EL ZOTE, LA DERROTA DE ETA, Y LA MEDALLA.

Artículo de Plazaeme en “Plaza Moyúa” del 27 de marzo de 2010

Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web

El perfecto inútil de presidente que los españoles hemos elegido con tanta alegría y tanta cejita, está muy enfadado porque Mayor ha señalado lo que tantos imaginan que ocurre: que siguen en conchabeo con los etarras.

Nada como darle la vuelta al problema, y mirarlo desde el punto de vista de lo que dice el zote. Y aceptamos que dos tíos cuya característica esencial (lo que les define) es la mentira, como Zapatero y Rubalcaba, esta vez dicen la verdad. No es imposible. Alguna vez dirán alguna verdad, aunque sea por error. Y nos olvidamos, en aras del argumento, del Gal, de las charlitas con ETA mientras firmaban el pacto antiterrorista,  y del no negociamos mientras negociaban. Nos olvidamos del jamás negociaremos tras la T4, mientras seguían negociando; del “proyecto” de zulo para guardar “cosas”; de la tregua en la que se había verificado y recontraverificado la falta de actividad de una banda que seguía perfectamente activa y robando pistolas de 300 en 300. O nos olvidamos de la crisis que no existía más que en la imaginación de los antipatriotas, de que jugamos en la “Champions League” de la economía internacional y del “corazón de Europa”. Nos olvidamos de todo eso y de todo lo demás, y soñamos el siguiente escenario:

La peña del Zapa ha cambiado de tesis, cual Pablo cayendo del caballo, y ahora cree que se puede acabar con ETA policialmente y sin darle ningún premio por dejar de asesinar y de amenazar a la sociedad. Y se ha puesto de verdad a ello, persiguiendo a los terroristas y a sus terminales económicas y políticas hasta dejarles sin salida. Y eventualmente tendrán éxito. El único problema es, ¿cuándo y cómo se pone uno la medalla?

- ¿La medalla?

Zapatero puede cambiar de opinión, como cualquiera. Hasta puede reconocer un error, siempre que no se trate de reconocérselo a los demás. Lo que no puede hacer es dejar de ser Zapatero; cambiar de forma de ser. Y Zapatero es las medallas (generalmente inmerecidas) que se pone. Sin eso no existiría, y no estaríamos analizando este problema.

Y ahora imaginemos que la labor policial va acorralando a ETA hasta dejarla inoperativa, y a sus miembros en la cárcel.  Y la labor institucional va aislando a los filoetarras, de tal forma que no puedan aprovechar electoralmente el desgraciado glamour que el asesinato como herramienta política tiene en Vasquilandia.  Y que la situación es tal que la alegre muchachada de bestias sabe que el ingreso en la banda supone la cárcel inmediata, y para muy largo plazo. Y que todo ello es para nada. Eso es la derrota de ETA. Aburridos y desesperados lo van dejando.  Solo que no tiene un momento definido; no hay foto de la victoria de la civilización. No llega un momento en que los asesinos proclaman: -¡Ea, lo dejamos! Y sin foto, no hay medalla. Así que mientras Zapatero sea Zapatero, la buena apuesta es que ese no es el camino que va a seguir.

- ¿Entonces, qué va a hacer?

Ni idea, pero busca la…