¿SABE SEÑOR RODRÍGUEZ POR QUÉ LE SUSPENDE EL CIS? PORQUE HA SEMBRADO ODIO PARA ACABAR CON LA LIBERTAD

 

 Artículo de Federico Quevedo  en “El Confidencial Com” del 18.11.05

 

 Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.

 

Señor Presidente:

Déjeme que le diga que no hay sonrisa, ni talante, ni pretendida conciliación que pueda ocultar el verdadero rostro de la cizaña y el resentimiento. No por mucho tiempo, al menos. Hace meses que venimos asistiendo a un deterioro considerable de su imagen –amañada durante tiempo por estrategas del marketing y el engaño-, y prueba de ello es que las encuestas y los sondeos comienzan a recoger un estado de ánimo en la opinión pública bien distinto del que se hacían eco hace tan sólo un año. Me remito al último sondeo del CIS, donde usted suspende por primera vez en bastante tiempo. Le diré que las últimas encuestas realizadas en la Comunidad de Madrid, por ejemplo, y que todavía no se han publicado, conceden al PP entre tres y cinco escaños más de los que ya tiene –un éxito de Aguirre, sin duda-, pero lo más relevante es que, en la valoración de líderes, Rajoy se sitúa por delante de usted en la región. ¿Le sorprende? A mí, no.

Fíjese. Lo que más me llamó la atención de la multitudinaria manifestación del pasado sábado contra la LOE es que a mi lado había gente de todas clases, de una diversidad como pocas veces había visto en un acontecimiento de ese tipo, y con un denominador común: hartazgo de usted, enormes ganas de que se vaya. Y tiene toda la lógica, porque a nadie le satisface que le creen problemas donde no los había, que se resuciten enfrentamientos que parecían enterrados de por vida, que se siembren odios y se recojan los frutos del rencor, la violencia y el resentimiento. Y eso es lo que ha venido haciendo, señor presidente Rodríguez, traicionando el espíritu de concordia de la Transición, traicionando la mismísima Transición y la Constitución que le da cobertura jurídica, política y social.

¿Cómo? Enfrentando. Favoreciendo el resurgir de odios y rencores que nos parecían imposibles de volver a reeditar. Nos quiere hacer comer las uvas de la ira.

Mire, los ataques de estos días a periodistas desafectos con su Gobierno como Jiménez Losantos o Carlos Herrera forman parte de una cuidada estrategia que busca la anulación de la crítica, la eliminación, en definitiva, de la libertad, y usted lo sabe porque la impulsa. En ese mismo estadio puede enmarcarse la resucitación de viejos rencores contra la Iglesia Católica por parte del Ejecutivo y sus socios de la izquierda. El Cristianismo es un escudo contra la desmoralización social, contra la desesperanza y la carencia de un norte por parte de los individuos, y de ahí los ataques con saña a la clerecía, ahora verbales o mediante la burla jocosa y la afrenta al credo de millones de personas... pero los más viejos recuerdan que así empezaron las cosas en otros tiempos, y acabaron en violencia física. Usted alienta la siembra de este odio rencoroso, y lo hace con la pulcritud de la sonrisa falsa y la mentira reiterada.

Y lo hace porque se cree usted fuerte en la desmoralización y la ausencia de principios y valores. Es más fácil gobernar en medio de la ignorancia.

El odio, el rencor y el resentimiento son los peores enemigos de la libertad, son el lado oscuro de la democracia. Desde aquel 11 de marzo de 2004 venimos asistiendo a la conspiración de un Gobierno y sus socios parlamentarios y extraparlamentarios para acabar con un modelo de convivencia que había aportado unas dosis de salud democrática a nuestra sociedad desconocidas hasta ahora, a pesar –y desde aquí lo he denunciado otras veces- de que, comparada con otros países de nuestro entorno, la democracia española deja bastante que desear. Con todo, ¿qué democracia seria conoce usted en la que los ministros y los dirigentes de un partido político en el poder denigran, injurian y amenazan a los periodistas, al clero, a los manifestantes y a todo aquel que se oponga libremente a sus políticas? Yo ninguno, salvo que usted incluya en los países serios a Venezuela, pero eso sabe bien que es una burla y un insulto a la inteligencia.

¿Qué va a ser lo siguiente, señor Rodríguez? ¿Se fabricarán listas negras desde el gabinete de prensa de Ferraz, donde el Director de Comunicación del PSOE ya señala a periodistas incómodos y alecciona a los incondicionales con sugestivos correos electrónicos? ¿Va a seguir la campaña de mentiras sabiéndose impunes, que por algo dominan también el Poder Judicial, y acusarán falsamente a empresas y empresarios de financiar ilegalmente al PP, como ha hecho sin ninguna clase de vergüenza el PSC? Usted sabe que sus mentiras encuentran acomodo inmediato entre su parroquia, su clientela deseosa de vilipendiar y ultrajar a la oposición política democrática. Han hecho ustedes de la mentira un evangelio y el método inexcusable a través del cual quieren conseguir sus objetivos inconfesables.

Usted, señor Rodríguez, transmite talante, sonrisas y promesas de diálogo, pero a veces parece que en lugar de ministros tiene secuaces dispuestos a cualquier chantaje y amenaza barriobajera sin que usted haga nada por evitar actitudes más próximas a los métodos de la mafia que a los de un país serio y democrático. Se lo he dicho otras veces, practica usted la ‘chavización’ y aunque no protagonice las mismas bravuconadas que su amigo Chávez llamando “cachorro del imperio” a Vicente Fox, favorece que en su entorno los Montilla, Moraleda, De la Vega, Iceta, Blanco, Rubalcaba, De Madre, etcétera, afrenten a la libertad atacando sin piedad a todo lo que se signifique en contra de lo que usted quiere imponer por la vía de la plática con nadie. Oculta usted su reverso tenebroso.

Ya sé que me dirán que ha prometido diálogo a los organizadores de la marcha del sábado. Permítame que no me lo crea, porque es lo que ha venido usted haciendo durante el último año y medio: engañar con falsas promesas de diálogo a quienes usted sabe que poco daño pueden hacerle, y ceder sin contemplaciones frente a quienes ejercen cualquier clase de violencia para lograr sus objetivos.

¿Sabe que es lo peor de todo? Usted pasará porque no va a salirse con la suya y las encuestas –las suyas también- así lo manifiestan, pero las dosis de odio, rencor, resentimiento y victimismo que ha sembrado tardaremos tiempo en darlas por superadas. Eso que le agradecerán a usted las generaciones futuras.

¿Así quiere pasar a la historia: como el presidente que enfrentó al país?