DISCURSO DE MARIANO RAJOY EN EL DEBATE SOBRE EL ESTADO DE LA NACION DEL 11-5-05

 

 en “Libertad Digital” del 11/05/2005

 

Sr. Presidente,

Esta mañana se ha producido en la ciudad de Ferrol un grave accidente. Han fallecido 4 personas. Quiero expresar mi sentir y el de mi grupo – que, sin duda, es el de todos- por la pérdida de estas vidas. Y trasladar a las familias nuestro más hondo pesar.

Señor Presidente, señorías, Tras el idílico panorama que nos ha pintado el Presidente del Gobierno esta

mañana, la realidad es que si un viajero hubiera estado fuera de España durante un año y regresara hoy, no daría crédito a lo que ve:

 

Gobiernan los socialistas pero quien tiene la vara alta es Esquerra Republicana de Cataluña.

 

El Gobierno se dedica a reabrir las heridas del pasado.

 

En España vuelve a haber buenos y malos.

 

Ha resucitado el cantonalismo.

 

Cualquiera que conociera la España que dejó el PP y viera esto, pensaría que se había metido en el túnel del tiempo.

Esta es la España que está usted construyendo, señoría. Así es el progreso que nos ha traído: un progreso regresivo que consiste en caminar hacia atrás.

Esto es lo más llamativo en su primer año de Gobierno, señoría: su resuelta voluntad de avanzar con paso firme hacia el pasado.

Como si la historia hubiera estado esperando su providencial advenimiento para detenerse, hacer tabla rasa del presente, regresar a las cavernas del pasado para reconstruir la historia… y volver a comenzar.

 

Hace un año sabíamos que llegaba usted al Gobierno sin esperarlo, sin planes, sin mayoría y sin experiencia. Le ofrecimos el apoyo del Partido Popular para las cuestiones de Estado y usted lo rechazó porque consideró mejor para sus objetivos personales que España se hipotecara en manos de una minoría nacionalista y radical.

En un año ha organizado usted el mayor lío autonómico que hemos conocido desde que comenzó la transición. Ha puesto en almoneda la idea de España y la estructura del Estado. Ha enfrentado como nunca a las Comunidades Autónomas.

Todo ello a mayor gloria de los señores Maragall y Carod Rovira que le sostienen en el poder.

Al mismo tiempo, ha desguazado la política anterior. Sin ofrecer alternativas, porque no las tiene ni mejores ni peores, ha hecho trizas el PHN, ha paralizado las obras públicas, ha arruinado la reforma educativa, ha degradado la política exterior, ha traicionado la Ley de Partidos Políticos y acaba de meter en el congelador el Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo.

¿Y qué más ha hecho? Un conjunto de frases, el ridículo con las viviendas, cruzarse de brazos en economía, hacer una ley de dudosa eficacia contra la violencia doméstica, y aprobar unas normas con vistas a la galería que no hace

más que cambiar el nombre a las cosas.

Esto es lo más destacado de su gestión, señoría. Usted no lo menciona, sin duda por modestia, pero si su mandato terminara aquí, pasaría a la historia como el hombre que en un año puso el país patas arriba, detuvo los avances, creó más problemas que soluciones, hizo trizas el consenso del 78, sembró las calles de sectarismo y revigorizó una ETA moribunda.

La historia le recordaría, no por lo que ha hecho que no ha sido gran cosa, sino por lo mucho que ha deshecho y por su voluntad de seguir deshaciendo todo lo que haga falta con tal de mantenerse en el poder.

 

De acuerdo con su discurso de esta mañana, España disfruta de un Gobierno firme, moderado, dialogante, transparente y eficaz. Decididamente, señoría, o no contemplamos la misma realidad o tenemos que acostumbrarnos a su peculiar manera de llamar a las cosas, como cuando dice, por ejemplo, que tenemos un

rey republicano o que la multiplicación de las lenguas se ha hecho para entenderse.

Donde usted habla de un Gobierno firme, lo que vemos todos es un gobierno débil, en minoría, que se sostiene, porque usted lo prefiere así, gracias a los apoyos de los grupos más radicales de esta Cámara. Un gobierno que necesita que le den permiso para todo y que cuando se lo niegan hace que todos los españoles paguemos tributo al señor Carod Rovira. A eso llama usted gobierno fuerte.

