ROSA DÍEZ CONSIDERA UN ENGAÑO QUE ZAPATERO HABLE DE REUNIRSE CON BATASUNA PARA «MIRARLES A LOS OJOS»

 

 Reportaje de   Angeles Escriva en “El Mundo” del 03.06.06

 

 Por su interés y relevancia he seleccionado el reportaje que sigue para incluirlo en este sitio web.

 

MADRID.- La europarlamentaria Rosa Díez considera un «tomadura de pelo», una «falta de respeto» y un «engaño» que el presidente del Gobierno y los líderes de su partido hayan declarado que se reunirán con los dirigentes de Batasuna sólo para advertirles, «mirándoles a los ojos», de que no negociarán con ellos hasta que se ajusten a la ley. La dirigente socialista calificó de «cobardes» a los representantes del «relativismo moral» que se está intentando imponer, y animó a «organizar otra vez la resistencia» para combatirlo.

«Lo de mirar a los ojos es llamar a las cosas por el nombre que no es. A los terroristas nosotros les hemos mirado a los ojos en las manifestaciones para decirles que no nos vamos a marchar, y ellos nos han mirado a los ojos antes de meternos un tiro en la nuca», afirmó segura de que no hay que sentarse a hablar con la formación ilegalizada. Acto seguido, y aludiendo implícitamente a la intención de los socialistas de participar en la mesa de partidos impulsada por la izquierda abertzale, añadió: «Que no nos tomen el pelo, que no nos engañen, y si quieren hacer una cosa, que lo digan».

Rosa Díez también le replicó al presidente que «la paz nos la hemos ganado hace mucho tiempo, pero también nos hemos ganado un respeto intelectual y personal». Y criticó la posición del fiscal de la Audiencia Nacional que argumentó que los dirigentes de Batasuna, con sus ultimátum, pretendían «apoyar el cese de la violencia» asegurando que esto sólo se explica por la perversión del lenguaje que se está produciendo. «Hemos visto muchas veces a los terroristas hablar de paz y decir que defendían nuestros derechos; no me extraña que el fiscal diga ahora que trabajan por la paz», ironizó.

La europarlamentaria realizó estas afirmaciones en la presentación de su libro Porque tengo hijos, a la que asistieron por parte del PSOE únicamente Maite Pagazaurtundua, concejal y también presidenta de la Fundación de Víctimas del Terrorismo, el ex ministro Juan Manuel Eguiagaray y Alejandro Cercas, uno de los hombres más próximos, en su día, a Felipe González. No en vano, la dirigente socialista se dolió de que «los suyos» estén llamando «radicales» a los compañeros que no comparten los pasos que está dando el Ejecutivo y les sometan a un «exilio interior». «La resistencia tiene algo de épica, pero la insumisión interna es mucho más dolorosa», declaró.

Maite Pagaza aseguró que se tragaría sus palabras si, en la reunión con el PSE, los dirigentes de Batasuna dicen: «Renunciamos al pasado criminal que hemos tenido, renunciamos a todo el horror y al espíritu antidemocrático que hemos intentado inferir a la sociedad vasca, eliminando a los que pensaban distinto a nosotros».La presidenta de la Fundación le había recordado el jueves a Zapatero que un encuentro semejante estaba fuera de la Constitución.

También anunció su presencia en la manifestación organizada por la AVT el día 10 porque «lo que abunda no daña y, en caso de duda, es mejor acudir a reivindicar el Estado de Derecho en una situación de mucha confusión, donde lo que se tenía como seguro parece mucho más frágil de lo que todos deseábamos».

Convencida de que fue el Pacto por las Libertades el que acorraló a ETA, Díez denunció que «estamos volviendo a caer en errores que cometimos hace ocho o 10 años». «Ceder ante el chantaje no va a traer más que dolor y más chantaje», advirtió.

Aseguró que su pretensión es contar la historia real «para que nadie tenga la tentación de convertir a los verdugos en algo homologable». Según su análisis, los 30 años de asesinatos tienen unos culpables, que son los terroristas, y varios responsables, que se dividen entre quienes «se han aprovechado políticamente de la existencia de ETA»; los «tibios», que «siempre miran hacia otra parte», y los «cobardes», representantes del «relativismo moral» y que quieren que «quienes nos han perseguido pasen a ser cargos públicos» sin solución de continuidad. Entonces, indicó que creía que «hay que organizar otra vez la resistencia».

De hecho, sugirió que los momentos que vivimos pueden ser más duros que los anteriores si ese relativismo se apodera definitivamente de la sociedad, y aludió a la angustia que experimentaron los judíos supervivientes de los campos de concentración después de que el nazismo hubiese desaparecido.

Díez continuó reivindicando la regeneración moral pendiente en el País Vasco al afirmar que no es lo mismo dialogar con ETA que derrotarla y «deslegitimarla» para que las víctimas no tengan que agachar la cabeza, como ocurrió con Pilar Elías. Para evitar esta situación sugirió el establecimiento de «líneas rojas» que nunca puedan ser sobrepasadas, como que «la inocencia de las víctimas es intocable» o que «quienes hayan cometido un delito sean puestos a disposición de la Justicia».