ZAPATERO BUSCA A PNV Y CIU

Artículo de Pablo Sebastián  en “Republica.es” del 19 de junio de 2010

Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.

Por muchos desmentidos que lancen al aire tanto el ministro Rubalcaba como el lehendakari Patxi López sobre la reapertura del diálogo del gobierno de Zapatero con ETA, lo cierto es que algo se mueve en esa dirección como lo demuestra el documento redactado por el presidente del PSOE vasco, Jesús Eguiguren, el que fuera líder de la última y fallida negociación con los jefes de la banda terrorista y su aparato político al que ahora quiere legalizar. Y algo parecido está ocurriendo en torno a los debates y las votaciones que se celebrarán próximamente en el seno del Tribunal Constitucional sobre la ponencia presentada por su presidenta María Emilia Casas, donde se vuelve a la ponencia más soberanista que meses atrás presentara la también magistrada Elisa Pérez Vera. Dos movimientos estos a los que no es ajeno el presidente del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que pretende rehacer sobre ambos pilares políticos una nueva mayoría parlamentaria de aquí a las elecciones generales de 2012, incluso a costa de romper el actual pacto de gobierno del PSOE con el PP en el País Vasco o de sacrificar a José Montilla en Cataluña en beneficio de una Generalitat presidida por Artur Mas, después de las próximas elecciones autonómicas del otoño.

Zapatero no se rinde y está convencido de logrará estabilizar la crisis financiera que deambula sobre la deuda española del Estado y de los bancos y las grandes empresas, y para ello acaba de culminar, con la reforma laboral que pretende convalidar en el Parlamento la semana que viene, con un segundo decreto que se suma al del ajuste social del déficit, y puede que con otras nuevas medidas sobre las pensiones y gasto autonómico. Asimismo, pretende cambiar el gobierno en los próximos días para lavar la cara a su destrozado equipo de gestión y a partir de eso momento iniciar una nueva etapa de la presente legislatura, en la que sorteada la huelga general de septiembre –si es que finalmente se celebra, lo que está por ver-, abordar con CiU y PNV la aprobación de los Presupuestos Generales de 2011, una vez acabadas las elecciones catalanas, y con los mismos argumentos de necesaria estabilidad económica con los que ha logrado hasta ahora convalidar sus decretazos en el Congreso de los Diputados.

Un lugar donde él, y su gobierno saliente, recibirán el último chaparrón del curso político en el “debate sobre el estado de la nación” antes de cambiar su gabinete y de marcharse unos días de vacaciones con lo que en Moncloa consideran que será “el trabajo bien hecho”, o dicho de otra manera “la rectificación plena de su política económica y social” en línea con posiciones más propias de la derecha pero también mas de acuerdo con lo que le han impuesto en la UE y le exigen los mercados internacionales donde España sigue estando en el punto de mira de los inversores y especuladores por mucho que Zapatero presuma de la fortaleza de la gran banca española, con la publicación de los famosos “test de resistencia”. Una maniobra arriesgada –porque con ella reta a la gran prensa europea a marcar de cerca el sistema financiero español- con la que Zapatero ha querido vengar y desmentir las informaciones que salieron del entorno de Ángela Merkel y que anunciaban la posibilidad de que España se acogiera a los fondos de rescate del Euro en los próximos días, por los problemas de la deuda del Estado español y la falta de liquidez de la banca española que, de momento, está solucionando el BCE, aunque ya veremos por cuánto tiempo.

La hoja de ruta de Zapatero para renacer políticamente de entre sus cenizas encierra un nuevo discurso y mensaje político: hemos pasado del presidente de izquierdas, que ofrecía respuesta social a la crisis económica, al pragmático presidente que se enfrenta a la huelga general y que con “arrojo y valentía” toma duras decisiones “por España” –dice, sin reconocer que se las han impuesto en Bruselas- y sin pensar en su desgaste político. Y además espera reconstruir la base de su mayoría parlamentaria con CiU y PNV de aquí a final de año y al precio que sea.

En ese precio se incluye el documento de Eguiguren a favor de legalizar a Batasuna, porque el líder de los socialistas vascos sigue teniendo línea directa con Otegui y no hará nada sin hablar con Zapatero que fue su secreto interlocutor durante la negociación con ETA, y todo ello con los consabidos desmentidos de Rubalcaba quien ya engañó a todos los españoles cuando una vez declaró que la negociación con ETA había sido “liquidada” tras el atentado de Barajas, y pocas semanas después se descubrió que el diálogo permanecía abierto en todos sus frentes, y hasta que ETA lo rompió de manera definitiva.

Zapatero, con estos movimientos bruscos en el tablero de la política y de la economía, cree que recuperará pulso y la iniciativa frente a un Partido Popular que parece dormirse en sus laureles. Aunque el problema principal de Zapatero no está en el PP sino en el conjunto de los ciudadanos donde ha causado un grave daño político y familiar. Político en la izquierda de su electorado y familiar en las clases medias del centro sociológico español. Además, tampoco está claro que el movimiento de acercamiento a ETA y PNV, por un lado, y a CiU por el otro le vaya a salir bien. Lo tiene todo bastante mal y pillado con alfileres, pero desde luego lo va a intentar, mientras en el PP permanecen en la autocomplacencia y el convencimiento de que están en el camino correcto y silencioso para alcanzar el poder.