ZAPATERO, LOS ÁRBOLES Y EL BOSQUE

Artículo de Federico Quevedo  en “El Confidencial.com” del 02 de septiembre de 2009

Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web

 

He llegado a la conclusión de que el presidente Rodríguez es el mayor trilero de la política que haya conocido este país, un autentico tahúr que -y esto tiene su mérito- maneja los escenarios de la actualidad a su antojo. La vuelta de las vacaciones -porque supongo que ya todos ustedes se habrán incorporado a la vida real- nos ofrece un panorama ciertamente desalentador y, sin embargo, Rodríguez ha conseguido que el centro de la atención informativa se sitúe en la calle Génova 13 en lugar de hacerlo en los aledaños de La Moncloa.

 

No sé si esto le sirve de mucho al presidente toda vez que los últimos encuentros en las urnas y las encuestas dicen que a la gente de la calle no la ha engañado con su recurso al arte del birli birloque y el engaño permanente, el donde dije digo, digo Diego tan a la orden del día en este Gobierno. Ahora subo los impuestos, ahora no, ahora solo las rentas del trabajo, luego las del capital, después no subo el IRPF pero quito la paga de los 400 euros que viene a ser lo mismo que aumentar el impuesto en el tramo de rentas medias.

 

Todo en este tipo es así, pura improvisación, pura componenda, puro parche. Puro cachondeo, si no fuera tan seria la situación que atraviesa este país pero que a él, con esa carita que pone de faltarle un hervor, parece que le resbala mientras los medios de comunicación sigan cayendo en sus trampas de trilero.

 

Llevamos todo el verano a vueltas con la persecución al PP, que es real como la vida misma. Fíjense solo en un dato demoledor: de los 160 casos judiciales que afectan tanto al PP como al PSOE que la portavoz del Congreso Soraya Sáenz de Santamaría está estudiando para incluir en su informe al Comité Ejecutivo Nacional de su partido, en ninguno de ellos se ha producido condena alguna a cargos del Partido Popular, y sí que ha habido condenas, de todos conocidas, a cargos del Partido Socialista.

 

Sin embargo, con la inestimable colaboración de unos medios de comunicación entregados a la causa de Rodríguez, no se sabe porqué extraña circunstancia, lo que intenta el Gobierno es trasladar a la opinión pública la imagen del Partido Popular como la de un partido corrupto. Pero lo cierto es que hasta ahora el PSOE si ha visto como sus dirigentes se han tenido que sentar en el banquillo y han sido condenados, y el PP no.

 

Con esto no quiero decir que no pueda ocurrir en el futuro -ovejas negras, como las meigas, haberlas, haylas-, pero la realidad es que sus dirigentes han sido objeto de una verdadera persecución política como pocas veces se ha podido dar en una democracia, y lo cierto es que se han utilizado y se utilizan todos los recursos en manos del Gobierno para atacar a la oposición, mientras que parecen quedar impunes otros asuntos sangrantes de comportamientos ilícitos como el caso Chaves, el del CNI o el de la Caja de Castilla La Mancha -de cuyo informe elaborado por el BdE, durísimo, se hizo eco este periódico pero no ha pasado nada- porque la Fiscalía del Estado lejos de ser un órgano independiente de la Justicia se muestra como el brazo armado del Gobierno contra el Partido Popular.

 

¿Y que hacen los medios de comunicación? Caer en la trampa como auténticos idiotas. “La trama corrupta del PP”. “El PP no demuestra las escuchas ilegales”. “El ‘caso Gürtel’ acaba con la carrera de no se quién”. “El PP acosado por la corrupción”. Una maldita sarta de chorradas que, escritas una detrás de otra, lo que ponen de manifiesto es que Rodríguez ha conseguido que los medios de comunicación levanten árboles de papel couché que no dejan ver el verdadero bosque de la crisis y la corrupción de Estado, que es lo que a estas horas y de modo contundente y firme debería estar denunciando Mariano Rajoy ante el Comité Ejecutivo de su partido que se reúne hoy en Madrid para analizar el inicio del curso político.

 

El PP es, hoy por hoy, la única garantía de estabilidad y de sentido común que queda en este país, y  Rajoy no puede permitir que esos mismos árboles tampoco le dejen ver el bosque. Siendo como es gravísima la persecución al PP, lo verdaderamente preocupante es el grado de corrupción al que se está llegando en las altas instancias del Estado de Derecho, el modo como Rodríguez está desmantelando la débil estructura de garantías jurídicas sobre la que se asienta esta democracia.

 

Rodríguez seguirá enviando a la policía a detener y esposar a cargos del PP como si fueran alimañas para alimentar la voracidad morbosa de los medios de comunicación mientras a Rubalcaba se le escapan los etarras, y eso le permitirá seguir ocultando el verdadero rostro de su absoluta incompetencia para hacer frente a la crisis económica, pero precisamente por eso este es el momento en el que el PP debería elevar la denuncia, no solo de la persecución, sino también de la utilización fraudulenta de las instituciones democráticas y el uso partidista de las mismas, a los tribunales y las Instancias europeas que puedan y deban pronunciarse al respecto.