O NEGOCIACIÓN CON ETA O ELECCIONES 

 

 Artículo de Pablo Sebastián en “La Estrella Digital” del 22.05.06

 

 Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.

 

O el Gobierno pacta con el PP los términos y el marco de la negociación con ETA, o el presidente Zapatero no tendrá más remedio que convocar elecciones anticipadas si es que quiere avanzar, a su manera, en la negociación con la banda terrorista y su entorno. Ir a ese encuentro con ETA sin el apoyo del PP y de las víctimas del terror, con el solo soporte del PSOE y de los partidos nacionalistas es un riesgo muy serio para Zapatero y su partido, que ya avanzaron con esas alianzas en el Estatuto catalán rompiendo así el consenso constitucional sobre el modelo de Estado, pero no pueden hacer lo mismo en la cuestión del terrorismo y del Estatuto vasco sin provocar una crisis política de una gran envergadura y trascendencia nacional.

Sobre todo ahora que, una vez pasada la euforia inicial de la tregua de ETA, todas las encuestas advierten al PSOE de la desconfianza de los españoles en este proceso, lo que le ha dado nuevas alas al PP para exigir garantías sin contrapartida política alguna a los etarras y a su entorno de Batasuna. Aunque todavía falta por ver y clarificar muchas cosas, sobre todo las intenciones de Zapatero, que ya enseñó su disposición a cualquier pacto en Barakaldo, así como la posición política de Rajoy, quien ahora permanece en un discreto segundo plano, dejando hacer a sus lugartenientes más decididos y contrarios al proceso negociador.

El liderazgo único y personal de Zapatero, en el Gobierno y en el PSOE, empieza a ser tan preocupante por los riesgos que incluyen, y que a la vista están en Cataluña y el País Vasco, como las sonoras ausencias y las escapadas de Rajoy al frente del PP cada vez que el partido se enfrenta a un acontecimiento de envergadura, como ocurrió el domingo con el discurso de Zapatero en Barakaldo anunciando por su cuenta el inicio en junio de negociaciones con ETA. Y desplegando el mensaje de la ambigüedad de cara a todas las concesiones que el Gobierno pretende otorgarle a ETA en lo referente a los presos y ventajas políticas, empezando por hacer oficial una negociación que hasta ahora discurre en secreto.

Dónde está Rajoy? ¿Por qué Rajoy no ha salido inmediatamente a responder el discurso de Barakaldo? ¿Es cierto lo que dicen en el PSOE de que Zapatero le informó a Rajoy previamente, cosa que desmienten en el PP? Fuentes del PP aseguraban ayer que la conversación entre Zapatero y Rajoy se celebró el lunes por la mañana y que el jefe de los populares le dijo a Zapatero que lo ocurrido en Barakaldo no estaba en el pacto que habían establecido ellos dos. ¿A qué espera Rajoy para explicar en público su posición?

Lo cierto es que en estas circunstancias, sin duda graves, quien ha respondido a Zapatero con contundencia y severas palabras ha sido el secretario general del PP, calificando el proceso negociador, o de paz según Zapatero, de proceso de chantaje de ETA a todos los españoles. Un lenguaje que presupone un ruptura frontal del apoyo político inicial que el PP, por boca de Rajoy, le ofreció a Zapatero para buscar el fin de la violencia. Cabe imaginar que Acebes no habla por su cuenta, sino que interpreta la posición del PP y de su líder silencioso una vez que Zapatero anuncia negociaciones con ETA sin haber reunido el Pacto Antiterrorista, y sin recibir la autorización expresa del Congreso de los Diputados.

Lo normal sería que Rajoy hubiera hablado el domingo o el lunes a lo más tardar, una vez que los debates de control parlamentario al Gobierno se transmiten “en diferido” por causa de la imposibilidad de introducir en el orden del día los asuntos candentes de cada momento. Aunque todo apunta a que esta cuestión de la negociación tendrá que acabar saliendo en el debate sobre el estado de la nación de finales de mayo, porque sería un grave error del PP lanzar las piedras que está lanzado ahora y eliminar del debate el asunto más importante del momento político español.

Desde el PSOE se pretendía que durante este gran debate Zapatero pidiera a la Cámara su apoyo para negociar con ETA —como ya lo hizo de manera condicional el pasado año—, pero entonces era el PP el que pretendía separar debate y negociación. Pero a la vista de cómo están las cosas lo mejor para todos sería que en este debate nacional se produjera una definitiva clarificación. Y como consecuencia de la misma —al fin y al cabo el problema de la cohesión territorial y de la negociación con ETA están hoy día relacionados—, el presidente verá si avanza solo y con los nacionalistas al encuentro con ETA, o si convoca elecciones generales para que sean los ciudadanos los que decidan lo que hay que hacer. Y si Zapatero no quiere elecciones, las debería exigir el PP.

Eso es al menos lo que pretende el sector más conservador del PP, opuesto desde el inicio a la negociación con ETA con una doble intención: poner en apuros a Zapatero y a prueba, y cuando antes, la segunda oportunidad para el liderazgo de Rajoy.