HAY MUCHO EN JUEGO EN LA ESTRATEGIA DE ZAPATERO

 

 Artículo de Pablo Sebastián en “ABC” del 14.05.07

 

 Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web. 

 

Están en juego muchas más cosas que el gobierno de los ayuntamientos y las comunidades autónomas en liza en los comicios del próximo día 27, y por ello se habla de elecciones primarias de las generales de 2008.

Está en juego la crisis de legalidad y confianza imperante en los primeros tribunales del Estado, en la Fiscalía y en los órganos reguladores de la vida economía, como la CNMV. Está en juego el consenso de la transición, pero no para pasar de la partitocracia a una democracia representativa, sino para volver al pasado. Está en juego el modelo de Estado y la convivencia entre los españoles. Y está en juego el nivel de la democracia y las libertades del País Vasco, donde los amigos de ETA han regresado a la legalidad mientras los demócratas son agredidos.

Todo esto está en juego en estas elecciones porque ha sido violentado a lo largo de los tres años de presidencia de Zapatero, sin que nadie haya dado explicación o justificación razonada sobre la demanda social y las causas que han llevado a este inesperado e innecesario vuelco, que empieza a causar estragos en el PSOE (véase la crisis del Maragall y del PSC catalán) y los nacionalistas moderados -CiU y PNV-, que con claro oportunismo se subieron al carro, hoy embarrancado, de Zapatero.

A buenas horas propone el PNV un pacto con el PSOE y el PP para acabar con el terrorismo sin negociar políticamente con ETA. Tarde se dio cuenta el líder del PNV, Imaz, de las ventajas que los nacionalismos radicales han sacado de este río revuelto, en Irlanda del Norte o Cataluña, donde ERC ha llevado a CiU al aislamiento político e institucional. Demasiado tarde llega la propuesta de Imaz (que es inviable mientras Ibarretxe siga al frente del Gobierno vasco), porque Zapatero está atado a ETA y no se puede soltar sin riesgo de que la banda ponga otra bomba y favorezca la definitiva ruptura del proceso negociador, lo que le llevaría a la derrota electoral en 2008.

Por todo ello, Zapatero, mintiendo a los españoles, burlando el mandato del Congreso de los Diputados y violando la legalidad, ha dado luz verde a la presencia de Batasuna en las elecciones municipales a través de las listas, no impugnadas por el Gobierno, de ANV -que los dirigentes batasunos ya han asumido públicamente como propias-, tras un pacto infame y secreto (revelado por ABC) que tiene como objetivo el intento del presidente de salir airoso en las elecciones en curso y conseguir llegar a las de 2008 sin atentados y con una declaración de alto el fuego definitivo de ETA.

No es, por lo tanto, una casualidad que el PSOE haya incluido en estas elecciones un vídeo sobre la guerra de Irak. Semejante iniciativa, que por un lado ofrece señales de debilidad de quienes, después de tres años de Gobierno, no tienen mejor argumento contra el PP, esconde dos objetivos simultáneos: la recuperación el discurso pacifista de Zapatero, en el doble sentido de la guerra de Irak -a la que añaden el juicio del 11-M- y la paz con ETA; y mantener al PP inmerso en la permanente acusación de partido mentiroso. Un sambenito del que no quiso o no pudo desprenderse Rajoy -por presiones de Aznar, Acebes y Zaplana, en su papel de activistas del periodismo de la conspiración-, cuando en realidad el rey de la mentira de la legislatura habita en la Moncloa y es el responsable de graves daños causados a las instituciones, la legalidad y la convivencia de los españoles.

La estrategia de Zapatero es tan arriesgada como sencilla: necesita que ETA no vuelva a matar en esta campaña electoral, y espera reanudar las negociaciones con la banda y obtener algún resultado para conseguir en los comicios generales de 2008 la renovación del poder, lo que, además de revalidar su débil liderazgo, sería interpretado como: un plebiscito nacional en favor de sus reformas autonómicas, que conducen al Estado confederal; la justificación de sus concesiones políticas a ETA, sin el previo abandono de las armas, y la bendición de la revisión de los pactos de la transición, que tienen de mascarón de proa la ley de la memoria histórica, sin olvidar que una victoria de Zapatero en 2008 abriría una grave crisis de liderazgo y de proyecto político e ideológico en seno del Partido Popular.

Sin embargo, la aparición de la guerra de Irak en el vídeo del PSOE revela también el temor de la Moncloa a que el PP venza en el recuento global de las municipales y enfile con optimismo las elecciones generales de 2008, lo que, para algunos analistas, dependerá no sólo del debate electoral, sino también de los niveles de participación electoral, que si no superan el 70 por ciento favorecerán al PP, porque, se supone, muchos votantes del PSOE -y del centro izquierda- se habrán quedado en casa o votado en blanco, cansados de los desvaríos de Zapatero, mientras que si la participación es muy alta, Zapatero tendrá una buena oportunidad de allanar el camino hacia la victoria de 2008. Un combate político donde hay mucho en juego y cuyo primer asalto se inicia en el recuento de votos del próximo 27 de mayo, en el que, lamentablemente, ETA vuelve a participar mientras mantiene viva la amenaza sobre un Gobierno que está a su merced y no puede escapar.