Donde usted habla de un gobierno moderado, los datos objetivos muestran un gobierno radical. Usted, desde su nostalgia de la pancarta, no sabe qué significa moderación. Provoca conflictos donde no los había: con los creyentes, con los Estados Unidos, con las víctimas del terrorismo, con los educadores, con las familias, con las Autonomías que no están en su cuerda, incluso con quienes defienden la Constitución en el País Vasco.

Es radical y además hace ostentación de su radicalismo. Gasta mucha más energía en crear problemas que en resolverlos. Le gusta provocar turbulencias y brindárselas a esa galería radical para la que gobierna.

Usted huye de la moderación. Utiliza el radicalismo para ocultar la pobreza de sus ideas y para disimular que su política hoy es un frasco vacío con restos de una etiqueta descolorida.

 

Donde usted habla de un gobierno para todos, los hechos delatan un gobierno sectario. Sí, señoría: se lo digo con toda cordialidad y por su propio bien: Este defecto puede acarrearle más antipatías que todos los demás juntos.

Sectario, sí, porque se ha propuesto dividir y enfrentar a los españoles: los suyos y los ajenos, los buenos y los malos. Le gusta hurgar en las heridas del pasado y desenterrar el lenguaje de la Guerra Civil. Ha declarado culpable a todo español que piense diferente.

Me parece que arrastra usted un problema: no acepta la reconciliación que alcanzamos el año 78. No la acepta. Era usted muy joven entonces y tal vez no le explicaron que la Transición fue un derroche de generosidad y de inteligencia por parte de todos. Sobre todo representó —y representaba hasta que usted llegó al Gobierno— un inmenso afán de convivencia y concordia, de mirar hacia delante.

Llevábamos veinticinco años muy tranquilos en este aspecto, pero ha tenido que llegar usted para recordarnos que existe el resentimiento. Sí, señoría: lleva usted un año soplando sobre los rescoldos del resentimiento.

Donde usted ve un gobierno dialogante, muchos ven otra cosa muy distinta. A usted le gusta mucho el diálogo pero no en su casa. No escucha a nadie: ni al Senado, ni al Consejo de Estado, ni al Consejo General del Poder Judicial, ni a la Iglesia, ni a las víctimas del terrorismo, ni a la oposición, ni al Foro de Ermua, ni a sus propios compañeros, ni al sentido común. Presume de dialogar, pero en realidad adora las alcaldadas. Algo muy propio de quienes carecen de argumentos y se saben débiles.

 

Sin dialogar con nadie, paralizó el Plan Hidrológico, las obras públicas y la reforma educativa del PP. ¿Es que tenía algo mejor? No por cierto. Ni siquiera lo tiene todavía.

 

Sin dialogar con nadie impuso la forma de elegir las vacantes judiciales por el Consejo General del Poder Judicial.

 

Sin dialogar con nadie ha impuesto el Comisionado para las víctimas del terrorismo.

 

Sin dialogar con nadie, ha nombrado al fiscal general, al director general de RTVE, y al presidente de la Agencia EFE. Ya sé, señoría, que es potestad suya nombrarlos, pero es que usted, como es tan dialogante, había prometido que los nombrarían las Cortes y con mayoría cualificada. Pues no.

 

Sin dialogar con nadie, pretende desmantelar el Archivo de Salamanca.

 

¿A qué llama usted diálogo? Sin dialogar con nadie, paralizó el Plan Galicia. Con muy malos modos, por cierto: Usted se acordará de aquel micrófono indiscreto que difundió las escatológicas opiniones de la Excelentísima Señora Ministra de Fomento. No reproduzco sus palabras por no faltar al decoro de esta Cámara, pero esa es la opinión que al Gobierno le merece el Plan Galicia. Durante todo este año, no ha atendido más que a dos tipos de personas: los que le bailan el agua y los que le chantajean. Con todos los demás no quiere saber nada.

Donde usted habla de un Gobierno transparente yo veo un Gobierno taimado, maniobrero, que huye de la luz, que esconde la verdad y disimula sus intenciones.

 

·  Esconde la verdad del PCTV desde hace un mes.

