ZAPATERO APOYA EL DIÁLOGO POLÍTICO CON ETA MIENTRAS EL PP ESTUDIA RETIRARLE SU APOYO

Rajoy sabe que el presidente lo engañó el pasado día 20 en la Moncloa

 


 Artículo de Pablo Sebastián en “La Estrella Digital” del 01.06.06

 

 Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web. 

 

El Partido Popular con su líder, Mariano Rajoy, a la cabeza se siente engañado por el presidente del Gobierno, que ayer anunció el inicio del “diálogo político” con ETA y que no cesa de presionar a la Justicia para que Otegi no ingrese en prisión, y estudia en serio anunciar una ruptura del apoyo otorgado por el PP al presidente Zapatero para que aborde el fin de la violencia etarra, buscando el momento más oportuno para que una mayoría de los ciudadanos apoyen y entiendan tan importante decisión del PP. De un partido que renunció a hablar de ETA en el debate de la nación, y por eso lo perdió, y que horas después se ha encontrado con Zapatero hablando de “diálogo político”, con Patxi López anunciando un encuentro oficial del PSE-PSOE con Batasuna, y con el ministro de Justicia presionando al juez Marlaska para que no encarcele a Otegi.

No sabemos bien quién es el que marca el ritmo del llamado proceso de paz: si ETA exigiendo concesiones inmediatas al Gobierno, o el presidente Zapatero que ya tiene pactada con ETA, PNV y Batasuna la “hoja de ruta” y el ritmo negociador con toda clase de concesiones políticas y judiciales a la banda. Como las que el Gobierno y ETA pretenden obtener de manera inmediata presionado al juez Grande-Marlaska, para que Otegi y otros dirigentes de Batasuna no entren en prisión. Presión que el Gobierno ejerce con igual descaro con el que Zapatero engañó personalmente a Rajoy durante la reunión secreta que ambos celebraron en el palacio de la Moncloa el pasado sábado día 20, horas antes de que Zapatero anunciara en Barakaldo el inicio de la negociación con ETA en el mes de junio, asunto del que no le informó a Rajoy, de la misma manera que le ocultó que el PSOE estaba preparando un encuentro oficial con la ilegal Batasuna.

Mentiras y deslealtades que una y otra vez vienen soportando Rajoy y el PP pero que no les ha impedido renovar su apoyo al Gobierno en la negociación con ETA durante el pasado debate sobre el estado de la nación. El que perdió el PP precisamente por haber renunciado a hablar sobre ETA, quedando luego en ridículo al conocerse que el PSOE tiene previsto un encuentro político con la ilegal Batasuna, o al escuchar decir al propio presidente Zapatero que “el diálogo político” con ETA empezará antes de que la banda se disuelva o abandone las armas, como lo afirmó en el Congreso de los Diputados en respuesta a las intervenciones del diputado de PNV, Erkoreka, provocando la tardía reacción del portavoz Acebes, que habla de traición del Gobierno a la Ley de Partidos y al Pacto Antiterrorista.

De momento, y siguiendo las órdenes del Gobierno, la Fiscalía del Estado no ha pedido prisión para Otegi, que ayer declaró ante el juez Marlaska sobre sus últimos desafíos a la legalidad y a la Justicia. Y no sólo eso, el ministro de Justicia, López Aguilar, tuvo el descaro de trasmitirle al juez Marlaska el mensaje de que la Justicia tiene que tener en cuenta el ambiente político y social que rodea la crisis del País Vasco. Y a no olvidar ni perder de vista el posible regreso del juez estrella Garzón, tan aficionado al espectáculo, que planea sobre la Audiencia Nacional con ganas de gran protagonismo y de sustituir a Marlaska si se le presenta la ocasión, o si el Gobierno lo necesita.

