EL PULSO DE 'EL PAÍS' A ZAPATERO

Artículo de José Oneto en “La Estrella Digital” del 17 de septiembre de 2009

Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web

 

El vicepresidente del Gobierno encargado de temas territoriales y autonómicos, Manuel Chaves, un hombre muy cercano a las posiciones del periódico El País, parece haber tomado partido por la tesis que desde hace semanas viene manteniendo el periódico de Prisa y ha confirmado que la gravedad de la crisis económica ha provocado un notable desconcierto y un debate interno en el Partido Socialista, ante lo cual propone como fórmula que el Gobierno ejerza una labor de pedagogía y, sobre todo, aclare cuál es su hoja de ruta.

Estas declaraciones de Chaves -presidente del PSOE y el único miembro de la vieja guardia socialista que colabora con el nuevo equipo de Zapatero- realizadas a El País, periódico de referencia que ha abierto una auténtica guerra personal contra el presidente del Gobierno a raíz de la decisión gubernamental de aprobar la TDT (Televisión Digital Terrestre) de pago, lo que supone una clara competencia para Digital Plus, el canal de pago en crisis de Sogecable que ha provocado un agujero en el holding periodístico de casi medio billón de pesetas, coincide, además, con un duro editorial del periódico, que arranca, como en las grandes ocasiones, en primera página con un significativo título: "En la pendiente".

El editorial sigue a la columna del mes de agosto firmada por el consejero delegado del Grupo, Juan Luis Cebrián, en el que el -hasta ahora- hombre fuerte de Prisa llegó a acusar al Gobierno de Zapatero de ser un Gobierno bananero que se mueve por intereses que afectan a sus amigos y aliados y no por el interés nacional.

El periódico, que hasta ahora ha sido uno de los máximos defensores del Partido Socialista y del Gobierno, parece haber iniciado un auténtica escalada aprovechando la política económica gubernamental, que tiene desconcertados a importantes sectores del PSOE por las contradicciones del equipo Zapatero, sobre las ayudas a los parados y la reforma fiscal, para afirmar que el presidente se encuentra en uno de los momentos más difíciles desde que llegó al Palacio de la Moncloa, en marzo del año pasado.

Para el periódico de Prisa, que reflejaría no sólo la posición de Cebrián, sino del Grupo, la clave está en la forma en que ejerce el liderazgo Zapatero, en su forma personalista de gobernar, en la improvisación de muchas de sus decisiones, en los criterios cambiantes según la coyuntura y en la falta absoluta de debate interno en el partido, cuyo principal causante sería precisamente un presidente que ha desmantelado los espacios orgánicos de debate dentro del partido, practicando, además, lo que llama un "contursionismo político" que obliga a muchos responsables socialistas o al silencio resignado o al abandono de la política, como ha ocurrido en los últimos días con la dimisión como parlamentarios de los ex ministros Jordi Sevilla, César Antonio Molina o Pedro Solbes ante un presidente "debilitado y confuso" que de desliza por la pendiente hacia el precipicio.

Aun siendo verdad muchas de las tesis que maneja el periódico como armas arrojadizas, habría que preguntarse si ese editorial, publicado veinticuatro horas antes de que el Parlamento revalide la nueva Ley de la TDT de pago, hubiera visto la luz en circunstancias normales.

Es más. Según señalan fuentes del propio Grupo, ese cierto desprecio por Zapatero, por su forma de ser y de gobernar, ha sido una constante en Prisa desde el mismo momento en que fue nombrado secretario general del PSOE y se ha ido agravando a lo largo del primer mandato por diferencias personales de Juan Luis Cebrián, y su grupo de pensamiento, con el presidente, al que han querido condicionar en su forma de gobernar.

El editorial de El País es un auténtico pulso político a Zapatero y a su Gobierno y tiene muy difícil vuelta atrás. La clave estará en si el jueves el Parlamento convalida el texto del decreto-ley de la discordia contra el que está luchando Prisa o, por el contrario, el Gobierno no tiene los suficientes apoyos para sacarlo adelante.

Lo que resulta evidente es que el pulso está ya echado y que el Gobierno, con todo su poder, no lo puede perder. Cuando este cronista, en repetidas ocasiones, ha recordado que la "guerra mediática" iba a ser una de las características del otoño político no se equivocaba. Es más, ha adquirido más gravedad de lo que se pensaba, para Zapatero, para su partido, pero también para Prisa y para el futuro del primer grupo periodístico de España.