ZAPATERO CREE QUE TIENE LA INICIATIVA

Artículo de Pablo Sebastián  en “Republica.es” del 02 de julio de 2010

Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.

El presidente Zapatero ha vuelto a recuperar la sonrisa y cree que tiene motivos para ello por más que el coste electoral de sus esfuerzos y rectificaciones sea por el momento muy negativo para el PSOE. Sin embargo la sentencia del Constitucional le conviene porque por una parte ha limado cuestiones graves en torno al término “nación”, la lengua catalana, el poder judicial y la fiscalidad, que podían haberle sido imputadas para el resto de sus días como daño irreparable a la nación española que consideraba “discutida y discutible”, y por otro lado la rectificación que ha sufrido “su” estatuto la pagarán José Montilla y el PSC en las elecciones catalanas del otoño.

Lo que permitirá a Zapatero cumplir su viejo pacto con Artur Mas para que el líder de CiU se convierta en el próximo presidente de la Generalitat y posible aliado del PSOE en los Presupuestos de 2011. Al tiempo que la sentencia le cierra en Cataluña la puerta al PP (que aparece como el malo de esta película del estatuto) y devuelve a Rajoy a la soledad de la oposición en el Parlamento nacional donde el PSOE espera lograr, tras las elecciones catalanas, un pacto estable con CiU y PNV para el resto de la legislatura.

En el haber del presidente Zapatero está, también, su rectificación en el ajuste social del déficit con un decreto convalidado en el Congreso de los Diputados, y la reforma del mercado laboral, con otro decreto aprobado pero pendiente de su proyecto de ley. Y aunque ninguna de las rectificaciones incluyen el ideal del ajuste si es cierto que se han dado pasos importantes y que el gobierno le ha quitado al PP parte destacada de sus discurso económico y social, aunque los populares insisten en más ajustes pero sin decir con claridad cuál es su proyecto final. Además las fusiones de las Cajas de Ahorro están en marcha y en ciernes la ley de Cajas y todo esto se ha hecho, aunque tarde, en solo dos meses y con la intención de contener el déficit y cumplir con los compromisos que había contraído Zapatero con la UE, a ver si se desactiva el ataque de los mercados a la deuda española.

Negar estas oportunas rectificaciones de Zapatero es negar la realidad por más que las decisiones tomadas se pueden considerar insuficientes o incompletas como ocurre con la reforma laboral. Frente a estas decisiones e iniciativas del gobierno, que se incluirán en el informe del gobierno para el debate sobre el estado de la nación, el PP presenta una crítica generalizada sin alternativas completas (Rajoy presentó algunos puntos de su programa económico el pasado día 25, pero no todo lo que debiera) y ello permitirá a Zapatero defenderse o salir airoso del esperado debate porque el inmovilismo que practicó frente a la crisis ahora se traslada al campo del PP.

El siguiente paso a dar por Zapatero es la esperada crisis del gobierno, un crucigrama de difícil encaje porque en la configuración del nuevo gabinete entrarán en juego no solo la estructura del nuevo gobierno (con reducción de ministerios y altos cargos) sino también puede que la propia estructura del PSOE –ahora está en juego la permanencia de Leire Pajín como portavoz y secretaria de organización del PSOE- y la nominación de los futuros candidatos del PSOE en varias autonomías (Madrid, Asturias, Aragón, etc) e importantes alcaldías.

Pieza maestra de la esperada crisis del gobierno será su fecha, y en ella se verá quienes son los ganadores del pulso político que se está celebrando entre zapateristas (Blanco, Chacón, Pajín y De la Vega) y felipistas (Rubalcaba, Chaves, Solana y De la Dehesa) para ver quien se alza con la vicepresidencia primera del gobierno y los llamados ministerios de Estado (Interior, Justicia, Defensa, Exteriores y Economía). Si Zapatero hace la crisis del gobierno después del debate de la nación se irá de vacaciones con cierta mejora de su imagen y de su situación política a la espera de que posteriores sondeos electorales anuncien el principio de su recuperación.

Eso es al menos lo que cree y espera el presidente. Otra cosa es o será lo que piensan de todo esto los ciudadanos que sufren la crisis y a los que la política les importa más bien poco porque los problemas los tienen en su trabajo y en su hogar. Y que saben el nombre del coautor de esta crisis que ahora espera hacerse perdonar. Puede que ya sea demasiado tarde, pero Zapatero está en ello y lo va a intentar.