ZAPATERO CONGELA HASTA 2011 LA DECISIÓN SOBRE SU CANDIDATURA

Informe de  Gonzalo López Alba - Madrid en “Público” del 20-12-09

Por su interés y relevancia he seleccionado el informe que sigue para incluirlo en este sitio web

 

La posibilidad de que decida no optar a un tercer mandato siembra la inquietud en el Gobierno y en el PSOE

 

José Luis Rodríguez Zapatero ha decidido congelar hasta 2011 el debate y la decisión sobre su candidatura en las próximas elecciones generales, según aseguraron a Público fuentes próximas al presidente del Gobierno.

"El presidente no se ha puesto a pensar en eso y no lo va a hacer hasta 2011", según estas fuentes, que agregaron: "Está volcado en la recuperación económica y en la Presidencia rotatoria de la Unión Europea", que no volverá a desempeñar un español hasta dentro de 14 años y cuya prioridad es también impulsar la salida de la crisis.

Los pesos pesados adelantan que no tiene "autonomía para irse"

Será en la fecha señalada y probablemente a comienzos de ese año cuando "se ponga a reflexionar", a pocos meses de las elecciones municipales y autonómicas a finales de mayo o principios de junio. La decisión, según las mismas fuentes, la compartirá con su familia cuya opinión será determinante y, posteriormente, recabará el parecer del partido para resolver si opta o no a un tercer mandato como presidente del Gobierno.

Sin embargo, la posibilidad de que el presidente decida no concurrir como candidato a las elecciones de 2012 se ha convertido en un tema habitual de conversación en círculos socialistas y gubernamentales en las últimas semanas. "Es así y me preocupa", reconoció a este periódico uno de los dirigentes más próximos al líder del PSOE, partidario de abortar el debate antes de que salte a la opinión pública.

 

Cansancio coyuntural

En el origen de las especulaciones están los síntomas de cansancio que se aprecian en el presidente. Sus colaboradores más cercanos los atribuyen a "la extrema dureza de este año", no sólo por la situación económica, sino también por la sucesión de acontecimientos que, como el secuestro del Alakrana o el más reciente caso Haidar, han tenido sometido al Gobierno y en particular al presidente a un estado de máxima tensión, por la gravedad de los asuntos y por la utilización que ha hecho el PP para desgastar al Ejecutivo. Pero quienes vienen colaborando con Zapatero desde el inicio de su andadura política sostienen que "puede resentirse, porque es humano, pero tiene una gran capacidad de encaje y recuperación".

Así ocurrió, por ejemplo, cuando, estando en la oposición, vio cómo se le escapaba la conquista del Gobierno autonómico de Madrid por el tamayazo o cuando, ya en el poder, en 2006, ETA reventó la tregua con el atentado de Barajas, al día siguiente de haber pronosticado que el fin del terrorismo estaba "más cerca".

Zapatero ha tenido hasta ahora un cuidado extremo en evitar cualquier pronunciamiento que pudiera comprometer su decisión futura. Su declaración más explícita la realizó en junio de este año a la revista Magazine: "[Ocho años] es un tiempo razonable en unas circunstancias normales, pero 12 tampoco lo veo exagerado".

La pregunta se ha convertido ya en obligada en cualquier entrevista, al presidente o a los dirigentes del PSOE. Más allá de las declaraciones públicas realizadas por José Blanco, Leire Pajín, María Teresa Fernández de la Vega o José Antonio Alonso, todos los pesos pesados del Gobierno y del PSOE, así como dirigentes territoriales, consultados por este periódico, se inclinan por que volverá a ser el candidato.

"De la política sólo te vas cuando te echan", señaló en este sentido un veterano presidente autonómico. Y un peso pesado del partido sentenció: "El presidente no tiene autonomía para decidir. No puede irse y no se va a ir". Para cerrar el círculo, un buen conocedor de Zapatero concluye: "La política es su vida".

El convencimiento generalizado de que no abandonará, aunque pudiera tener la tentación de retirarse tras dos mandatos, sobre todo si puede reivindicar el mérito de la recuperación económica, radica en la ausencia de alternativa interna, de modo que algunos vaticinan que cuando Zapatero se retire, "la crisis interna será mucho más grande que cuando se fue Felipe González".

 

Sin alternativa

 

Por su propia concepción del poder, Zapatero nunca ha ungido a nadie como número dos. José Blanco lo es en el partido y María Teresa Fernández de la Vega lo es en el Gobierno, de la misma forma que durante el cuatrienio en la oposición el primero lo era en el partido y Jesús Caldera en el grupo parlamentario. El relevo generacional ha hecho que ninguno de los presidentes autonómicos ostente la condición real de barón, a diferencia de lo que ocurría con José Bono o Manuel Chaves en la etapa de Felipe González.

Bono, aunque fuera su ambición, se ha adocenado demasiado para asumir los rigores de una disputa por el poder y el ejercicio cotidiano de la Presidencia del Gobierno. Y de la generación siguiente a la de Zapatero, la apuesta por Carme Chacón, que ya contaba con la dificultad de su pertenencia al socialismo catalán, se ha visto lastrada por el conflictivo episodio de la retirada de Kosovo.

Además, en el PSOE existe unanimidad en que el XXXV Congreso marcó una pauta irreversible, de modo que Zapatero no podrá señalar a un sucesor, como hizo González con Joaquín Almunia, sino a lo sumo situar a varios dirigentes en la parrilla de salida. Cuando se plantee el relevo del actual líder socialista, se tendrán que convocar unas elecciones primarias para elegir al sucesor.