LA PEOR CLASE POLÍTICA DE LA DEMOCRACIA

 

 Artículo de Pablo Planas en “La Razón” del 23.04.06

 

 Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.

 

 

El nombramiento de Xavier Vendrell como consejero de Gobernación de la Generalitat no es el síntoma sino la constatación de que la actual clase política es la menos cualifi cada de las tres últimas décadas, la peor de la historia de la democracia. Los escándalos del pasado no han servido de antídoto y el sistema emite señales tenebrosas. Lo que se sabe de Marbella no sólo es materia de los programas de entretenimiento y famosos.

En el plano informativo, compite con los cotidianos sobornos municipales, con las actitudes amorales y con la impunidad que se atribuyen

muchos electos, por el hecho de serlo, en un país de listas cerradas, de clanes de partido.

Nada más ser cesado, el ex consejero catalán Joan Carretero se ha encontrado con una petición del fiscal para que sea juzgado por un supuesto

caso de prevaricación cuando era alcalde de Puigcerdà. Su sustituto en la Generalitat, el antedicho Vendrell, ha reaccionado a la indignación suscitada por el nombramiento con un aviso a navegantes: al que se pase en las críticas, lo empapelará a golpe de demanda judicial.

Lo dice el mismo que asumió el procedimiento epistolar de cobrar un porcentaje del sueldo a funcionarios y altos cargos para financiar ERC.

Lo dice quien deberá designar al funcionario que tendrá la encomienda de investigar qué fue lo que sucedió exactamente con esas cartas.

Cualquier parecido con la peor Italia empieza a ser una dura coincidencia.

Eso sí, el principal partido del Gobierno catalán, el partido del president, el PSC, desaprueba el nombramiento. Buen consuelo.

Más casos: Juan José Ibarretxe esquiva su propio cargo, supera la legalidad y anuncia que la mesa (sin constituir) de partidos convocará una

consulta popular (probablemente ilegal) para que sea luego el Parlamento vasco quien proclame la independencia.

Otro: el PSOE proclama que Andalucía es la nación del «no vamos a ser menos» que Cataluña sin que crujan los cimientos de un partido

que ha confundido el radicalismo a la italiana (referente no precisamente estimable) con el relativismo moral y político. Más: las andanzas de una

diputada de Izquierda Unida (secretaria de la Mesa del Congreso, nada menos) con su pareja por Perú dan testimonio del deterioro de las formas.

Isaura Navarro se llevaba a su novio a las reuniones de trabajo (¿?) de la delegación española en Perú.

Del periodismo sólo se puede decir que está a la altura, pero no siempre de las circunstancias.