 

·  Esconde la verdad sobre los riesgos en economía, sobre el déficit, sobre Europa…

 

·  Esconde la verdad en el Estatuto de Maragall.

 

·  Esconde la verdad en sus tratos con el señor Ibarreche.

 

·  No esconde más verdades porque le falta tiempo.

 

Usted esconde la verdad de oficio porque considera que ser sincero es una temeridad, y en su caso sin duda lo es. Le reconozco una capacidad asombrosa para el fingimiento. Tiene usted un arte especial para decir cosas como si dijera algo pero sin decir nada. Oculta sinuosamente sus intenciones tras el embozo del buen talante, la sonrisa amplia y las manos abiertas…

 

Y todo esto, señoría para no hacer nada. Porque donde usted habla de un Gobierno eficaz, los resultados denuncian un Gobierno mediocre e incompetente que hace pocas cosas y rectifica casi todas.

El suyo es el Ejecutivo con menos capacidad de iniciativa legislativa de los últimos veinticinco años. Nunca se había legislado menos. El Gobierno del Partido Popular, aprobó durante su primer año el doble de leyes que ha aprobado usted.

Usted, en cambio, tiene pocas iniciativas y más de la mitad de sus proyectos están sin aprobar, unos en trámite y otros aparcados.

Eso sí, trabaja poco, pero rectifica sin parar. Las contradicciones en el Gobierno, la falta de coordinación entre los ministros y su entusiasmo innovador nos han acostumbrado ya a un continuo baile de propuestas y desmentidos.

Se mueven mucho, pero no venden más que aire. Lo que ocurre es que alborotan tanto cada vez que alumbran una iniciativa, la jalean y la aplauden con tal entusiasmo, que todo el mundo la da por hecha. Con tantos aplausos pareciera que llevan ustedes una actividad frenética y no es así. En realidad se limitan a presentar y retirar papeles. Aplauden las entradas porque temen que no podrán aplaudir las salidas.

Señorías, el tiempo no me permite entrar en los detalles de la crítica a la gestión del Gobierno, pero comentaré algunas cosas de pasada.

Por ejemplo, en Política Internacional, ¿de qué presume usted, si lo que ha hecho es degradar la imagen de España y reducir sus oportunidades? Nos ha impuesto una política exterior inconsecuente, tercermundista y, en Europa, ruinosa. Lo peor para la imagen de España es su carácter errático, su inconsecuencia. Porque está consiguiendo usted que nadie pueda fiarse de nosotros. Retiró usted las tropas de Irak en cumplimiento de una promesa electoral. Pero lo hizo mal, con muy malos modos. No avisó a nadie, no respetó los plazos que había ofrecido a la ONU, dejó a la gente tirada. Muy malos modos. 

Todo el mundo entendió que a partir de ese momento, España no respetaba sus propios compromisos internacionales importantes; es decir, que se había vuelto informal. No lo digo yo: lo dijeron nuestros socios.

El caso es que, a continuación, el 8 de junio, en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, sustentó una resolución que solicitaba el apoyo de todos los países al Gobierno Provisional de Irak, y –cito textualmente- “pedía - usted pedía- a los Estados Miembros y a las organizaciones internacionales y regionales que presten asistencia la fuerza multinacional, en particular con fuerzas militares…”. Y lo firmó usted sin que se le moviera una pestaña.

Lo más gracioso es que, poco después, el 10 de septiembre, se presentó usted en Túnez para decir – y vuelvo a citar textualmente - “con respeto a todos los países que están allí (con tropas), si hubiera más decisiones en la línea del Gobierno español (retirada de efectivos), se abriría una expectativa más favorable”.

Es decir, retira nuestras tropas apresuradamente dos meses antes de lo comprometido; poco tiempo después pide a todos los países del mundo que envíen tropas a Irak y, algo más tarde, recomienda a los que se quedaron allí que

le imiten en la retirada. ¿No le suena todo esto un poco antojadizo, veleidoso e inconsecuente?. Y luego pretende que se le pongan al teléfono.

No insistiré en su vocación tercermundista. No sé si será un problema de radicalismo o de infantilismo, pero pretender a estas alturas del curso que la política exterior española en América pasa por los caudillos bananeros de Cuba y Venezuela son ganas de hacer chistes, señoría y de que nadie nos tome en serio.

