ZAPATERO Y LA SOBERANÍA NACIONAL

Artículo de Pablo Sebastián en “La Estrella Digital” del 24 de marzo de 2009

Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.

 

Zapatero es el primer responsable del penoso espectáculo que está ofreciendo su Gobierno en plena crisis de la economía y el paro, y ahora, desarbolado en su política exterior y de defensa por causa del lamentable espectáculo de la ministra Chacón, patéticamente desautorizada tras anunciar en Kosovo la retirada de las tropas españolas desplegadas en ese territorio. Un repliegue que amparó el propio presidente con el argumento de la soberanía nacional, que también ha quedado en entredicho con el aplazamiento sine die de la "vuelta a casa" de las tropas. Con lo que la soberanía nacional se nos queda en poca cosa, una vez que la rectificación fue impuesta por Estados Unidos, tras las conversaciones urgentes celebradas en Washington con el secretario general de la Moncloa, Bernardino León.

Primero vino el "nos vamos a casa" de Chacón, luego la protesta enérgica de la OTAN, después el apoyo de Zapatero a la ministra poniendo como argumento la soberanía nacional, horas después la anunciada decepción del Departamento de Estado de Estados Unidos y la apertura de una crisis en las relaciones Madrid-Washington, un día después las explicaciones en la capital americana del secretario general de la Moncloa, Bernardino León, quien criticó públicamente a la ministra de Defensa y, finalmente, una clara rectificación del propio departamento de Defensa diciendo que, aunque aún mantiene la anunciada retirada, ésta se hará de manera flexible, lo que nos anuncia que no habrá retirada total en los plazos previstos, a la vez que ya se habla de un nuevo envío de soldados españoles a Afganistán.

La secuencia de los acontecimientos en torno al anuncio de la retirada de las tropas españolas desplegadas en Kosovo por la ministra Chacón da una idea del nivel de incompetencia política de la titular de Defensa -nombrada para el cargo a pesar de su absoluto desconocimiento del departamento y su nula experiencia en la gestión política- y ofrece un ejemplo del nivel de desconcierto de un Gobierno que no da la talla ante ninguno de los frentes y desafíos que tiene delante. Y a los que acaba de añadir una nueva crisis de confianza entre España, los países de la OTAN y la nueva Administración americana del presidente Barack Obama, una vez que sus portavoces se han declarado "profundamente decepcionados" por el anuncio unilateral de la retirada de las tropas españolas de Kosovo.

No se ha podido hacer peor ni el anuncio ni la posterior rectificación, que ha dejado a la ministra Chacón en una situación insostenible que debería llevar acarreada su dimisión, o su cese, en la próxima crisis de Gobierno, si es que el presidente Zapatero decide llevarla a cabo en los próximos días, y acaba con este Gobierno de "bibianas y bermejos", seleccionado sobre la base de las cuotas sexistas y regionales, en lugar de primar el conocimiento de cada ministerio y la experiencia y capacidad política de los ministros.

El caso que no ocupa es ejemplar porque resume el estilo del presidente y las maneras y capacidades de sus ministros. Y no cabe duda de que fue el propio Zapatero quien autorizó a Chacón a anunciar, por su cuenta y en su viaje a Kosovo, la retirada de las tropas españolas diciendo alegremente lo de: "Nos vamos a casa". Sin haber informado la ministra a otros miembros del Gobierno, como, por ejemplo, al ministro de Exteriores y a todos los embajadores acreditados en los países miembros de la Alianza Atlántica, sin haber coordinado la noticia con los portavoces de la Moncloa -que no sirven para nada-, y sin haber ofrecido a la OTAN la posibilidad de pactar con tiempo y sin dañar el despliegue actual de las tropas aliadas en Kosovo.

Negociación y pacto que a partir de ahora se hará bajo presión aliada y con la atenta vigilancia de Estados Unidos, una vez que Zapatero ha entrado con mal pie en la nueva presidencia de Obama por aplicar alegremente en Kosovo la misma fórmula de retirada fulminante y sin consulta previa que ya utilizó en el repliegue de Iraq, con la Administración de George Bush.

Naturalmente, el Parlamento español también ha sido marginado de esta iniciativa, que esconde la otra de un nuevo envío de tropas a Afganistán. Y todo ello será objeto de próximos debates y enfrentamientos que se suman a los múltiples problemas económicos y sociales y a la propia estabilidad parlamentaria del Gobierno, ahora amenazado por sus socios nacionalistas de Cataluña, que, como siempre, piden más dinero a cambio de votos en el Congreso de los Diputados.

Unas cuestión esta de la financiación autonómica donde Zapatero sí que debería hacer alarde de la soberanía nacional. Pero mucho nos tememos que, de la misma manera que se achanta ante Obama, al que le ofrece más tropas en Afganistán como regalo o compensación, lo mismo hará ante las amenazas de la Esquerra Republicana, que le ha dado a Zapatero quince días para acordar el envío de más dinero a Cataluña. Con lo que todo eso de la soberanía nacional, de la nación española "discutida y discutible" se queda para una mejor ocasión, o para la próxima campaña electoral.