ZAPATERO INSISTE EN LA PAZ CON ETA

 

 Artículo de Pablo Sebastián en “La Estrella Digital” del 04.01.07

 

 Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web. 

 

El presidente Zapatero insiste en su obsesión de logar la paz con ETA a pesar del grave atentado de Barajas, es decir insiste en la negociación porque en su segunda aparición tras la explosión del coche bomba no ha querido hablar ni de ruptura del proceso ni de derrota o rendición de ETA sino que mantiene su discurso de la paz y aparentemente su decisión de continuar los contactos con los terroristas a la primera oportunidad que se le presente. No cabe otra interpretación para sus palabras que han estado acompañadas de vocablos que indican un gran desconcierto o desequilibrio mental del presidente, como cuando dice que tiene “energía”, o que tiene la “convicción” —palabra que ya usó el 29 de diciembre para decir que tenía la convicción de que el 2007 sería mejor año en la lucha contra ETA—, o la “determinación”, otra de sus palabras preferidas para dar la impresión de seguridad y firmeza. Como cuando tras el atentado dijo por dos veces que había “dado órdenes”, como si de un comandante en jefe militar se tratara.

Pero toda esta literatura de presunta firmeza, decisión y energía nunca la aplica Zapatero para tranquilizar de verdad a los españoles y anunciar que va a perseguir a ETA —y no solo al comando del atentado— hasta su destrucción, o para reiterar lo que ya dijeron, presuntamente en su nombre, Rubalcaba y Blanco cuando afirmaron que el proceso de negociación con ETA está roto, muerto, liquidado. Para Zapatero, que no admitió ayer ninguna pregunta para permanecer en su calculada ambigüedad, el proceso solo sigue suspendido. Y además el presidente no tiene ningunas ganas de comparecer ante el Congreso de los Diputados, aunque sus portavoces dicen que lo hará a sabiendas de que no lo podrán evitar. Por ello Rubalcaba busca tiempo con su anunciada ronda con los grupos parlamentarios que ya sabe que no servirá para nada porque el PP no aceptará, y con razón, mas pacto que el Anti Terrorista a sabiendas que no se puede pactar nada con ERC que está mas cerca de Batasuna que del PSOE o con el PNV mientras Ibarretxe siga apostando por la reactivación del proceso.

Lo que se esperaba de la segunda alocución del presidente, tras la alarma que produjo la primera cuando hablo solo de suspender momentáneamente el diálogo con ETA, era una clarificación de su posición personal frente a ETA, su anunció formal de que derrotará a la banda con los instrumentos del Estado de Derecho, y su decisión de volver al Pacto Antiterrorista y de informar al Parlamento sobre lo ocurrido y lo que piensa hacer. Pero no, Zapatero sigue en sus trece con su lenguaje providencial, mesiánico y críptico lo que produce una sería preocupación en una gran mayoría de los españoles, y no solo en Madrid —como dicen los intoxicadores de la Moncloa— sino también en el PSOE y en algún miembro de su gobierno que en privado han declarado su asombro por la falta de percepción de la realidad del presidente ante la gravedad de la situación.

Un disparate tras otro en las adversidades que no cesan porque ayer ha aparecido otro coche bomba que estaba siendo preparado para un posible e inminente atentado según la policía autónoma vasca. Pero eso a Zapatero le da igual porque el ya dijo aquello de que el proceso sería “largo, duro y difícil”, y luego añadió que había que tener “temple” para aguantar las embestidas de ETA, y eso es precisamente lo que está haciendo él, aguantar y esperar sobre todo el próximo comunicado de ETA a ver si la banda ofrece una nueva oportunidad, porque a lo mejor considera que se les ha ido la mano por la muerte de los dos ecuatorianos, y deciden hacer una rebaja en sus pretensiones negociadoras. Esto y no otra cosa es lo que tiene Zapatero en la cabeza que, en su última alocución, recordó que cuenta con el mandato de los españoles —pero no para hacer lo que está haciendo— como advirtiéndole a propios y extraños que es el quien tiene por derecho el poder y que no se va a plegar a presiones de nadie sino que seguirá su propio camino.

Pues bien, allá Zapatero, su Gobierno y el PSOE si siguen por esa ruta. Si no entienden que lo de las extorsiones, la kale borroka, el secuestro y el robo de pistolas en Francia, el zulo encontrado en Amorebieta, el coche bomba de Barajas y el nuevo coche bomba que estaba en preparación en Atxondo, no son indicios suficientes para saber como ve ETA el proceso. El presidente tardó nueve horas en aparecer tras el atentado de ETA y cinco días en visitar Barajas, y aún no ha dicho nada claro ni decidido contra ETA sino que sigue enviando el mensaje de la ambigüedad. Veremos si en el Parlamento rectifica y rompe de una vez el famoso proceso. Pero no es fácil que eso vaya a ocurrir porque en Zapatero confluyen unos aíres mesiánicos y un desprecio por la realidad (y también por la legalidad) que lo empujan hacia su particular precipicio, sin que nadie, ni sus íntimos colaboradores, ni su partido lo puedan frenar.