De Europa ya hemos hablado muchas veces en esta Cámara. Su empeño por evitar la senda del Partido Popular y la sumisión al eje franco-alemán nos pueden costar una fortuna. Ha cedido una y otra vez (el poder obtenido en Niza, la firma del Tratado Constitucional en Roma, el Pacto de Estabilidad …) a cambio de nada y sus “amigos” ya le han dado el primer guantazo en la negociación de los Fondos de Cohesión.

En la economía, por decirlo pronto, vive usted de las rentas. De la herencia recibida y de las rentas que ésta genera. Ustedes no han hecho nada. Sí, señoría, no me haga gestos. ¿Qué medidas económicas puede usted invocar para afirmar que la situación actual es fruto de sus iniciativas? ¿Qué medidas? Ninguna. No tiene nada bueno que atribuirse, salvo que quiera su señoría hablarme de las llamadas “100 medidas de dinamización de la economía e impulso a la productividad”, tan insustaciales que ni siquiera han provocado el más mínimo

debate.

O que pretenda presentarme la reducción de la libertad de horarios comerciales como la genial contribución española a la lucha por el incremento de la productividad. O, quizás, vendernos la paralización del Ministerio de Fomento como un factor clave para el relanzamiento de la competitividad de la economía española.

Tampoco ofrece usted nada escandalosamente malo. Ya le digo, Sr. Rodríguez Zapatero, que en esta materia usted se ha cruzado de brazos. Pero claro, usted no puede seguir así. Las rentas no son eternas y las cosas cuando no se hace nada, tienden a empeorar: el diferencial del crecimiento de los precios con los países de la Unión Monetaria y el brutal incremento del déficit de la balanza de pagos con el exterior, son dos señales de alerta que indican que se deberían haber tomado medidas a tiempo. Tendrá que tomar medidas porque las cosas irán empeorando progresivamente. Tendrá que empezar a gobernar y eso es algo a lo que usted, en estos asuntos, le tiene un pánico insufrible. Sr. Rodríguez Zapatero, y cuide usted la estabilidad institucional, que tanto puede afectar a la confianza de los agentes económicos.

Y hablando de profecías y confianzas, Sr. Rodríguez Zapatero, recuerde que el pasado año la inversión extranjera directa en España, cayó un 70 %, excluido inmuebles, el 90. Lo que es una buena muestra de la confianza que su gestión despierta.

En política social y sectorial no hay mucho de qué hablar. Desde hace veinticinco años, nadie se ha presentado en este debate con las manos tan vacías. En ningún otro capítulo destaca tan ostentosamente la desproporción entre la sobreabundancia de palabras y la pobreza de los hechos.

 

Para empezar ha incumplido sin freno sus fáciles promesas electorales: ni hay paga para las madres, ni Plan de Choque de Guarderías; ni viviendas para los jóvenes, ni medidas de conciliación de la vida laboral y familiar; ni

mejoras para los discapacitados, ni los mil millones de euros prometidos para la dependencia en el primer año, ni plan de regeneración ni nada de nada, salvo palabras, palabras y palabras.

 

Su política de educación ha puesto una pica en Flandes: se ha cargado la ley que apostaba por una enseñanza de calidad. De momento, pues, seguiremos con la LOGSE, que está muy acreditada como fábrica de fracaso escolar. A todo esto circula por ahí un anteproyecto que ha recibido un sin fin de críticas porque recorta la libertad de enseñanza, rompe el modelo educativo español en 17 y arruina la cultura del esfuerzo.

 

En política de vivienda bien podemos decir que nunca tan poco ha dado que hablar tanto. Los precios, a pesar de que su señoría está en el Gobierno y que ahora tenemos un lujoso Ministerio de Vivienda, han subido el 17%. De un Ministerio que prácticamente no tiene competencias sólo surgen disparates una y otra vez. Permítanme, señorías, que en este terreno no me extienda porque no quiero ser calificado de cruel.

 

La fama de la política de Inmigración ha llegado ya hasta Pakistán. Sólo le falta abrir oficinas de acogida en los países de origen. No les agobie allí con papeleos: ya los legalizará usted cuando lleguen a España.

