ZP PUEDE DESTROZAR EL PSOE

Artículo de Pablo Sebastián  en “Republica.com” del 25 de abril de 2011

Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.

 

Dicen que desde que anunció que no será candidato en el año 2012 Zapatero está más relajado, sonriente, bromista y tranquilo. Si eso fuera así, después de haber dejado España en la ruina (y veremos si camino de la quiebra) y de cómo lleva al PSOE a una derrota espectacular, veremos que el personaje que nos gobierna y dirige el Partido Socialista es un irresponsable con una capacidad destructiva inagotable que no se frena en su propio entorno, sino que arrasa con todo lo que tiene a su alcance o a su alrededor.

Porque de confirmarse la encuesta publicada por el diario “El Mundo”, donde se asegura que el próximo 22 de mayo el PSOE perderá las elecciones en todas las Comunidades Autónomas que participan en dichos comicios, Zapatero habrá llevado a su partido a la mayor crisis desde el inicio de la transición. Porque semejante escenario –que aún se puede completar con la pérdida de las grandes capitales de provincia y la derrota en las generales de 2012- provocará la salida del PSOE del poder regional español, excepción hecha del País Vasco donde dependen del PP y por ahora de Andalucía donde los sondeos le anuncia otra derrota en los comicios autonómicos andaluces de 2012.

Lo ocurrido en España bajo su mandato es harto conocido, aunque en el PSOE y en sus medios de comunicación han pretendido taparlo o ignorarlo. Sin embargo lo que está pasando en el seno del Partido Socialista empieza a tener aires de un cierto dramatismo o de autoinmolación de un partido que ha asistido en silencio y con complicidad al permanente desastre político de Zapatero, sin reaccionar ni siquiera en defensa de sus intereses o parcelas de poder.

La causa de este suicidio político colectivo está dentro de la propia cultura y tradición del PSOE donde la autocrítica y la rebelión contra el autócrata o mal dirigente no existen. Al contrario, en casos de dificultades prima la estrategia de “hacer piña”, o de la “militancia pura y dura” como dijo no hace mucho Felipe González. Precisamente fue ante la grave crisis del felipismo, con los crímenes del GAL y la corrupción a granel –Filesa, fondos reservados, Guardia Civil, Banco de España, BOE, Cruz Roja, etc.- cuando el PSOE dio su peor ejemplo de la “piña podrida”: el día en el que la dirección del partido acudió a las puertas de la cárcel de Guadalajara a aplaudir –con González al frente- la entrada en prisión de Vera y Barrionuevo condenados por los repugnantes crímenes de los GAL.

En esos momentos ni hubo autocrítica ni se asumieron las oportunas responsabilidades políticas por lo ocurrido. Y ahora, por motivos bien diferentes, está pasando lo mismo. El PSOE se auto inmola con su jefe a la cabeza. Lo normal hubiera sido que Zapatero, tras reconocer en mayo de 2010, sus graves errores en la crisis económica y decidir un vuelco en su política social, hubiera dimitido como jefe del Gobierno y líder del PSOE pero se empeñó en seguir con el argumento de que haría las reformas “me cueste lo que me cueste”, dijo, como si fuera un héroe y convencido de que arreglaría la situación.

Y así permaneció hasta mediados de agosto pasado, fecha en la que la vieja guardia felipista del partido le invitó a iniciar su retirada incorporando a Rubalcaba al cargo de vicepresidente primero, para nominarlo como sucesor en los primeros días de 2011. Pero Zapatero no cumplió con la mitad de su promesa se resistió, hasta marzo, a anunciar su retirada y dejó la sucesión para el mes de julio y con unas primarias de por medio. Y todo ello gracias a que los barones regionales del partido –como los de Extremadura y Castilla La Mancha- lo presionaron con el argumento de que los llevaba a una gran derrota electoral.

Sin embargo si se confirma la hecatombe electoral de los socialistas que anuncian las encuestas entonces veremos si la piña del PSOE salta por los aires, y si Zapatero se ve en la obligación de abandonar la presidencia del gobierno y el liderazgo del PSOE. Incluso si se siente forzado a otorgar el adelanto de las elecciones generales porque el clamor ciudadano le presionará y le será difícil que el PNV o CiU le den apoyos parlamentarios para finalizar la legislatura.

Sin embargo antes de llegar a esa situación nos queda por delante la campaña electoral y apenas 28 días, y Zapatero puede que todavía sueñe con un milagro que le permita salvar la cara y escaparse una vez más. Por eso aún se ríe sin percatarse del estupor que impera en el PSOE y a su alrededor.