ESCÁNDALO POR EL PACTO DE ZAPATERO CON BATASUNA



Artículo de Pablo Sebastián en “La Estrella Digital” del 14.05.07

 

 Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web. 

 

Como no podía ser de otra manera, los líderes de Batasuna han asumido como propias las siglas de Acción Nacionalista Vasca y se han burlado del Tribunal Supremo y Tribunal Constitucional con la ayuda premeditada del presidente Zapatero y del fiscal Pumpido, el mismo que ayer declaraba en el diario El País que ANV podría ser ilegalizada antes de la votación del 27 de mayo si Batasuna apoyaba dichas candidaturas. Pues ya está hecho, y ahora vamos a ver qué hacen el Gobierno y su fiscal general, que no será otra cosa que dejar las cosas como están porque ellos lo han querido así.

Zapatero no sólo ha legalizado a ANV sino que también ha legalizado a Batasuna y ha enterrado la Ley de Partidos, como consecuencia de lo que a todas luces —y así lo ha confirmado una información del diario ABC— ha sido el resultado de un pacto y una negociación secreta entre representantes del Ejecutivo y ETA, en la que todo apunta que la banda terrorista se ha comprometido a recomponer el alto el fuego —roto en Barajas— a cambio de que Zapatero les permitiera participar en las elecciones con unas listas que han sido seleccionadas de manera selectiva, a fin de que el entorno de ETA alcance el gobierno de numerosos ayuntamientos vascos.

A la mentira descarada de Zapatero y la acción ilegal del Gobierno, al no solicitar la ilegalización de ANV y la impugnación de todas sus listas, se ha añadido la indolencia, cuando no la complicidad, de aquellos magistrados del Tribunal Supremo y del Constitucional que no han querido pedir más información ni ir más lejos de las reglas impuestas por el Gobierno a través de la Fiscalía y la Abogacía del Estado, dos instituciones que han actuado de manera premeditada e ilegal, a sabiendas de todo lo que había tras ANV.

Y llama poderosamente la atención que el fiscal Pumpido se haya atrevido a prometer, a estas alturas, la ilegalización de ANV si Batasuna anunciaba su apoyo a este partido, como lo ha hecho con el mayor descaro mientras sus gentes ocupaban las calles del País Vasco y recuperaban la violencia como medio de propaganda e intimidación a los ciudadanos y al resto de los partidos políticos, como bien ha podido comprobar José Blanco a su paso por Bilbao.

¿Qué hacer? Lo que está ocurriendo es de la mayor gravedad política y tiene consecuencias demoledoras en la credibilidad de la Justicia y de la legalidad. Y todo sólo para que ETA no vuelva a matar como en el mes de diciembre y para que Zapatero no pierda las elecciones y pueda llegar a los comicios generales del 2008 con posibilidades de recuperar el poder, una vez que sabe que el regreso criminal de la banda terrorista pondría fin a su ciega cabalgada de estos tres pasados años de legislatura.

Sin descontar, además, las consecuencias políticas que todo ello tiene en el País Vasco, donde, incluso en el seno del PNV, empiezan a sonar señales de alarma, como se desprende de las últimas declaraciones del nacionalista y líder del PNV, Imaz, que ahora solicita un pacto con el PSOE y el PP para impedir que Batasuna y ETA impongan una negociación política sobre el final de la violencia.

La degradación democrática y de la vida judicial está a la vista, sin que nadie en el seno del PSOE —ni Bono, ni Ibarra, ni González, ni Vázquez, ni Legina, etc.— se atrevan a denunciar la complicidad de Zapatero con esta indecente y grotesca situación política. Y lo mismo se puede decir de todos los medios de comunicación que apoyan al Gobierno, empezando por el diario El País, que ayer se hacía eco de la advertencia del fiscal Pumpido y que ya veremos si es consecuente con el titular en el que daba por buena la promesa del fiscal de que habría que ilegalizar a ANV antes del día 27 de mayo si Batasuna apoyaba a este partido. Batasuna lo ha hecho y ahora nos toca contemplar el gran silencio y la complicidad de todos los aliados y los “empleados” de Zapatero, quien, a sabiendas de lo ocurrido con Batasuna, no ha dicho una sola palabra que permita adivinar que algo va a cambiar. ¿Cómo lo va a decir cuando él es el responsable y coautor de la crisis? Sólo queda esperar que los ciudadanos sepan apreciar esta situación y que ello tenga en las urnas la respuesta democrática que cabe esperar.