 

Mire, Sr. Rodríguez Zapatero, anunciar un proceso de regularización 6 meses antes de iniciarlo es un auténtico disparate. De ese disparate se deriva que el pasado año se empadronaran en España 660.000 nuevos emigrantes, casi el doble que el año anterior, a los que en el primer trimestre de este año se les han sumado 200.000 más según cifras del Instituto Nacional de Estadística.

Negaron ustedes que pudiera producirse un “efecto llamada” y, mire por dónde, tenían razón. No ha sido un “efecto llamada”: ha sido un auténtico trompetazo.

Y ahora, al finalizar la fase de presentación de documentos, el Ministerio de Trabajo sale diciendo que el proceso de regularización ha sido un rotundo éxito, que van a legalizar la situación en España unos 700.000 inmigrantes y que, todo lo más, quedarán unos 100.000 en situación irregular.

Mire, Sr. Rodríguez Zapatero, prefiero pensar en el error o la improvisación que en el engaño. ¿Podría explicarme cómo es posible que resten cien mil inmigrantes en situación ilegal cuando, según datos de su Gobierno, la cifra de “irregulares” era a 31 de marzo de 1.837.047 y el máximo que van a regularizar ahora son unos 700.000? ¿Podría explicar a esta Cámara qué van a hacer, no con los cien mil, sino con el millón cien mil que restan?

Señorías, esta cuestión no admite ni frivolidad ni demagogias. Detrás de la frialdad de los números se encuentra un mundo de esperanzas personales, de tragedias humanas, de gentes que buscan en nuestra tierra un

trabajo que les permita vivir con dignidad. Es obligación de los poderes públicos conseguir la integración social de los inmigrantes, pero ello será imposible si persiste la actitud demagógica de “papeles para todos” o de intentar ocultar la realidad del más de un millón cien mil inmigrantes en situación irregular. Esta es una bomba que nos puede estallar en las manos y están ustedes jugando peligrosamente con ella.

 

Y cuando hablamos de inmigración debemos recordar, tenemos la obligación de recordar a los españoles que vivan en el exterior, a esos compatriotas nuestros que viven fuera de nuestras fronteras.

Debemos garantizarles las prestaciones sociales a las que tienen derecho como españoles y, con absoluto respeto al proyecto personal de cada uno, apoyar su integración sociocultural en los países donde residen.

 

En materias de infraestructuras dos son sus logros mas relevantes: Uno, han reducido las licitaciones en un 38%. Dos, han paralizado o retrasado las obras en curso, quizás con el objetivo de que cuando se inauguren dentro de dos o tres años puedan ser presentadas como iniciativas de su Gobierno.

Podría darle muchos ejemplos, en Asturias, en Castilla y León, en todo el Levante español, la Y vasca, los accesos a Madrid... pero me ceñiré a tres por su expresividad.

La ampliación del aeropuerto de Barajas, cuyas dos nuevas pistas siguen sin entrar en servicio, en una mezcla de intento de apropiación de su construcción y de incompetencia para aprovechar los recursos invertidos.

La conexión ferroviaria con Portugal, acordada en noviembre de 2003 por los gobiernos español y portugués, frenada hace unos días con el rechazo del gobierno portugués.

El Plan Galicia. En su día dijeron que era humo. Usted mismo dijo que no contribuía a la vertebración de España. Fíjese, hasta abril de 2004, en poco más de doce meses desde su aprobación, se habían licitado dos mil cincuenta y cinco millones de euros, cerca de trescientos cincuenta mil millones de pesetas.

 Desde que usted es Presidente, algo menos de treinta y nueve millones de euros. Es decir, el 1,9 de lo licitado por el Partido Popular. Y además han paralizado obras ya licitadas. Y por si fuera poco han insultado a los gallegos. Y ahora presentan el P.E.I.T., cuya esencia es todo diez años más tarde. Brillante balance Señorías, el tiempo tasado de esta intervención impide tocar otros aspectos relacionados con la gestión de este año de gobierno. Un periodo de tiempo, a mi entender, que ha tenido más sombras que luces y, sobre todo, en el que usted, Sr. Rodríguez Zapatero, ha generado unas situaciones de riesgo para nuestra convivencia que vamos a padecer de forma inmediata.

