YA ESTAMOS OTRA VEZ CON CIU Y PNV

Artículo de Pablo Sebastián  en “Republica.com” del 29 de abril de 2011

Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.

 

No está el patio español para muchas bromas y menos aún el gobierno de Zapatero con un presidente en desbandada, el PSOE pendiente nuevo líder a través de unas elecciones primarias y todo el mundo a la espera de las elecciones del próximo 22 de mayo que fijarán un nuevo panorama de la política y desvelará la incógnita de si el PSOE se hunde o resiste la lógica progresión del PP por causa de la crisis de la economía.

En estas circunstancias, y mientras los bancos y grandes empresas deshojan la margarita de sus resultados, y se proyectan nuevas sombras sobre el futuro de las Cajas de Ahorro y el déficit del Estado, resulta lamentable otra vez el habitual espectáculo de las amenazas nacionalistas que ponen en duda la estabilidad del Gobierno de Zapatero a causa de la posible ilegalización de Bildu, por lo que se refiere al PNV, y por culpa de los fondos autonómicos por parte de CiU, los dos socios parlamentarios del Gobierno.

De ser ciertas ambas amenazas la posibilidad de adelanto de las elecciones generales tendría sentido porque dadas las circunstancias los Presupuestos Generales del Estado de 2012 son determinantes para la reducción del déficit público, por lo que resulta impensable imaginar en una prórroga de las actuales cuentas del Estado.

Además el PSOE se ha encontrado con una nueva revuelta del PSC que no quiere a Zapatero ni a sus ministros en las elecciones municipales de Cataluña, con lo que al PSOE le crecen los problemas dentro y fuera de su circuito.

Es verdad que los nacionalistas siempre amenazan y luego dan marcha atrás previo cobro de su particular impuesto de cesiones financieras o soberanistas, con lo que al día de hoy no se le puede dar mucha credibilidad a los envites de CiU y PNV. Los que por otra parte revelan su habitual capacidad de “chantaje político” en momentos de crisis o de inestabilidad política del Gobierno de España. Aunque una vez cobrado su impuesto luego se presentan ante el conjunto de la sociedad como los salvadores de España y de la gobernabilidad.

Lo hizo recientemente Jordi Pujol presumiendo de que fue gracias a CiU, y tras la abstención del PP, la aprobación del decreto de ajuste del déficit tras el estallido de la crisis de la deuda Griega, en mayo del pasado año, que podría haber puesto en peligro a España. La verdad es que, en esos momentos, la situación española no era tan crítica y la actitud de CiU (y la del PNV) tenían otras lecturas posibles como las de que, con su apoyo a Zapatero, eran cómplices y corresponsables de la mala gestión de la crisis por el gobierno socialista a la vez que ambos impedían un adelanto de las elecciones generales, cosa que no querían ninguno de los dos partidos nacionalistas.

El fondo de la cuestión está en que hace falta en este país una gran gobierno nacional, PP-PSOE sin chantajes ni presiones de los nacionalistas, para reconducir la crisis de la economía y del paro y reforzar la dañada cohesión de la unidad nacional, y no digamos para profundizar en una reforma democrática del país. Pero antes de esto debemos pasar por las elecciones regionales y locales del mes de mayo y después por las generales de 2012, si es que no se adelantan. Una posibilidad esta del adelanto que también está en manos de los nacionalistas, salvo que el PSOE se estrelle en los comicios de mayo y, finalmente, decidan pasar la página de Zapatero abriendo la puerta electoral.