LAS TRES GRACIAS DE MARAGALL

Artículo de Luis Racionero  en “Republica.es” del 05 de julio de 2010

Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.

 

El Estatut es la más sonada, pero antes de reconocer que tenía Alzheimer infligió a Cataluña y España dos desgracias más: el Tripartit y Zapatero. Brillante legado.

Empezó con el Estatut: fue él quien lo propuso cuando estaba convencido que no ganarían las elecciones ni él ni el PSOE y lanzó la idea para congraciarse con los catalanistas y fastidiar al PP y CIU. Pero este Frankenstein  creado por Maragall se le escapó por causa de su segunda gracieta: el Tripartit.

Aunque había perdido las elecciones y Más fue el más votado, Maragall movió Roma con Santiago para que los comunistas y los separatistas, a quienes el pueblo había votado muy poco, le ayudaran a ser Presidente de la Generalitat. Quería ese caramelo y ya se sabe que los nietos de poeta son caprichosos y consentidos. El segundo legado de Maragall ha sido el Tripartit.

No contento con estas dos calamidades, intrigó en el congreso del PSOE donde Bono tenía las encuestas a favor, y no paró hasta que hizo nominar a José Luis Rodríguez Zapatero. En su ardua tarea fue decisivamente ayudado por Carme Chacón que fue por todos los congresistas pidiendo el voto para ZP. Maragall quería un federalista y vaya Ud. a saber por qué le dio por Zapatero. ¿Se le había declarado ya el Alzheimer? ZP es el tercer legado de Maragall.

Ahora que se ha dado una apañadita salida al Estatut, que el Tripartit ha paralizado a Cataluña y ZP a España con su incompetencia inoperante, conviene no olvidar las lluvias que trajeron estos lodos. Hay que conocer la historia para no repetir los mismos errores. Y aunque se conozca se repiten, escribió Santayana.

Por fortuna para España y Cataluña, creo que tres errores de este calibre no se repetirán a menos que los electores hayan entrado también en un proceso de degeneración neuronal. Las próximas elecciones pueden librarnos de las gracietas de Maragall y hacernos olvidar su legado.