UN CIERTO DESGOBIERNO



 Artículo de Pablo Sebastián en “La Estrella Digital” del 16.05.06

 

 Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web. 

 

El Gobierno de Zapatero anda en el desgobierno y con pocas ideas para salir de cada uno de los laberintos en los que anda perdida su gestión. Ataque de las pateras, más nacionalizaciones en Bolivia, profunda crisis en Cataluña y en el PSC, declaraciones vindicativas de los etarras y desconcierto social ante la lenta pero imparable caída de la actividad económica, que empieza a dar signos de debilidad.

El Gobierno de Evo Morales continúa su escalada de desafío a la legalidad internacional y a España en particular; el encuentro en Viena entre Morales y Zapatero no sólo no dio frutos sino que ha dado pie a un empeoramiento de la situación, además del proceso de nacionalización de Repsol, política y económicamente disparatado e ilegal, ahora llega la exigencia oficial a los accionistas de BBVA en Repsol de la entrega gratuita de todos los títulos al Gobierno de La Paz. ¿Qué hacer?

En las playas de las islas Canarias cunde el pánico ante la oleada imparable de pateras y cayucos que, aprovechando el buen tiempo, se lanzan al mar con cientos de emigrantes desesperados en busca de trabajo y de libertad. La vicepresidenta De la Vega anuncia que se va a contratar un satélite espía para controlar las barcazas de la desesperación; pero una vez localizadas, ¿qué hacer?

En Cataluña, la expulsión de la Esquerra del Gobierno de la Generalitat se consumó con un discurso lamentable y llorón del presidente Maragall, quien, desautorizado por los suyos, inicia sin apoyos ni credibilidad la campaña del referéndum catalán. ¿Qué va a pasar? ¿Quién será el sucesor de Maragall en el cartel electoral del PSC?

Más incógnitas sin respuesta sobre la mesa del presidente Zapatero. ETA ha exigido una serie de contrapartidas políticas, las mismas de siempre: el fin de la actuación judicial y policial contra la banda, derecho de autodeterminación, anexión de Navarra, Batasuna legalizada e inicio de un proceso negociador político sobre el País Vasco paralelo a la negociación sobre la violencia y los presos de la banda. Y vuelven a amenazar diciendo que la tregua no es definitiva, etcétera. Y el presidente da la callada por respuesta porque no sabe qué contestar: si acepta la vía política se organizará una gran protesta nacional, si rechaza todas las propuestas de ETA, la banda empezará a mover su kale borroka y volverá a los llamados atentados de baja intensidad, convencidos como están de que políticamente tiene a Zapatero en sus manos. Un crimen más y el presidente habrá perdido casi todo su capital.

En todo caso, la euforia de la tregua de ETA no es lo que era. Ha perdido mucho gas con la propia normalidad y el cansancio de este debate, y corre el riesgo de pasar hacia el terreno del pesimismo si ETA continúa su escalada de declaraciones, que llegan a todos los españoles y provocan la indignación general.

En este asunto crucial, el Gobierno debería saber que ETA no tiene posibilidades de dar marcha atrás, porque perdería para siempre la oportunidad de negociar. Y además debe entender que sus diatribas, mensajes y declaraciones tienen como objetivo su público radical para transmitir a los suyos la imagen de que estamos ante un proceso de paz, de igual a igual, pero no de rendición incondicional, que es el único proceso que se debería aceptar. Entre otras cosas porque los presos de ETA, que han visto abierto el cielo de su posible libertad, no les perdonarían a los jefes de la banda que perdieran la oportunidad.

Con estos datos en la mano y la dignidad y capacidad de sufrimiento del pueblo español, ¿a qué espera el Gobierno para decirle a ETA que no aceptará ninguna de sus exigencias y que todo eso que piden depende de la soberanía nacional española y no de la vasca, por lo que nada de ello es aceptable ni viable? Nadie lo sabe.

Como no sabemos lo que está pasando en el Gobierno de la única nación española. Pero da la impresión de que, como a Maragall, a este presidente del Gobierno se le escapan los asuntos de las manos. En Cataluña, el PSC ha tomado las riendas; en Madrid, el ala felipista del PSOE ha metido a Rubalcaba en el Gobierno, el displicente y lánguido ministro de Economía, Solbes, ya no sabe qué hacer ni con las OPAs ni con Bolivia, y el más tonto de los ministros del Gobierno, el inefable Caldera, que legalizó a un millón de inmigrantes ilegales llamando a toda África y que acaba de dar luz verde al Este de la Unión Europea, ha alquilado un satélite para espiar a los cayucos mauritanos para ver si vienen por allí o por allá. ¿Quién nos gobierna? ¿Dónde está?