ZAPATERO Y RAJOY OBLIGADOS A ACTUAR

Artículo de Pablo Sebastián  en “Republica.es” del 04 de mayo de 2010

Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.

Ahora que ha pasado el Primero de Mayo y que los sindicatos han perdido la oportunidad de su fiesta anual para presionar al gobierno sobre la crisis económica y social que embarga a la ciudadanía española, todo apunta a que el presidente Zapatero puede estar decidido a tomar ciertas medidas impopulares y de urgencia. Siguiendo el modelo de su homólogo griego, Papandreu, aunque con perfiles más moderados, si no quiere que los jefes de la especulación de los mercados claven sus dientes en el caso español, tras la devaluación de sus niveles de solvencia por agencias como Standard and Poor´s, y ante el clamor general de que España no está haciendo bien sus deberes y obligaciones, como ayer mismo se lo recordaba a Zapatero el gobernador del Banco de España, presionando al gobierno en este sentido.

De todo ello y otras cosas, como la reforma del sistema financiero español –que Zapatero insiste en decir que es excelente- empezando por las Cajas de Ahorro, y en pos de fórmulas que permitan la circulación del crédito a las familias y las empresas, hablarán el próximo miércoles en la Moncloa y después de año y medio de desencuentros –su última entrevista se celebró en el otoño de 2008- el presidente del Gobierno, José Luís Rodríguez Zapatero, y el líder de la oposición, Mariano Rajoy, quien desde hace ya varios meses viene exigiendo a Zapatero medidas urgentes y radicales en contra de la crisis.

Y todo apunta a que ese momento parece llegado aunque puede que con una contundencia menor de la que esperan Rajoy y el Banco de España. Pero da la impresión que Zapatero empieza a ceder porque su inmovilismo y su sumisión a los sindicatos, lejos de defender su suelo electoral, parece estar socavando su credibilidad nacional e internacional (y en consecuencia la de España, también), y sus apoyos electorales que no cesan de disminuir a pesar de su discurso pretendidamente social.

Incluso desde los medios más afines a Zapatero –El País, gubernamental y El Mundo, presidencial- le están exigiendo al presidente un vuelco claro y definitivo de su política económica lo que, para ser creíble, le obligaría a un cambio de gobierno, empezando por la vicepresidenta Elena Salgado, que ayer tuvo la desfachatez de presentar como positiva para España la ayuda de cerca de 10.000 millones de euros que nuestro país dará a Grecia –para lo que deberá de endeudarse el gobierno español- con el argumento de que luego recibirá intereses. Una cifra descomunal que triplica lo anunciado inicialmente por Zapatero, que dobla el monto de la reducción del déficit público español prevista para este año, y por la que se recibirán intereses, es verdad, pero que sobre todo vendría muy bien como créditos del Estado a las empresas españolas.

Naturalmente, cabe imaginar la preocupación de Zapatero sobre el efecto que sobre los mercados, la deuda y las inversiones en España tendrá el plan de rescate europeo y del FMI a favor de Grecia, que pasará a estar en un terreno de cierta estabilidad durante unos años, mientras Irlanda, Portugal y España quedan a la intemperie y en el punto de mira de los especuladores.

Zapatero, después del fracaso negociador del Palacio de Zurbano, necesita agarrarse a Rajoy si es que de verdad está dispuesto a tomar medidas más en serio y ciertamente impopulares. Porque si no es así, y conociendo cual es la posición del PP, la reunión del miércoles no tendría sentido salvo que sólo sea para la reforma de las Cajas de Ahorro y del sistema financiero, un asunto secreto y delicado en el que siempre está de acuerdo el PP.

Cabe imaginar que una vez en Moncloa Zapatero y Rajoy hablen también de la reforma del mercado laboral, y puede que de otras cuestiones mucho más políticas y espinosas como el estatuto catalán, tribunal constitucional, caso Garzón o noticias sobre ETA. Aunque en el PP insistieron ayer de que sólo se hablará de la crisis económica y de las Cajas de Ahorro. En todo caso la petición de Zapatero de este encuentro es toda una señal que muestra que en la Moncloa viven tiempos de debilidad y necesitan apoyo externo, el que debería de ofrecer Rajoy pero sólo si es para sacar a España de la crisis y de una manera decidida y radical.