apriorismos ideológicos» de los políticos nacionalistas, así como a los socialistas «sorprendentemente» reconvertidos en la defensa de «lo supuestamente identitario», por anteponer sus principios a los «intereses de las personas».Pero además les advirtió que «nadie tiene el monopolio de los sentimientos» y que «los 42 millones de españoles también los tenemos».