ESPAÑA, PATAS ARRIBA

 

 Artículo de Pablo Sebastián en “La Estrella Digital” del 28/01/2005

 

Por su interés y relevancia, he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web. (L. B.-B.)

 

Puede que estemos ante una crisis pasajera, bajo una depresión propia de este gélido temporal que asola las tierras de Castilla, pero también puede que estemos ante otro síntoma evidente de la enfermedad que atenaza la vida española: el vacío o la debilidad del poder. La escasez de autoridad del presidente del Gobierno Zapatero ante sus socios y los propios dirigentes de su partido, que el jefe del Ejecutivo intenta paliar con buenos modales y con la necesidad de permanecer todos en el poder.

Pero esa debilidad de Zapatero, parlamentaria, personal y política, que de momento sobrevive por el interés común de sus aliados de seguir en el poder por encima de todo, es la que excita la cacería de sus propios vecinos y compañeros de viaje, que han visto con el Bambi que se creía el Rey León el momento oportuno de sacar sus propias ventajas aprovechando el río revuelto en el que navega ese arca de Noé que es el pacto de gobernabilidad del PSOE con PSC (reconocido partido autónomo), ERC e IU, camino de los rápidos y de un salto de agua final que puede destrozar la barcaza y hacerlos naufragar.

Estamos viviendo una semana demencial a la que le ha puesto música de tambor el presidente catalán, Pasqual Maragall —y que se cuide Esperanza Aguirre de las sardanas que baila con el catalán si no quiere que le pase lo mismo que a Zapatero con Ibarretxe en Moncloa—, con su pretensión de reformar el artículo segundo de la Constitución, hecha pública en Madrid a sólo unas horas de que su compañero del PSOE José Blanco dijera todo lo contrario rodeado de la mitad del Gobierno. ¿Quién manda de los dos, o quién dice la verdad? ¿Ya está Maragall como Ibarretxe, por más que lo suyo tenga más apoyo social?

Si a esto añadimos el protagonismo total del ministro Bono (en políticas de Defensa, Interior, Justicia, Social, Portavoz, Industria, Vivienda y Exteriores), convertido en presidente bis del Gobierno, y otras cuestiones como las que siguen: la crisis de la manifestación de las víctimas del terrorismo y la bronca del PSOE y el PP (donde Acebes está disputando el poder a Rajoy) en vísperas de la votación del Plan Ibarretxe; la ruptura interna y el desvarío de IU; la tensión exterior con Estados Unidos y el Vaticano; los diferentes problemas judiciales de los primeros banqueros del país; la diferencia de criterio entre el vicepresidente Solbes y el asesor económico del presidente (¿quién lidera?); y las campañas de los grandes medios de comunicación alineados con este o aquel poder. Si sumamos todo esto y la clara inquietud ciudadana, alarmada por la reaparición de ETA y la receptividad del jefe del Gobierno a sus mensajes negociadores y por todo lo que ocurre, podemos preguntar: ¿qué está pasando y quién gobierna en España?

Pues formalmente gobierna Zapatero, quien, desde la Patagonia argentina, nos dice con aires de santo predicador que debemos estar unidos y amarnos como buenos hermanos. ¿Cómo ama el Gobierno de la izquierda a todos esos emigrantes subsaharianos que traslada desde Canarias y deja abandonados en las carreteras del Levante gobernado por el PP, pero no en Cataluña y el País Vasco?

La España real no se corresponde con la España maravillosa y plena de estabilidad que hace pocos días nos dibujó el propio Zapatero en TVE. Esa España que, con desgana, se acerca a las urnas del referéndum europeo y que ya está calentado los motores de la nueva campaña electoral de País Vasco, una vez que el Congreso de los Diputados le diga a Ibarretxe que no a su plan, por motivos que se anuncian no muy lejanos a los que este Gobierno y sus socios querrían decir sí al plan máso menos soberanista de Pasqual Maragall.