ESPERANZA AGUIRRE, PIEZA CLAVE EN EL PP DE RAJOY

 

  Editorial de   “El Mundo” del 21.03.06

 

 Por su interés y relevancia he seleccionado el editorial que sigue para incluirlo en este sitio web.

 

Con un muy breve comentario al final:

 

 ¿QUE ES EL CENTRISMO? (L. B.-B., 21-3-06, 19:00)

 

 

La entrevista con Esperanza Aguirre que hoy firma Esther Esteban pone de relieve cómo es perfectamente compatible realizar una labor de oposición todo lo dura y severa que requieren las circunstancias de la España actual con mantener posiciones moderadas y expresarse de manera prudente y responsable. Se trata, en este sentido, de toda una confirmación del espacio clave que la presidenta de la Comunidad de Madrid ocupa en el PP de Mariano Rajoy, entre otras razones porque tal vez ninguna otra personalidad del partido refleja como ella el tono que el propio líder trata de contagiar al conjunto de la organización.

La claridad con la que se expresa respecto a los efectos del Estatuto catalán -imbuida del espíritu de los liberales de Cádiz que este fin de semana le han entregado su premio anual- es un buen ejemplo. Aguirre admite que «España no va a amanecer rota al día siguiente de que se apruebe», pero advierte sin eufemismos que «si Cataluña es una nación, no puede serlo España».

Otro tanto cabe decir de su actitud ante el 11-M. Aguirre apoya la declaración de Rajoy en el sentido de que las últimas revelaciones sobre la mochila de Vallecas y el Skoda «podrían poner en cuestión el sumario» y exige el pleno esclarecimiento de los hechos. Pero eso no implica desconfianza en la Justicia o falta de apoyo a las Fuerzas de Seguridad, pues Aguirre explicita todo lo contrario, sino denuncia «de los políticos que ponen freno a las investigaciones».

Por eso, en clave interna, rechaza que entre ella y el alcalde Gallardón exista un «abismo» ideológico. «¿Acaso ser centrista es ser complaciente con los errores y excesos del Gobierno? ¿Acaso es ser centrista permanecer callado para recibir el carné de centrista que imparten nuestros adversarios?». Aguirre no pasa de ahí, pero es un secreto a voces que las únicas intervenciones públicas que se recuerdan del alcalde de Madrid desde que ganó el PSOE han tenido como objeto flagelar a su propio partido.

Las reflexiones de Aguirre son especialmente oportunas en un momento en el que, aupado en el apoyo de una izquierda a la que le baila el agua, Gallardón acaba de autopostularse para ocupar un puesto relevante -el número dos incluso- de la lista a las elecciones generales por Madrid. ¿Cómo un hombre tan inteligente puede una vez más actuar de forma tan torpe? Es obvio que en su ambición desmedida ya juega a situarse de cara a un posible fracaso de Rajoy.

Aznar solía decir que cuanto más arriba llega el desleal, más queda en evidencia. El problema de Gallardón es que las bases y cuadros del PP de Madrid ya dejaron claro con qué actitud se identifican cuando apoyaron abrumadoramente la candidatura de Aguirre en detrimento de la de Manuel Cobo, alter ego del alcalde.Desde entonces la presidenta de la Comunidad ha adquirido proyección nacional y se ha ganado el respeto y el aprecio de todos los sectores del partido.

Si alguien tendrá algo que decir cuando toque hablar de las listas a las generales será, pues, quien ocupa a la vez el principal cargo político de la Comunidad y el liderazgo regional del partido.Y tanto ella como Rajoy deben ser conscientes de que pedirles a sus seguidores que voten a un Gallardón empeñado en chutar sólo contra la propia portería dos veces en menos de un año, puede suponer abusar de su paciencia.

 

Muy breve comentario final:

 

 ¿QUE ES EL CENTRISMO? (L. B.-B., 21-3-06, 19:00)

 

El centrismo es rehuir el extremismo a fin de evitar estimular conflictos insolubles o innecesarios, en aras de un funcionamiento democrático eficiente que permita una estabilidad del sistema político.

El centrismo apela al electorado menos ideologizado y más pragmático, que desea soluciones a los problemas y no delirios, ni dogmatismos, ni revanchas, ni cainismos.

El centrismo es una característica de los dos grandes partidos nacionales, PSOE y PP, en la medida en que quieran seguir siendo las tres cosas, partido unido, grande y nacional. Los partidos fuertes de las nacionalidades, PNV y CIU, han dejado de ser centristas, pues están armando un jaleo de categoría al no haber sabido evolucionar de acuerdo con el país.

Ahora bien, el centrismo es la búsqueda del consenso para evitar conflictos insolubles o innecesarios, pero ¿qué sucede cuando un partido ---léase el PSOE actual--- se desliza hacia el extremo, o hacia el resentimiento, o hacia el delirio, o hacia la destrucción del sistema? Pues en ese caso los que se consideren centristas han de plantarse con firmeza para evitar el deterioro o la destrucción de la democracia. La solución al deslizamiento hacia el extremo no es dejarse llevar mansamente al matadero y la destrucción de los principios y valores comunes, sino plantarse firmemente y hacer llegar a la opinión pública y a los votantes centristas la alerta ante el desastre previsible y la defensa de alternativas sensatas. Pero es preciso propugnar ambas cosas: freno y alternativa.

Y si me permiten una opinión personal sobre el PP, creo que lo están haciendo bien, aunque la opinión pública tarde en percatarse. Lo que se hace preciso es evitar dar la sensación de que se busca el enfrentamiento por el enfrentamiento, para desgastar al Gobierno por razones electoreras.

En ese sentido, no creo que los dirigentes duros del PP sean negativos para el partido, dado que son el PSOE y sus aliados los que están rompiendo el consenso e incluso pactando antidemocráticamente la exclusión del PP. El centro es un espacio tranquilo si algunos no intentan vaciarlo yéndose hacia el extremo:  entonces tiene que reaccionar, aunque tarde en  hacerlo, y es función de los líderes despertar a los más lentos y perezosos del espacio centrista, alertándolos de que la tranquilidad y estabilidad se puede perder si se continúa con la deriva delirante, extremista o cainita.

Resulta significativo que muchos que no somos conservadores hayamos comenzado a pensar en el PP como única alternativa al caos creado por sectarios, burócratas políticos  y débiles mentales autores de expresiones tales como "progenitores A y B", "trabajadoras-es de los servicios sexuales", "nación no-sí", etc., etc.,