EL GOBIERNO TEME LA MUERTE DE DE JUANA CHAOS



 Artículo de Pablo Sebastián en “La Estrella Digital” del 04.10.06

 

 Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.

 

El primer ministro británico Tony Blair se ha entrevistado con el presidente José Luis Rodríguez Zapatero en el palacio de la Moncloa, donde le ha dado su apoyo político al proceso de negociación con ETA en un momento en que dicho proceso parece cada vez más estancado y pendiente del hilo que mantiene vivo, en su huelga de hambre de cerca de sesenta días, al etarra De Juana Chaos, porque de producirse el fallecimiento de este ex miembro de ‘comando Madrid’ condenado a 3.000 años de cárcel por 25 asesinatos, los jefes más radicales de ETA y el colectivo de presos de la banda pondrían en jaque toda la negociación.

Así lo estiman medios bien informados próximos al Ministerio de Interior, que añaden la preocupación por esta situación no sólo del Gobierno de Zapatero, sino también de los dirigentes etarras y de Batasuna más propicios al proceso de paz, hasta el punto que se ha comentado que dirigentes de la banda habrían intercedido ante la familia de De Juana para que depusiera su huelga de hambre, que de momento se está paliando a base de una alimentación médica. De ahí, entre otras cosas, la reciente iniciativa de la Fiscalía General del Estado de interceder ante la Audiencia Nacional para permitir —cosa aceptada— el traslado del terrorista a un hospital especial para ser atendido con toda clase de cuidados e impedir así su fallecimiento.

La preocupación del Gobierno por este terrorista, al que se le imputó un nuevo delito por artículos amenazantes publicados en Gara cuando iba a cumplir su condena, muestra el difícil momento por el que atraviesa el proceso negociador a pesar de los mensajes de optimismo que están transmitiendo desde la Moncloa a los medios y a periodistas de su entorno con dos objetivos: para trasmitir a ETA y Batasuna que todo es posible, y para preparar a la opinión pública sobre posibles nuevas concesiones del Gobierno a ETA y su entorno político, quitando hierro de paso al renacer de la violencia callejera.

Nuevas concesiones relativas al posible inicio de la mesa política de negociación que ha exigido Batasuna y que el lehendakari Ibarretxe dice que está funcionando, se supone que en secreto o en discretas reuniones bilaterales, en las que incluso se están barajando fórmulas para incluir de alguna manera —como la nación en el preámbulo del Estatuto catalán— el derecho de autodeterminación. Convencido como está Zapatero de que en todo esto lo importante es alcanzar una tregua definitiva de ETA, a ser posible para antes del mes de febrero, lo que le daría a Batasuna todas las facilidades para participar en las elecciones locales del 2007, y al Gobierno un importante resultado político para lucirlo en dichas elecciones y también en las autonómicas, especialmente en lo que se considera su gran objetivo: la Comunidad y Ayuntamiento de Madrid.

El presidente, por lo que se ve y se escucha, no atiende a textos legales ni a pactos que rompan el vigente marco democrático como el Pacto Antiterrorista, sino que está cada vez más empeñado en avanzar en la negociación y por ello hace llamamientos privados a los medios de comunicación, mensajes y gestos continuos a ETA y Batasuna y mueve apoyos internacionales a favor del proceso, como la visita de Blair o el debate que se va a celebrar en el Parlamento Europeo para completar su estrategia de crear un ambiente propicio a todo esto en la opinión pública, frente a la posición inmovilista del PP, de las asociaciones de víctimas y de los que, además, pretenden unir la masacre del 11M con ETA porque considera que si encontraran un nexo ello haría imposible este proceso negociador.

En todo caso, la salud del etarra De Juana Chaos se ha convertido en una cuestión previa a dilucidar porque, de fallecer el terrorista, todo el proceso podría, como poco, bloquearse por mucho tiempo, e incluso puede que fracasar si ETA quisiera tomar venganza y dar por cerrado el alto el fuego. Algo que nunca conviene descartar, por más que desde el palacio de la Moncloa no paren de lanzar mensajes optimistas con una campaña que está dibujada y orquestada precisamente porque las cosas no van como ellos pretendían, o simplemente porque pueden empeorar.