LA COLA DEL ESCORPIÓN O DE CÓMO ETA ESCRIBE EN LETRAS DE SANGRE EL EPITAFIO DE ZAPATERO

 

 Artículo de Federico Quevedo en “El Confidencial Com” del 06.10.06

 

 Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.

 

Zapatero ya ha cedido. Créanme cuando les digo que es así. Ya había cedido antes, cuando se comprometió a negociar la paz y trasladó a ETA su disposición a poner sobre la mesa todos los objetivos de la pandilla de canallas, e hizo gestos evidentes, concesiones gratuitas y humillantes a los ojos de la sociedad, como la defenestración del fiscal Fungairiño, la ruptura del Pacto Antiterrorista con el PP, la vista gorda al PCTV o la permanente abstención de la Fiscalía a la hora de actuar contra Batasuna en sus incumplimientos de la Ley de Partidos, por citar solo unos destacados.

Rodríguez, sin embargo, no quería recorrer todo el camino de las pretensiones etarras, porque era consciente del coste electoral que esto suponía, y desde que la banda decretara el alto el fuego-trampa venía negociando a la baja con su interlocutor, es decir, con Batasuna.

Durante todo este tiempo, el Presidente ha creído que su sola presencia era suficiente para conseguir de ETA el marco adecuado para una posterior victoria electoral, es decir, el abandono de las armas como consecuencia de unas concesiones mínimamente asumibles por la sociedad, que no eran otras que la legalización de Batasuna y el acercamiento de presos al País Vasco, junto al excarcelamiento de algunos de ellos aquejados de determinadas enfermedades, y las postergación de los verdaderos retos de la pandilla de canallas a una segunda legislatura. Creyó que se valía por sí mismo para lograrlo, aupado por su propia vanidad y la visión cósmica de su papel en la Tierra: el reto mesiánico de lograr la Paz allá donde ésta es un bien ausente, pero no a costa de la firmeza necesaria para enfrentarse al terror, sino mediante la cesión y la claudicación al mismo. Y eso es, exactamente, lo que ha ocurrido en las últimas dos semanas.

La vuelta del verano había enfriado notablemente las esperanzas de que el falso proceso de paz llegara a buen término, y la aparición de dos canallas en el mitin de Oiartzun hace dos fines de semana disparando tiros al aire y exigiendo prácticamente la rendición del Estado a los asesinos, acabó por hundir al Gobierno en el pesimismo. Pero en estas dos semanas se han sucedido los contactos, con Batasuna-PNV, y con ETA –Josu Ternera ha sido el interlocutor-, y el Gobierno de Rodríguez ha claudicado definitivamente en aquellos asuntos que son esenciales para el mantenimiento de la actual estructura del Estado y la dignidad de las víctimas. El primer síntoma de que se había llegado a alguna clase de acuerdo lo tuvimos, de manera sorprendente, con el anuncio de que el Parlamento Europeo iba a dar voz a ETA, a través de Batasuna, y gracias al apoyo del PSOE, para que explique lo que ellos llaman el “conflicto” a toda Europa. ¿Qué más se había pactado?

Pues bien, la parte no visible, al menos por ahora, de los pactos, incluye un acuerdo de gobernabilidad en Navarra si en las próximas elecciones autonómicas UPN pierde la mayoría de la que goza en la Comunidad Foral y la suma del PSOE con los nacionalistas llega a la mitad más uno de los diputados. Batasuna ha accedido a que el paso de la euskaldinización de Navarra se produzca en ese escenario, y que no se lleve a cabo por la fuerza si UPN vuelve a gobernar. Pero si logran arrancar el Gobierno de las manos de UPN, tal y como ya explique hace tiempo, y de acuerdo con la propia Constitución, se propondrá un referéndum en el ámbito vasco-navarro sobre la anexión de la comunidad foral a lo que ETA llama Euskal Herría.

Pero este no es el único acuerdo. El segundo tiene que ver con la legalización de Batasuna, que se llevará a cabo por la vía de la aceptación a través de la creación de una mesa de partidos extraparlamentaria, de manera que en la misma entrará a sentarse ETA-Batasuna, y se ausentará el PP, lo que de facto implica un reconocimiento de legalidad al entorno etarra y el incumplimiento de la Ley de Partidos, al tiempo que una negación de la Democracia y la representación popular.

El último de los acuerdos se refiere a la autodeterminación del País Vasco. Rodríguez ha aceptado hablar en la mesa de partidos sobre lo que ETA llama “derecho a decidir”, una definición de la autodeterminación que el PSOE ya ha asumido como propia, al igual que ha asumido la denominación de izquierda abertzale para referirse al entorno de los asesinos.

Es cierto que en este punto el acuerdo entre Rodríguez y ETA está más verde, pero la simple aceptación del objetivo supone una sumisión al mismo que llevará, finalmente, al Estado a claudicar en su deconstrucción. Rodríguez se ha entregado a ETA, ha permitido que la pandilla de asesinos decida su agenda política y dejado en sus manos su propio futuro político, sin darse cuenta, o dándosela, de que ETA es como el escorpión que acaba hincando su cola venenosa incluso en aquellos que le han prestado ayuda para alcanzar sus objetivos.

¿Se acuerdan de la fábula del escorpión y la rana? De una u otra manera, ETA firmará el acta de defunción de Rodríguez. Es una banda criminal, una mafia implacable cuyo único objetivo es hacer del País Vasco una república comunista gobernada por ellos, y bien sea porque al final aparezca con toda su crudeza la implicación de la banda terrorista en el 11-M, bien porque al contrario de lo que quería Rodríguez se vea obligado a claudicar en todas sus pretensiones, bien porque vuelvan a matar o bien por las tres a la vez.

El caso es que el Presidente ha entregado su futuro político a una banda de tipos despreciables que ha demostrado ser bastante más lista que él no fiándose de alguien que ya carga con el sanbenito de infiable, y obligándole a situarse en el escenario que ellos habían definido. Miren, que alguien del entorno del Gobierno o del PSOE se chivara a ETA de que un juez iba a por ellos y que Rodríguez prácticamente lo justifique en el Parlamento, es de una gravedad inimaginable, pero no es más que la demostración palpable de que Rodríguez ha entregado a ETA las esencias del Estado de Derecho y de nuestra libertad.