ZAPATERO PIERDE EL CONTROL



 Artículo de Pablo Sebastián en “La Estrella Digital” del 20.02.06

 

 Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.

 

 

El presidente del Gobierno supo que ETA iba a hacer público de manera inmediata un comunicado anunciando la tregua y, sin tener la certeza sobre su contenido, se lanzó sin freno por la pendiente temeraria, al igual que lo hiciera con el Estatuto catalán. José Luis Rodríguez Zapatero ha perdido el control político de la situación española. Apareció en la Moncloa ante los medios de comunicación para anunciar que se acercaba el principio del fin de la violencia y correr a palos al PP. Pero a medida que se iban conociendo más datos sobre el comunicado —el ministro Bono decía el miércoles que lo que sabía no le gustaba nada— el presidente empezó a recular, a decir que el proceso sería muy largo, que no había prisa e intentaba sin éxito rebajar la expectación desatada, y azuzada por el abogado de los etarras, Íñigo Iruin, tras reunirse con varios informadores en Madrid.

Pero la euforia ya se había descontrolado y Batasuna dominaba las calles del Bilbao al mando de una manifestación ilegal contra el Estado de Derecho y a cuyo término ETA desvelaba su misiva pidiendo autodeterminación, presumiendo de los últimos atentados y avisando de que no aceptará una reforma autonómica como la planteada por Ibarretxe o la diseñada en Cataluña. Una vez más, el presidente Zapatero y su corte de optimistas recibieron la ducha helada de la banda, quedando en el mayor de los ridículos y dando la prueba palpable de que había perdido el control de la situación. Y no sólo en el País Vasco, sino en toda España, por los irreparables daños causados, y en Cataluña de una manera muy especial, como se vio en la manifestación de ERC que prueba el fracaso de un Estatuto que no contenta ni a nacionalistas ni a españolistas, mientras aparece en una lamentable soledad política el president Maragall.

ETA se ha mofado de Zapatero y en estos días de Carnaval controla la iniciativa y hace que más de uno abandone sus máscaras antes de lo previsto. Los dirigentes del PNV, a remolque de esta nueva situación promoviendo una declaración a favor de la paz etarra sin vencedores ni vencidos, con sus dirigentes escoltando a Otegi en la manifestación contra el juicio de la Audiencia Nacional y un Egibar deslenguado que calificaba a ETA de organización política que usa las modernas técnicas del terrorismo para derrotar —o matar— a las mayorías. Mientras Patxi López del PSE aceptaba con su silencio la paz etarra sin vencedores ni vencidos, una vez que la UGT ya había pactado su apoyo a esta iniciativa tras reunirse con LAB.

La banda terrorista los ha dejado a todos en evidencia una vez que Batasuna recuperó el control de la calle y la iniciativa política en el País Vasco, provocando una situación de absoluto descontrol y una euforia injustificada que recuerda a situaciones vividas en ese mismo territorio a la muerte del dictador Franco y en vísperas de la democracia. Pero con la notable diferencia de que lo que los nacionalistas pretenden no es la democracia sino la puesta en marcha de un original —con movilizaciones políticas y sociales y el apoyo de las instituciones autonómicas— proceso revolucionario e independentista, al margen del Estado de Derecho y de la legalidad.

El desconcierto impera en el palacio de la Moncloa y el desasosiego en la gran mayoría de los españoles. Ocurrió una situación parecida cuando el Parlamento catalán aprobó su proyecto de Estatuto con toda solemnidad, ante el estupor general de todos menos del gran iluso Zapatero. Proyecto de Estatuto que luego ha tenido que se reconducido en una parte —pero no todo lo que se debiera porque sigue siendo inconstitucional— por el pacto alcanzado con CiU, y aún queda por ver qué ocurre con ERC y con Maragall. Aunque la bacanal política y social desatada en el País Vasco, que incluye la práctica derogación de la Ley de Partidos, tiene un calado y unas consecuencias muy graves, porque parece claro que el Gobierno de Ibarretxe y el PNV han uncido su destino al de Batasuna y no están en condiciones de aplicar la legalidad, sobre la que hace la vista gorda el Gobierno central de Zapatero, con sus fiscales ausentes y sus permanentes guiños a un Otegi que se deja cortejar.

Y ¿dónde estamos? Pues peor que antes, porque Zapatero había bajado la guardia de la legalidad y de la democracia para facilitar el comunicado de la tregua de ETA. Pero la banda ha considerado insuficientes las concesiones del Gobierno y pide mucho más, una declaración sobre el principio de autodeterminación como una condición imprescindible para que la banda vuelva a hablar, probablemente antes del Aberri Eguna del próximo 16 de abril, mientras los más optimistas consideran que hay que avanzar poco a poco, con o sin tregua, conformándose con la decisión etarra de no matar. Aunque este camino está también amenazado al descartar ETA toda vía de reforma autonómica.

Entonces, ¿qué hacer? Al Gobierno sólo le queda como elemento de presión sobre los nacionalistas de Batasuna su ilegalidad de cara a las próximas elecciones municipales, que es una cita crucial para ETA y su entorno. Pero los de Batasuna ya tienen en el PCTV una segunda vía para participar si las cosas siguen como están, convencidos de que el presidente Zapatero ha perdido la iniciativa y el control, amen de haber dejado bajo mínimos el prestigio del Gobierno y la dignidad nacional.