LOS SILENCIOS DEL REY



 Artículo de
Pablo Sebastián en “La Estrella Digital” del 25.12.05

 

 Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.

 

Con un muy breve comentario al final:

 

ES QUE EL CONSENSO ES IMPOSIBLE CON EL GOBIERNO ACTUAL (L. B.-B., 25-12-05, 23:00)

 

 

Ya sabemos que los discursos del Rey Juan Carlos I tienen más de institucionales que de políticos, el cargo obliga. Pero a veces sería bueno que el monarca precisara algo, sobre todo cuando entra en el territorio de la polémica y luego no aclara el problema planteado, por ejemplo, en su último mensaje de Navidad nos habló de las tensiones en la vida pública, y del consenso, la concordia y el diálogo (le faltó citar el talante) como las medicinas que curan las tensiones. Pero no dijo por qué hay tensiones y cuáles son.

Siempre que se habla de tensiones políticas o de crispación, los que están en el Gobierno, en el poder, echan la culpa a la oposición y a los medios de comunicación por agitadores desmedidos y malintencionados. Ocurrió con la corrupción felipista, que no denunció el Rey, como por otra parte era lógico, ocurrió con la guerra de Iraq y está pasando ahora con esa gran centrifugadora del Estado que maneja el presidente Zapatero desde el Palacio de la Moncloa como si fuera una play station que no sabe ni puede controlar.

El Rey habla de tensiones como si fueran objetos voladores no identificados pero tienen nombre y apellidos: estamos ante un ataque frontal a la libertad de expresión por causa de esos Consejos Audivisuales que impulsan los gobiernos de Zapatero y Maragall, estamos ante la puesta en marcha de un Estado confederal en España, por la puerta trasera del Estatuto catalán, que exige además destrozos de la vida política nacional; estamos ante la desarticulación de la unidad judicial de España, del Tribunal Supremo, del Consejo General del Poder Judicial, cada vez más sometido a la política y con la invención, todo ello a petición del nacionalismo catalán, de los llamados juzgados de proximidad a nombrar por los gobiernos autónomos y con ventaja en Euskadi y en Catalñua para los que hablen vasco y catalán; estamos ante la persecución en Cataluña y en el País Vasco del idioma castellano, el español; estamos ante la corrupción del caso Montilla por La Caixa en beneficio del PSC, la contraprestación del Gobierno de Zapatero que quiere entregar a La Caixa el control de Endesa y de todo el sector energético español; y estamos asistiendo a una indigna negociación con ETA con el argumento de que ahora no mata y que sólo aterroriza y chantajea; y estamos ante otras muchas cosas más que sumadas a las citadas producen crispación.

No sabemos si el Jefe del Estado es consciente de que todo esto además incluye la ruptura de la solidaridad nacional en el marco económico del Estatuto catalán y en el doble fondo o bajo la mesa que se está pactando de la financiación. Pero nunca desde el inicio de la transición se habían puesto tantas cosas y tan importantes patas arriba por un Gobierno débil que no sabe a dónde va y que si lo sabe, o no entiende lo que ha sido y es España o tiene una idea, un proyecto para nuestro país que va a acabar rematadamente mal. No es fácil, lo sabemos, que el Rey entre en el debate político, pero pasan demasiadas cosas como para que el monarca hable de tensiones y no diga cuáles son y luego haga un llamamiento naif a la clase política para que recupere un consenso que no tiene solución porque el festín de todo este desvarío se lo están dando unos pocos (PSOE más nacionalistas) en el cuarto oscuro de la partitocracia de espaldas a la opinión pública y a la gran mayoría de los ciudadanos, a los que no se les cuenta nada y a los que se les quiere ocultar toda la verdad, de ahí, entre otras cosas, el celo en la nueva censura audiovisual. Paz, concordia, consenso, diálogo y mucho optimismo en estos días de Navidad, pero la procesión va por dentro y debería saberlo, si es que no lo sabe, la Casa Real.

 

Muy breve comentario final:

 

ES QUE EL CONSENSO ES IMPOSIBLE CON EL GOBIERNO ACTUAL (L. B.-B., 25-12-05, 23:00)

 

 La actual situación se caracteriza por algo que el Rey no puede decir abiertamente, y es que el Gobierno actual, con su orientación y alianzas, hace imposible el consenso. Las tensiones derivan de ahí. Por eso hay que cambiarlo, porque está realizando políticas para las que carece de mandato electoral, marginando para ello al PP por mor del Pacto del Tinell, vulnerando el Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo, y negociando acuerdos bajo mano con nacionalistas e independentistas,  y posiblemente también con  la sedicente izquierda abertzale. Los acuerdos de Santillana no mencionaban reformas estatutarias que implicaran una violación del modelo constitucional, ni alianzas y pactos que bombardearan el consenso democrático en que se basa el sistema.

Por tanto, se hace preciso sustituir al Gobierno actual, para que se pueda recomponer el consenso entre los dos grandes partidos del país, frenar la descomposición y restaurar el sistema mediante la reforma del Senado, de los Estatutos de Autonomía en consonancia con la Constitución, y de la ley electoral, a fin de evitar que las minorías destruyan la democracia. Si el PSOE no es capaz de asumir esa responsabilidad estará destruyéndose a sí mismo. Lo pagará muy caro. Y el país también.