ESCENARIOS PARA LA DIMISIÓN DE ZAPATERO

Artículo de Pablo Sebastián  en “Republica.es” del 11 de octubre de 2010

Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.

 

 

Aunque sabido es que Zapatero no quiere marcharse ni del gobierno ni del PSOE, y que está dispuesto a resistir hasta el final, también es cierto que su credibilidad y prestigio político está por los suelos, que ha hundido al PSOE en las encuestas preelectorales, ha perdido autoridad en su propio partido, como se vio en la negativa de Tomás Gómez a ceder el liderazgo madrileño a Trinidad Jiménez, y que muchos dirigentes y barones del Partido Socialista consideran imprescindible que anuncie su salida del poder, tal y como lo declaró días atrás el presidente manchego, Barreda.

La “caza” o sustitución de Zapatero o el principio del “postzapaterismo” en el PSOE es una operación política muy compleja y difícil de llevar a cabo porque, para empezar, ha de contar con la aceptación de la “víctima”, es decir del presidente del gobierno y líder de los socialistas. Y porque si todo se reduce al anuncio de que no será el candidato del PSOE en las elecciones generales de 2012 el sacrificio del líder no servirá para nada si permanece en el palacio de la Moncloa durante los próximos dieciocho meses causando estragos en el Gobierno, en las perspectivas electorales de los socialistas y dentro de su propio partido donde se habrá desatado una lucha descarnada por el control del poder.

Si Zapatero sigue al frente del gobierno y anuncia que se va del liderazgo del partido el anuncio de su retirada no servirá para mucho porque su falta de credibilidad seguirá impregnándolo todo, haciendo que se mantenga la desconfianza en la economía de este país, y dañando las expectativas electorales del PSOE. Además, si ese anuncio se hace demasiado tarde, es decir después de las elecciones autonómicas y municipales de 2011, entonces la despedida de Zapatero no servirá para mucho porque su mala fama y ruptura con la izquierda social habrá causado grandes estragos en las comunidades autónomas y en los ayuntamientos que entrarán en campaña electoral en mayo del próximo año. Y el daño regional y municipal al Partido Socialista se habrá convertido en el trampolín para la derrota final del PSOE en las elecciones generales de 2012. De hecho este destrozo va a comenzar en los comicios catalanes del próximo mes de noviembre.

¿Entonces? Pues para que la marcha de Zapatero sea efectiva y beneficie electoralmente al PSOE solo hay una solución: que dimita a la vez de los dos cargos que ostenta: como presidente del gobierno y del partido antes de las elecciones municipales y autonómicas de mayo de 2011. Para lo que tendría que convocar: un Congreso del Partido Socialista, que se elija a su sucesor en el partido porque, como dijo la ministra Chacón, Zapatero no ejercerá “el dedazo”, como lo pretendió con Trinidad Jiménez en Madrid, o como lo hijo Aznar con Rajoy; y también debería convocar una sesión de investidura del nuevo presidente del gobierno.

Salvo que, además de estas dos cosas -dejar la presidencia del gobierno y el liderazgo del Partido-, Zapatero decidiera adelantar las elecciones generales o hacerlas coincidir con las municipales y autonómicas de 2011. En ese caso Zapatero no tendría que dejar la presidencia del Gobierno porque compartiría su permanencia en el Ejecutivo con el nuevo líder y candidato del PSOE solo unos meses, y no año y medio hasta marzo de 2012. Además si en los próximos meses Zapatero lograra una buena noticia como la mejora económica –lo que parece muy difícil de imaginar-, o el anuncio de ETA del fin de la violencia, entonces esta última opción tendría opciones y cierto sentido porque al menos Zapatero se iría del poder con algún éxito importante. Aunque sabido es que el final de la banda y el proceso de entrega de las armas llevará muchos meses o algunos años y no será tan sencilla como lo creen algunos asesores de la Moncloa.

Estos son los escenarios posibles de la retirada de Zapatero a la que habría que añadir otra incógnita: ¿a dónde iría el entonces ex presidente del gobierno y líder del PSOE? Al Consejo de Estado, a la empresa de Roures, a la Alianza de Civilizaciones…Eso ya es demasiado adivinar. Bastante sería con que la sucesión de Zapatero se ponga pronto en marcha, lo que no es fácil de imaginar porque por más que el presidente amague con abandonar y diga eso de que tomará las decisiones que tenga que tomar “me cueste lo que me cueste”. Lo cierto es que Zapatero intentar agotar la legislatura y resistir hasta el final. No en vano el presidente sigue pensando y así lo dice a los visitantes que llegan al palacio de la Moncloa que el “es un hombre con suerte” y cree que lo va a demostrar.