EL TIEMPO PERDIDO

Artículo de Pablo Sebastián en “La Estrella Digital” del 15 de enero de 2009

 

El presidente Zapatero gana tiempo y se escuda en los nacionalistas para no acudir al Parlamento a explicar las consecuencias de la crisis económica, en el paro y el déficit de manera especial. A la vez, Zapatero se ha embarcado en la costosa e innecesaria reforma de la financiación autonómica a la que dedica gran parte de su tiempo y que será nuevo motivo de confrontación y de gasto público, mientras se le abren nuevos frentes de conflictividad de gran calado, como la anunciada huelga de los jueces, a los que el ministro de Justicia llama traidores al tiempo que los invita a negociar. Por si algo faltara, estamos en precampaña electoral en el País Vasco y Galicia, y al presidente se le ha ocurrido mediar en la crisis de Oriente Próximo, donde son las grandes potencias, y Estados Unidos de manera especial, las que tienen la llave de la situación o la capacidad de frenar la matanza -más de mil personas- que Israel está llevando a cabo en la ratonera de Gaza, en donde la población civil no puede escapar y anda desesperada entre las guerrillas enloquecidas de Hamas y la demencial respuesta militar de Tel Aviv.

Zapatero está en todo menos donde debe de estar, que no es otro sitio que en la búsqueda de un gran acuerdo nacional para hacer frente a la crisis de la economía y del paro, empezando por la remodelación de su Gobierno en lugar de montar fuegos de artificio con la oposición -caso Nebrera-, o un cortafuego para la incapaz ministra de Fomento, que está tan chamuscada como el propio vicepresidente Solbes, cuyas apariciones públicas, además de contradecir el optimismo del presidente, crean más pánico que confianza en el conjunto de la población.

Ayer se desplomó la Bolsa, hace dos días se tambaleó la calificación de la deuda pública, el déficit bate sus propios récords y el pretendido prestigio económico de España está por los suelos y en las portadas "de sucesos" de la gran prensa económica internacional -con o sin Madoff de por medio- y no paran de cerrar empresas y de crecer el paro, y el crédito no llega a quien debiera. Y lo que es más grave, cada día que pasa vamos de mal en peor, sin liderazgo, sin confianza, sin credibilidad.

No hay un Gabinete especial para la crisis económica, ni colaboran con el Gobierno ?hecho unos zorros- las mejores cabezas pensantes del país, ni se vislumbra en el horizonte un gran pacto político nacional para intentar algo, la reactivación de la economía y el consumo. En realidad, el presidente está tan quemado como su Gobierno, y para evitar esa imagen y sensación sigue con su maquiavélico juego del marketing y la propaganda -está preparando su reestreno en TVE, con cien preguntas más o menos perfiladas-, y pronto saltará a la arena electoral del País Vasco y Galicia, lo que supone que una vez más la gran cuestión de la crisis económica quedará aparcada, o dejada a su aire, a la buena de Dios.

La nave de España navega sin rumbo y sin capitán en el proceloso mar de la crisis económica, mientras los oficiales al mando y la alegre marinería se dedican a festejar la travesía de la legislatura, aprovechando que tampoco hay respuesta ni liderazgo en la oposición. Se está perdiendo un precioso tiempo, un tiempo crucial. Ya se perdió más de un año cuando, por motivos electorales, Zapatero negó la crisis que estaba en el horizonte y ahora, en medio de un sinfín de medidas confusas e ineficaces, el presidente y todo su gabinete no está a lo que debiera de ser su casi única prioridad.