¿SE DARAN PSOE Y PP POR ALUDIDOS TRAS EL MENSAJE REAL?

 

  Editorial de   “El Mundo” del 26.12.05

 

 Por su interés y relevancia he seleccionado el editorial que sigue para incluirlo en este sitio web.

 

 

Don Juan Carlos comenzó su mensaje navideño con una apelación a la solidaridad y acabó pidiendo a todos «grandeza de miras» para que España pueda seguir progresando. El monarca hiló su discurso con referencias continuas a la necesidad de un «consenso» entre las diferentes fuerzas políticas pues utilizó esta expresión no una, ni dos, sino tres veces para que nadie deje de entenderle.

Es evidente que el Rey está preocupado por las fuertes tensiones en la vida política y, más concretamente, por el duro enfrentamiento que sostienen PSOE y PP. Sus palabras fueron un acertado y oportuno llamamiento al acuerdo de estos dos partidos en los grandes asuntos de Estado como el Estatuto catalán.

Aunque tal vez con menos énfasis, Don Juan Carlos ya se había expresado en parecidos términos en su discurso en Zaragoza hace algunos meses tras haber tomado la iniciativa de convocar, en el pasado mes de enero, a Zapatero y Rajoy a La Zarzuela en un intento de que acercaran sus posturas. En su intervención en la entrega de los premios que llevan su nombre, el Príncipe Felipe también hizo una significativa mención al mantenimiento del «consenso constitucional» logrado en 1978.

Prácticamente todos los partidos valoraron ayer de forma positiva el discurso real y, muy especialmente, el PSOE y el PP. Diego López Garrido, portavoz socialista, coincidió en que los partidos deben superar sus divisiones y Gabriel Elorriaga, del PP, se expresó en similares términos.

Todo indica, sin embargo, que ninguno de ellos se ha dado por aludido, o que, por lo menos, los dos partidos creen que debe ser el otro quien avance el primer paso.

Ayer, el PSOE seguía negociando con los nacionalistas catalanes y ambas partes coincidían en que podría haber un acuerdo sobre el Estatuto catalán antes de acabar esta última semana del año.

El PP continuaba también encastillado en su posición de rechazo frontal y absoluto al Estatuto y se negaba a prorrogar el plazo para presentar enmiendas, como le habían solicitado los socialistas y sus socios.

Hay, sin embargo, un nuevo elemento que permitiría acercar posiciones a PSOE y PP: la propuesta del Gobierno que, aunque inaceptable en el terreno de la lengua y en algunos otros aspectos, elimina muchas de las objeciones que se podían poner al texto aprobado en Cataluña.

Hace algunas semanas, parecía imposible que los dos grandes partidos se pudieran poner de acuerdo sobre el Estatuto. Pero hoy ya no lo es. Por lo menos, la propuesta del Gobierno podría ser discutida y negociada por el PP.

En los próximos días se verá la voluntad de ambos partidos de alcanzar ese consenso que pidió el monarca y que se ha roto también en otros ámbitos.

Acebes dice hoy en EL MUNDO que el año pasado fue desde ese punto de vista el peor de la democracia. Probablemente, tiene razón.Pero ello no se va a solucionar mediante el encastillamiento de los dos grandes partidos, cada día más distantes e incapaces de llegar a acuerdos que la sociedad demanda para que, como les recordó anteayer el Rey, lo que se apruebe sea «más sólido, más seguro y, sobre todo, más integrador».