ZAPATERO “PROSTITUYE” LA POLÍTICA

Artículo de Pablo Sebastián  en “Republica.es” del 16 de octubre de 2010

Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.

 

Cambio de favores por dinero público, he ahí el ejemplo de la “prostitución” de la política hasta límites insospechados, como los exhibidos en el pacto de estabilidad parlamentaria para lo que queda de la legislatura y para la aprobación de los Presupuestos Generales de 2011 hallado entre el presidente Zapatero y el líder del PNV Iñigo Urkullu. Un acuerdo que supera todos los  límites de la decencia política y democrática, por cuanto rompe las reglas elementales de la solidaridad interregional española, principios básicos de la soberanía nacional, y constituye un caso flagrante de compra de voluntades políticas con el dinero de las arcas públicas del Estado con el solo objetivo de salvar la presidencia y lo que queda de la catastrófica carrera política de Zapatero, dejando de paso al líder socialista y lehendakari del País Vasco Patxi López a los pies de los caballos del PNV. Y ¿Qué dicen y harán Basagoiti y Rajoy ante semejante espectáculo? Pues probablemente callar si no quieren que les echen en cara a ellos el “pacto del Majestic entre Aznar y Pujol”.

En todo caso un partido el PNV que también lleva en la venta de sus votos su alta cuota de responsabilidad por cuanto no dudan en apoyar a un gobierno y un presidente catastróficos, para España y para el País Vasco, a cambio de un buen puñado de millones, de trasferencias y regalos, y cabe sospechar que también de concesiones al entorno político de ETA, porque este presidente del gobierno español es capaz de cualquier cosa con tal de continuar. Y todavía pretende que le aplaudan los ciudadanos en los actos públicos de la fiesta nacional.

Nunca habíamos asistido a un espectáculo más flagrante e indecente de compra de voluntades y genuflexión del gobierno y del partido mayoritario frente a la minoría nacionalista del PNV (y de Coalición Canaria, cuyo gobierno apoya el PP) para comprar el voto de sus diputados, con grandes cantidades de las arcas del Estado (de momento llevamos contabilizados cerca de 600 millones de euros), en menoscabo del resto de las Comunidades Autónomas, y especialmente de las que son económicamente más débiles. Y todo ello con la velocidad, la improvisación y la opacidad que caracteriza este gobierno moribundo que ha vuelto a dar ejemplo de su catadura moral y política, porque con estas decisiones –que pueden ser objeto de graves denuncias ante los tribunales del Estado por abusos, prevaricación y discriminación al resto de ciudadanos del país- lo único que pretende es alargar la penosa agonía de Zapatero y empeorar la gravedad de la crisis económica e institucional española.

Nunca se ha visto pagar un precio tan alto en el habitual chalaneo y desvergonzado chantaje que las minorías nacionalistas ejercen contra los partidos nacionales en el gobierno, probando una vez más la necesidad de cambiar la ley electoral que infla injustamente la representación de estas formaciones políticas que carecen del menor respeto a España, e incluso a su propio país e ideología, por cuanto siempre están dispuestos a pactar hasta con el mismísimo diablo, de izquierda o derecha, con tal de llevarse algo al bolsillo. En este caso haciéndose cómplices de un presidente y de un gobierno que ya están en la historia como los peores de la transición, por citar solo los tiempos recientes.

Naturalmente al PSOE en general y a los socialistas de Andalucía, Extremadura, Valencia, las dos Castillas, Asturias, Aragón, Galicia, etc, no se les cae la cara de vergüenza ante semejante atropello nacional y espectáculo. Todos ellos regionalmente deben pedir a Zapatero lo mismo que les ha dado al País Vasco y al PNV, y con más razón porque el número de sus diputados en el Congresos supera con creces a los seis escaños del PNV. Algo que sin lugar a dudas les va a ser imputado a los dirigentes autonómicos del PSOE como ejemplo de insolidaridad regional y como silencio cómplice con el nacionalismo, primero con el estatuto catalán y ahora con esta razia de PNV a su paso por el palacio de la Moncloa, donde a punto ha estado de llevarse las lámparas del despacho presidencial.

En cuanto a Zapatero qué más se puede decir de este nefasto y peligroso personaje. Todo esto que acaba de hacer, le cueste lo que le cueste al Estado y al erario público, en su solo beneficio personal y en menoscabo de la soberanía  (¿acabarán sentadas las 17 autonomías españolas en el Ecofin?), nacional y la solidaridad interregional da una idea de su compromiso con España y con la izquierda –a la que ya ha traicionado y engañado demasiado- y de su ciega cabalgada por el precipicio del poder. Aunque lo peor de Zapatero puede estar por llegar porque acaba de demostrar que es capaz de cualquier cosa para permanecer unos meses más en el poder. Con lo que cabe suponer que todavía nos quedan cosas asombrosas por contemplar antes que este personaje salga del palacio de la Moncloa interpretando el que será un patético final.