Quienes creen que es ETA la que presiona al Gobierno para que inicie la negociación y empiece a hacer concesiones políticas y judiciales —sentarse con Batasuna y no meter en la cárcel a Otegi y otros de la cuerda—, estiman que las últimas declaraciones de ETA al diario Gara constituían un verdadero ultimátum a Zapatero para que pusiera en marcha de una vez el proceso, a la vez que incluían un aviso al propio Otegi para que no bajara la guardia ni mostrara más entusiasmo del debido por el proceso en curso. De ser esto cierto, el argumento de ETA no sería otro que el de decir que ellos han puesto en marcha la tregua y que ahora le toca mover ficha a Zapatero.

Y como consecuencia de la amenaza etarra el presidente anunció en Barakaldo el inicio de la negociación con ETA, anunció “diálogo político” en el Parlamento, mientras desde Bilbao Patxi López hacía pública la decisión del PSE-PSOE de sentarse oficialmente con Batasuna, para abrir el citado diálogo político.

Otros observadores interesados en el proceso señalan que no hay presión de ETA sobre la Moncloa, sino la puesta en marcha de un preciso y minucioso plan u “hoja de ruta”, en el que no sólo está incluido el calendario de la negociación “militar” y política con la banda, sino el diseño del nuevo Estatuto del País Vasco, de acuerdo con conversaciones ya celebradas entre los responsables de la Moncloa y el PSE con PNV y Batasuna.

Lo que no aparece en ninguna de las dos alternativas citadas es el menor protagonismo del PP, porque para fuentes próximas a la sede de los populares de la calle Génova de Madrid, Zapatero pretende con todo esto acabar con ETA y con el PP en la persona de Rajoy. De ahí que sorprendiera el martes cómo después de que Rajoy diera su apoyo a Zapatero en el proceso negociador, el portavoz de la Moncloa, Moraleda, y otros de sus medios propagandistas —la Cuatro TV y la SER— empezaran una campaña para decir que está cerca el final de Rajoy. ¿Les ayuda y lo quieren eliminar? ¿Por qué?

Pues porque el proceso negociador con ETA es muy complicado y necesitan un PP que no esté fuerte o esté en crisis, e incluso un PP descabezado por si hay problemas y el presidente necesita convocar de urgencia elecciones generales anticipadas.

Y en estas circunstancias, ¿cómo Rajoy se deja engañar y sigue apoyando a Zapatero? Según fuentes del PP, Rajoy quiere ser coherente y responsable con la oportunidad de acabar con ETA, a pesar de que sabe que eso le puede costar muy caro al PP y a él. Pero lo cierto es que el primer dirigente de este partido se ha visto sorprendido por el cúmulo de trampas y mentiras utilizadas por Zapatero para neutralizarlo en el debate de la nación y ahora está indignado. Aunque en el PP no se atreverán a romper su apoyo a la negociación con ETA si de verdad no se les presenta una ocasión clara para que una gran mayoría de ciudadanos les siga en sus posiciones.

Una postura esta que tiene un claro color electoralista y altos riesgo, porque se están encrespando los ánimos en los sectores más conservadores del PP y produciéndose gestos de desconcierto e indignación en asociaciones de víctimas, dirigentes vascos de este partido —que no entienden la ambigüedad y generosidad de Rajoy—, y no digamos en los medios de comunicación más radicales —El Mundo y la COPE—, donde ya nada se descarta, incluso una crisis en el PP si las cosas siguen como van.

Si, como se desprende de las palabras de Acebes acusando de traición a Zapatero, el diálogo político con Batasuna es una oportunidad para escenificar la ruptura, no les va a ser muy fácil a los dirigentes del PP —que además no controlan las televisiones— explicar su posición, porque si el Congreso autoriza al Gobierno a hablar con ETA, en cierta manera también les anima a hablar con Batasuna. ¿Acaso no son la misma cosa?

El PP está inmerso en una difícil encrucijada, aunque no menor que la del Gobierno, que en este momento depende, también, de que ETA no rompa la tregua con un crimen. Y puede que los populares se hayan equivocado y los hayan engañado, pero a partir de ahora ya tienen todas o casi todas las cartas boca arriba y tendrán que actuar, en una o en otra dirección. A sabiendas que este proceso de negociación con ETA no es en nada comparable a otros de pasados gobiernos, porque al final de la banda está ligado el nuevo Estatuto vasco y el modelo del Estado español.