ALI ZETAPÉ EN LA CUEVA DE LOS CUARENTA (MIL) CARADURAS

Artículo de Federico Quevedo  en “El Confidencial.com” del 06 de julio de 2008

Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.

Sexo, drogas y rock ‘n’ roll. Este es, más o menos –más bien más que menos-, el contenido lúdico-ideológico del trigésimo séptimo Congreso del Partido Socialista Obrero Español. Eso, y poner verde al PP. O sea, mezclan ustedes un poco de mete-saca a ser posible entre personas del mismo sexo, le añaden una marcha del orgullo, lo sazonan con aborto, eutanasia y laicidad, y lo meten en el horno después de haberlo cubierto con una capa de insultos e injurias al PP, y ya tienen ustedes servido en la mesa el 37º Congreso del partido que, por desgracia, nos gobierna. Eso sí, de crisis económica, ni asomo. No existe. El partido del gobierno celebra su congreso y de lo único que no habla es de lo que más preocupa a los españoles. ¿Para qué, si a ellos no les importa?

Lo mejor de este congreso socialista es ver danzando por allí a tanto progre comprometido con los humildes: Felipe González que ha convencido a Carlos Slim para que done sus millones a una ONG como la de Bill Gates; María Teresa Fernández de la Vega que va a poner en marcha la tarde del sábado una subasta de su increíble guardarropa para recaudar fondos con destino a Médicos sin Fronteras; Manuel Chaves que ha prometido una ley para que todo el dinero de la corrupción en Andalucía se invierta en la construcción de colegios en Sudáfrica; Alfredo Pérez Rubalcaba que está gestionando la devolución del dinero de los Fondos Reservados que se destinaron a los GAL para levantar hospitales en Indonesia; el propio Rodríguez que ha vendido, sin que nadie se entere, su chalecito en Vera y ha transferido la plusvalía a Save the Children.

Lo de este partido que nos gobierna, perdón, que nos mal-gobierna, no tiene límites. La desfachatez es de grado sumo. Actúan como si esto fuese su propio cortijo y no una democracia occidental. Claro que, ¿qué podíamos esperar de un partido empeñado en resucitar lo más rancio y totalitario del largocaballerismo que sepultó la endeble democracia republicana bajo la dictadura de una izquierda revolucionaria y, perdónenme, estúpida que nos condujo a una guerra? Yo creí que el Doctor Terror Rojo había aprendido de los errores de la pasada legislatura, pero lejos de eso sigue instalado en un inamovible leninismo que nos lleva directos al desastre. El PSOE, en lugar de afrontar la situación y analizar los problemas reales que tiene esta sociedad, y buscar las soluciones oportunas y adecuadas, sigue en sus trece a la búsqueda de nuevos motivos de división y enfrentamiento social. Claro que, esta vez, creo que ya se les ve venir.

En la pasada legislatura el Gobierno de Rodríguez enarboló la bandera del matrimonio gay y amenazó con la laicidad para provocar los instintos de la derecha civilizada que, en efecto, salió a la calle en defensa de lo suyo. Pero aquello no tenía más objetivo que tapar el debate de fondo sobre la aspiración confederalista de Rodríguez y, sobre todo, su apuesta por la cesión al chantaje de ETA a cambio de nada, porque nunca hubo nada que cambiar. Ahora, con la crisis económica como telón de fondo, el PSOE vuelve por donde mejor sabe: una de orgullo gay con la ministra de Igual-da, Bibiana Aído, en cabeza de la manifestación de reinonas y drag queens -¡que poco tiene que ver ese espectáculo de tangas y tetas al aire con la mayoría del colectivo homosexual!-, y mucho de eutanasia, aborto y laicidad.

Luego, la verdad, todo quedará en menos de lo que parece, pero de entrada el PSOE consigue su objetivo, que no es otro que desviar un rato la atención del verdadero problema social, que es la crisis económica, esa que ni por asomo aparecerá en el 37 Congreso socialista. No señor, se trata de ver como se mantiene el machito el mayor tiempo posible, y eso se consigue volviendo a poner a la derecha contra las cuerdas mediante una política de acoso y exclusión... Pero las cosas han cambiado, señores del PSOE, y ahora la ‘derecha’ ya no está sola en el Parlamento porque el resto de los grupos ya no se fían de Rodríguez, y tampoco lo está en la calle porque parece haber aprendido eso de que no hay mayor desprecio que no hacer aprecio, y no se deja impresionar por los alegatos pseudo-fascistas de José Blanco o las peroratas mitad analfabetas, mitad demagógicas de De la Vega, que sigue buscándose a sí misma bajo su escaño en el Congreso.

¿Ideas? Ninguna. ¿Novedades? Ni de lejos. Más de lo mismo. Se les ha ocurrido eso de que los inmigrantes puedan votar en las municipales para poder acusar al PP, también, de xenófobo ahora que Rodríguez no tiene más remedio que aceptar las duras medidas anti-inmigración que ha recomendado la UE. Pero resulta que eso ya se la había ocurrido al PP, nada menos que en 2006 cuando en las conclusiones de su Convención se comprometía a “propiciar la firma de convenios con terceros países, conforme recoge nuestra Constitución, para que los ciudadanos extranjeros puedan ejercer el derecho al voto en las elecciones municipales”. Ese mismo año, Esperanza Aguirre –la ultraderechista Aguirre-, aprobaba un plan de Integración en el que, entre otras cosas, se incluía el apoyo al voto inmigrante en las municipales como mecanismo de participación de este colectivo en la sociedad. Y no tan lejos como hace un año, el PP incluía esta propuesta en su programa electoral de las Municipales y Autonómicas.

El 37 Congreso del PSOE va a respaldar, no les quepa ninguna duda, la estrategia de división y enfrentamiento diseñada por Blanco-Rodríguez, y no va a aportar ninguna reflexión serena al debate sobre la crisis, la inmigración, la inseguridad ciudadana, la educación o la lengua, más allá de acusar al PP de apropiarse de los símbolos. Cuando lo cierto es que quien tiene que mirar hacia dentro y asumir los errores que está cometiendo en esta materia es el propio Rodríguez, que al final de la pasada legislatura quiso hacernos creer que era el más patriota de todos los patriotas. Falso, como todo en él... Tras ese disfraz de cordero se sigue escondiendo un lobo, un lobo que solo busca perpetuarse en el poder a costa de lo que sea y contra todo. Pero mientras todos los demás, los cuarenta (mil) caraduras que le siguen ciegamente, tengan de donde llevarse el dinero a casa, estos tíos van a seguir esquilmando a este país hasta que no quede en la caja nada más que telarañas. Y si he sido duro, lo siento, pero es lo que hay.