JUECES DEL CONSTITUCIONAL INTENTAN FORZAR YA LA VOTACIÓN SOBRE EL ESTATUT

• La presidenta confía aún en lograr una mayoría que avale las señas de identidad de Catalunya

• Varios magistrados piden verbalmente el fin de las deliberaciones ante la inmovilidad de las posturas

 

Informe de  Margarita Batallas, Madrid,  en “El Periódico” del 09 de noviembre de 2009

Por su interés y relevancia he seleccionado el informe que sigue para incluirlo en este sitio web

 

Los magistrados del Tribunal Constitucional han llegado al límite de su paciencia ante la imposibilidad de alcanzar un acuerdo que permita sacar adelante la sentencia del Estatut. Por ello, varios jueces han reclamado ya verbalmente que se aparque el debate y se someta a votación alguno de los cuatro borradores del fallo que hay sobre la mesa. Una petición que topa por ahora con la resistencia de la presidenta, María Emilia Casas, que aún confía en lograr una mayoría suficiente que avale «las señas de identidad de Catalunya».

Las fuentes consultadas han confirmado que el Constitucional sigue dividido en tres bloques. Por un lado, los conservadores Jorge Rodríguez Zapata, Javier Delgado, Vicente Conde y Ramón Rodríguez Arribas. Por otro, los progresistas Casas, Pascual Sala, Eugeni Gay y Elisa Pérez Vera. Los catedráticos Manuel Aragón –nombrado a propuesta del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero– y Guillermo Jiménez siguen por libre y no se suman a ninguno de los bloques.
Las mismas fuentes explican que los conservadores promueven un texto que aprovecha la sentencia para dar, dicen, «un palo a Catalunya». «Quieren equiparar la autonomía catalana al resto de las autonomías», apostillan. Por contra, los progresistas apoyan un borrador que declara inconstitucionales algunos artículos del Estatut, como el dedicado al Síndic de Greuges , pero que respeta «las señas de identidad» de Catalunya, como el capítulo lingüístico o la presencia del término nación.

UNA SENTENCIA DURA / Algunas fuentes tildan de «duro» el texto respaldado por los progresistas, que, aun así, reconocen que el fallo debe avalar la especificidad catalana. También son conscientes de que una sentencia del alto tribunal que lesione aspectos esenciales del autogobierno puede provocar un rechazo de imprevisibles consecuencias.
Por su parte, Manuel Aragón rechaza apoyar la mención que la Carta catalana hace al término nación y a los símbolos nacionales. Este catedrático ha mantenido la misma tesis en los últimos años, aunque algunos jueces sostienen que su posición es un ardid para ganar apoyos de cara a alcanzar la presidencia del Constitucional cuando se renueve. En el pleno, el voto de Jiménez es el más incierto. En principio apoya la posición de Aragón, pero algunos jueces piensan que en el último minuto se sumará a la tesis de los progresistas porque tiene más puntos en común con ellos que con la postura que defienden los conservadores.

LA REACCIÓN / Ante esta situación, algunos jueces consideran que ya ha llegado el momento de terminar con las deliberaciones. «Conocemos la posición de cada uno de memoria», dicen. Los magistrados se han reunido todas las semanas desde finales de septiembre para abordar este asunto. Y algunos de ellos pidieron hace unos días pasar al siguiente trámite, la votación. El resto de los jueces rechazó su petición el pasado martes y alegaron que era necesario «más tiempo» para seguir buscando una salida y corregir algunos aspectos del nuevo borrador que ha sido redactado en los dos últimos meses con la participación de los jueces.

La decisión de someter a votación el fallo del Estatut es arriesgada, ya que si nadie cede, ningún borrador alcanzaría un apoyo suficiente. En este caso, se tendría que designar un nuevo ponente y empezar de cero.
Sin embargo, Casas aún espera que Aragón o Jiménez cambien de postura. Los progresistas solo necesitan un voto para ganar la votación mientras que los conservadores tienen que arañar dos, ya que, en caso de empate, el voto de la presidenta vale el doble. Casas se resiste a utilizar esta prerrogativa, pero los jueces ya le han indicado que tendrá que hacerlo para sacar adelante una sentencia favorable a la Carta catalana.

OTRO PARÓN / De momento, los jueces se han dado un descanso. A lo largo de esta semana no tienen previsto reunirse para tratar este asunto. Lo cierto es que la situación dentro del alto tribunal empieza a ser «insostenible», según las fuentes consultadas. «Todo está podrido», dicen, y asumen con resignación que la sentencia que tanto esfuerzo les está costando alcanzar será criticada porque se ha optado por el consenso y no por la calidad. «Es lo que pasa con las sentencias pactadas, que no gustan a nadie», afirman.