No responsabilizo ni culpo al Gobierno de todos los males o todas las tragedias. No soy de los que piensan ”piove, ¡porco Governo!” o si no llueve, también “¡porco governo!” .No me lo permiten ni mi experiencia en la vida pública ni mi talante, porque yo, humildemente, también tengo mi talante, señorías. Y haciendo uso del mismo, afirmo solemnemente, por ejemplo, que ni el actual Gobierno ni el Sr. Rodríguez Zapatero tienen la menor responsabilidad en la prolongada ausencia de lluvias. Pero con el mismo talante le diré que, si no es el

responsable de que no llueva, sí lo es de la imprevisión y de las consecuencias graves de paralizar el Plan Hidrológico Nacional.

Si en algunas tierras de España la sequía va camino de convertirse en una tragedia, la responsabilidad será de usted, Sr. Rodríguez Zapatero, porque indiferente a los secarrales y con la complacencia de su Gobierno, el Ebro sigue vertiendo al mar todos los días 380.000 litros de agua por segundo. ¡A ver cómo le explica usted esto a los regantes de Castellón, Valencia, Alicante, Murcia o Almería! ¡A ver cómo se lo explica!

Esta mañana, tras un repaso a la gestión del Gobierno cargado de autocomplacencia y que traspasados los límites del autobombo, ha anunciado también su señoría un gran número de iniciativas ¿Se da usted cuenta de que se pasa la vida hablando de planes y de intenciones? Es usted infatigable inaugurando promesas. Cuéntemelas el año que viene, si es que se concretan, que ya nos vamos conociendo.

Dejemos ahora estas cuestiones concretas y hablemos de España. Se lo diré con el mejor talante: lo que su señoría está haciendo con España es muy grave. Ha creado un gran desorden, ha desatado expectativas imposibles de atender, ha sembrado toda España de inquietud y, a todo esto, nadie ha conseguido averiguar qué pretende usted, a dónde nos lleva, qué quiere hacer con España.

Habla poco, como quien no se atreve a confesar sus intenciones. Lleva sus cosas a la chita callando; y cuando habla lo pone peor, porque nos dice que no ve claras las diferencias entre soberanía y autonomía. ¿No las ve o no le conviene verlas?

Ni siquiera aprecia las diferencias entre nación, nacionalidad o comunidad nacional.

Me sorprende mucho que este debate siga llamándose del Estado de la Nación, porque debe sonarle rarísimo. No sabrá usted de qué estamos hablando. Imagino que se siente como quien debate sobre una incógnita.

Señoría es usted un monumento a la indecisión que se deja arrastrar por los acontecimientos y por el señor Maragall. Se ha embarcado en una aventura que sobrepasa su capacidad y su experiencia. No tiene un plan ni alberga una idea realista de España ni sabe a ciencia cierta cómo acabará esta locura. Sr. Rodríguez Zapatero: No tienes usted, ni siquiera, “una cierta idea de España”.

Lo único que está claro, señoría, es que hace un año se puso voluntariamente en manos de los nacionalistas radicales, que ha hechos muchas promesas a la ligera, que tiene que empezar a pagar sus compromisos, que ahora no sabe cómo salir del lío que ha organizado en Cataluña cuando prometió aceptar cualquier cosa, ¡cualquiera!, sin tocar ni una coma, que aprobase el Parlamento de Cataluña. Y ahora, para tapar este embrollo, planea otro, mucho más grave, en el País Vasco.

 

Gracias a su talante y a su vocación por arreglar las cosas en dos tardes, ha multiplicado las exigencias de los nacionalistas y ha sembrado España de crispación. Pero esto no es todo. Lo peor es que, usted, se ha convertido en parte del problema. No se limita a ser permisivo con el nacionalismo. Se suma a los nacionalistas como ha hecho en Cataluña, en el País Vasco y en Galicia. ¿Contra quien, señoría? ¿Contra quién? ¿Cuál es ese adversario que comparte con los nacionalistas? ¿España? ¿La Constitución española? ¿Contra quién se asocia?

