DIGA LO QUE DIGA BLANCO, EMPIEZA LA ESTAMPIDA EN LAS FILAS DEL PSOE

 

Artículo de Federico Quevedo  en “El Confidencial” del 14 de septiembre de 2010

Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.

 

Y por otra parte es lógico. Las encuestas dicen que el PP está a diez puntos del PSOE y que si hoy se celebraran elecciones, estaría al borde de la mayoría absoluta. No es sorprendente. Cuando un líder político gobierna desde el sectarismo, la mentira, la inoperancia y la decadencia, lo normal es que todo el mundo tome las de Villadiego. El PSOE pierde casi tres millones de votos en la calle. De esos, muchos se van a quedar en su casa, pero otros cuantos van a ir a depositar la papeleta del PP en cuanta llamada a las urnas haya de aquí a las generales, incluidas estas, por supuesto.

A partir de ahora se va a votar en clave nacional, y por eso la estampida no se produce solo en el electorado, sino que también en las filas de la militancia y de buena parte de los dirigentes localistas empieza a resquebrajarse la famosa unidad y disciplina de la izquierda. Ayer fue Carmen Alborch la que puso pies en polvorosa, pero vendrán otros. Nadie quiere recibir en su trasero la patada que el electorado le va a dar a Rodríguez en mayo si el presidente no adelanta las elecciones antes de esa fecha. Nadie, ni candidatos a las alcaldías, ni barones regionales, algunos de los cuales como Barreda, conspiran día sí y día también para conseguir que el presidente adelante los comicios.

En Ferraz están de los nervios. Una derrota de Trini en las primarias de Madrid, como ya les dije hace unos días, pondría a Rodríguez contra las cuerdas, y por eso están haciendo todo lo legal e ilegalmente posible por manipular el resultado… Como, en definitiva, se trata de una cuestión interna del PSOE, nadie va a acudir a los tribunales a denunciar el comportamiento autárquico y totalitario de la Dirección socialista, pero el caso es que está demostrando abiertamente el desprecio que ese partido siente por la democracia y por los sistemas de elección abierta. Hasta el punto de utilizar mecanismos que habitualmente se ponen en marcha contra el PP, pero esta vez para evitar la victoria de Tomás Gómez.

No me refiero a los sms enviados desde Ferraz este fin de semana, que por supuesto –la ya famosa estrategia del ¡pásalo!-, sino también a que al líder de los socialistas madrileños le están investigando hasta los calzoncillos para ver qué pueden utilizar contra él. Y medios para hacerlo tienen, y en manos del mismo que le amenazó recientemente y que no ha dudado en poner las cloacas del Estado al servicio del poder para intentar eliminar al PP. No sería la primera vez: seguro que Josep Borrell o Joan Ignasi Pla tienen muchas cosas que contarle. Estos chicos, cuando se trata de dirimir cuestiones internas, sacan enseguida los machetes. Muy democrático todo.

Que el edificio levantado por Rodríguez se resquebraja, es un hecho; que su autoridad se cuestiona, una evidencia. Por eso Blanco y Rubalcaba se han puesto manos a la obra para trabajar sobre el post-zapaterismo. Ayer, Blanco daba una noticia importante: nadie en el PSOE quiere recoger los escombros que deja Rodríguez, y va a tener que ser él quien se enfrente a la debacle en las próximas elecciones. Fíjense que en las palabras de Blanco no hay una constatación de la preferencia del líder, sino una advertencia al mismo: que no piense en dejarlo, porque el partido le va a pedir, le va a exigir, que se presente, aun sabiendo que va a perder. Así se las gastan en la izquierda, con ese espíritu cuasi espartano que obliga a un hombre a afrontar la muerte por decisión de la colectividad, en este caso de la colectividad socialista.

Pero, mientras tanto, el resto se embarca en una huida casi a la desesperada, intentando agarrarse a los pocos maderos de salvación que flotan sobre las aguas mientras el barco naufraga irremediablemente y se lleva con él las expectativas de voto de muchos dirigentes socialistas. Rodríguez es un cáncer que se extiende imparable por todo el cuerpo electoral de su partido, y días como el de ayer con frase tan desafortunadas como las que dijo en Oslo sobre los parados, además de demostrar que necesita acudir a un especialista, contribuyen a aumentar la desafección. Seguro que después de afirmar que los parados en formación trabajan por el bien del país la distancia del PP ha aumentado un par de puntos más.