LAS GARGANTAS DEL PSC

Artículo de Pilar Rahola  en “La Vanguardia” del 09 de diciembre de 2010

Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.

 

Tura, Castells, Geli... han repetido el estribillo que gusta a los oídos de los plumillas catalanes

 

Una de las grandes virtudes de José Zaragoza –aparte de una inteligencia aguda– es que se entienden sus silencios. Es decir, sus pausas a media frase son tan claras como sus palabras, no en vano este hombre ha dominado el arte de la síntesis.

 ¿Qué es, si no, una campaña electoral sino pura síntesis? Y Zaragoza tiene en su haber las campañas más exitosas del socialismo catalán. Desaparecido en el último combate electoral (no se sabe si por conducir en la sombra los hilos de su sustituto o por no salpicarse con la previsible derrota), ha reaparecido con la misma claridad de ideas y la misma autoridad que siempre le han definido. Y es así como ha hablado más allá de sus palabras en la interesante entrevista de La Vanguardia. De todo lo dicho e insinuado, me quedo con algunas ideas rotundas: la derrota ha sido responsabilidad del Govern, los viejos nombres no pueden liderar el nuevo PSC, el futuro pasa por el liderazgo municipal, el debate va más allá del viejo mantra del grupo parlamentario en Madrid y no se moja por Jordi Hereu.

 

Desde mi mirada exterior, coincido con su diagnóstico, y no tanto porque conozca los intríngulis interiores de los socialistas –que no es el caso–, sino porque algunas de sus reflexiones son puro sentido común. La verdad es que creo que, respecto al PSC, el debate analítico-periodístico tiende al divertimento esotérico y se aleja de la lógica de la realidad. Por ejemplo, estos días nos hemos entretenido con las declaraciones en barrena de las voces previsibles: Tura, Castells, Geli... Todos han repetido el estribillo que gusta a los oídos de los plumillas catalanes. Que si necesitan grupo parlamentario, que si el catalanismo del PSC, que si la dependencia del PSOE... A excepción de la crítica, también repetida por todos, sobre los graves excesos de los socios del tripartito, el resto parece música celestial para levitar, pero no para ganar elecciones. ¿De verdad creen que los miles de votantes socialistas que no les han votado, lo han hecho por falta de catalanismo? ¿Están seguros de que el debate en el Baix Llobregat o en Nou Barris o en las periferias de Tarragona ha sido la falta de grupo parlamentario? Por supuesto que sería bueno que tuvieran grupo –al menos desde la perspectiva catalanista– y también es evidente que el PSOE no ha ayudado, pero los problemas del PSC derivan de una imagen antigua y de un discurso oxidado que se ha acercado tanto a la consigna prefabricada como se ha alejado de los ciudadanos. Que no se equivoquen. Los problemas del PSC palpitan dentro del PSC, y es ahí donde, desde hace años, reina la confusión. Por eso no sirven los viejos nombres, ni se trata de un debate de nombres. El problema del PSC no es el quién, ni el cómo, sino el qué. ¿Qué son realmente, a qué quieren dedicar el tiempo libre? Y ahí está el problema, que sobre eso aún no hemos oído nada razonable.