FELICES HACIA EL DESPEÑADERO

 

 Artículo de RAMÓN PÉREZ-MAURA  en  “ABC” del 10/02/05

 

Por su interés y relevancia, he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web. (L. B.-B.)

 

 

Un ex secretario de Estado del último Gobierno del Partido Popular se vanagloriaba públicamente ayer en el desayuno del Foro de ABC en el que intervino Vicente Fox, de que él está fomentando en sus intervenciones públicas las suficientes dudas como para provocar el voto por el «no» en el referéndum del Tratado Constitucional del próximo día 20. Eso en sus alocuciones públicas, porque en las privadas no deja duda. No es el único en su partido que se aparta de la línea oficial que Mariano Rajoy lleva adelante con la palmaria deslealtad de algunos de los que le rodean. En el caso que nos ocupa, un hombre que fue segundo del mismo Rajoy en un Ministerio.

Sorprende ver qué poco ha aprendido la derecha española de sus propios errores en el referéndum sobre la OTAN de 1986. En contra de su posición histórica Alianza Popular se negó entonces a respaldar el «sí» «para no favorecer a Felipe». Y lograron darle diez años más de Gobierno y aislarse internacionalmente hasta que una operación encabezada por Marcelino Oreja les devolvió la respetabilidad en Europa. Pues nada. En estos días, más de lo mismo. A pesar de que éste es un referéndum que ya planteó el Gobierno Aznar, pese a que éste es un Tratado Constitucional que cuenta con muchas más aportaciones del Partido Popular que del PSOE, cunde entre las bases del centroderecha el abstencionismo -cuando no la abierta defensa del «no». No son pocos los que afirman que no irán a votar porque ya saben que va a salir el «sí». Pero llama la atención los muchos que dicen que van a votar «no». Y la alarma suena cuando se reflexiona hasta qué punto puede haber votantes socialistas que no se sientan motivados para sufragar ese día. Porque lo que está claro es que en esta consulta, los que se sienten motivados son los defensores del «no». Y ello, porque son muchos los votantes del PP que creen que aquí se está plebiscitando a Rodríguez Zapatero, cuando lo que está en juego está muy por encima de ese contencioso. De lo que aquí se trata es de qué Europa nos vamos a dar y qué papel queremos tener en ella.

Para terminar de pergeñar el escenario, añadamos la torpe escenificación del Gobierno, con una consulta prematura y programas desde la televisión oficial altamente sorprendentes. El pasado martes, en el programa «Las Cerezas» de TVE-1, la periodista Julia Otero entrevistó sobre la Constitución, simultáneamente, a Joseph Borrell y a la escritora Lucía Etxeberría. La incapacidad de Borrell para contestar las tergiversaciones del texto constitucional hechas por la fabuladora, acompañada de las constantes interrupciones de la periodista al presidente del Parlamento Europeo dieron como resultado un programa del que cualquier mente virginal salía con la certeza de tener que apoyar el «no».

Y en este páramo, el centroderecha trota feliz hacia el despeñadero. El PP pide el «sí» y muchos, pero muchos de sus simpatizantes, votarán «no». Gaspar Llamazares, jefe de un grupo de colegas que dice tener implantación en toda España, se apresura a reivindicar la paternidad del alto porcentaje que esa opción va a lograr. El Bloque, Esquerra et allii se disponen a capitalizarlo. Y la derecha española, tan feliz, como si estuviera segura de cosechar. Ayer, el ex secretario de Estado antes referido, confrontado con el dato de los diez años que González sobrevivió al referéndum OTAN, no pudo ser más claro: «Me da igual».