¿Contra el PP? ¡No me diga que con tal de derrotar al PP es capaz usted de dar satisfacción a los nacionalistas! De renegar, incluso, de la idea de Nación como entorno de solidaridad, que ustedes y nosotros hemos compartido siempre.

Tienen razón los que dicen que usted ha dejado de pensar en España. Ha puesto usted la Nación en almoneda y se propone descoyuntar lo que haga falta con tal de que los nacionalistas le ayuden a conservar el poder. No le importa el precio. Está dispuesto a pagar lo que pidan.

Por ejemplo, esta mañana nos enteramos que ha dado un paso más en el proceso de ruptura de todo lo que nos une como nación, la justicia. Usted ha anunciado el fin de una justicia igual para toda España y a cambio nos ofrece 17 justicias distintas en función del lugar donde se viva. El fin de la cohesión , Sr. Presidente, al servicio de los independentistas de Esquerra Republicana de Cataluña.

Hablemos de la financiación de las CCAA. Es sabido que su señoría distribuye las mercedes con desenvoltura. Ello responde en parte al desprendido talante que le caracteriza; en parte a su incapacidad para decir que no a sus valedores y, sobre todo, al horror que le produce cualquier responsabilidad. No se atreve a decir que no. Por eso, ni dice ni deja de decir, pero deja creer. Nunca es claro, ni tajante y eso alienta determinadas iniciativas de otros, por disparatadas que éstas sean.

Usted es el responsable de que germinen y maduren las peligrosas ensoñaciones que cultiva el señor Maragall. Usted las deja crecer sin salirles al paso porque su señoría es muy fuerte con los débiles y muy débil con quienes le chantajean.

Ya que no es usted capaz de resolver los problemas que usted mismo crea, traslada la patata caliente al Consejo de Presidentes para que sean ellos quienes digan no al señor Maragall. Pero usted no se moja. ¿Tiene alguna posición el Gobierno en este terreno? ¿Tendría usted la bondad de revelárnosla? La nuestra, como de costumbre, no ofrece dudas. Nosotros estamos en la Constitución y defendemos los principios constitucionales. La Constitución no considera federalismos, asimetrías o privilegios. Nosotros tampoco, señoría.

 

El sistema de financiación forma parte del Pacto Social entre todas las CCAA. Nadie puede tomar ni exigir unilateralmente medidas que afecten a los demás. Cualquier reforma del modelo de financiación debe ser decidida entre todos.

 

Y cualquier reforma del modelo de financiación que se decida, debe respetar el principio constitucional de igualdad básica de todas las CCAA y la solidaridad entre ellas.

 

Estos son los principios que todos, incluido usted, debiéramos respetar y  defender. Usted, que parece darle la razón al señor Maragall cuando alega que la solidaridad de Cataluña es excesiva, hace como que se distrae, que se olvida de que la cohesión social es un pilar básico de nuestra convivencia. No se distraiga, señoría, porque es cierto que el sistema económico español podría sobrevivir con grandes diferencias de renta entre nuestras regiones. Lo que no sobreviviría es la idea de España como nación. Allí donde no existe un entorno de solidaridad entre personas y territorios, no existe nación.

¿Se da usted cuenta de que —sea cual sea el problema que nos ocupa— siempre sale a la luz la misma forma de gobernar? No sabe usted a dónde quiere ir. No tiene planes, no asume ninguna responsabilidad, menosprecia a las mayorías y se olvida de los valores. Supongo que es muy duro tener que hacer tantos equilibrios para sujetarse al poder.

Debo añadir a propósito de la financiación que su sintonía con el Tripartito —y la de Tripartito con usted— está contribuyendo a enconar las relaciones entre Cataluña y el resto de España.

Me gustaría pensar otra cosa, pero da la impresión de que usted lo desea. Al menos lo fomenta. Yo, señor Presidente, me niego a que ustedes consoliden una imagen negativa de Cataluña y de los catalanes. Porque no es justo, señoría. Son muchísimos los catalanes que no comparten los delirios ni la insolidaridad de sus amigos del Tripartito. Existe una Cataluña abierta, moderada, proyectada al exterior, solidaria y hospitalaria, que nada tiene que ver con esa Cataluña ensimismada, cerrada, egoísta y antipática que los amigos de usted nos ofrecen.

No es Cataluña, no son los catalanes, sino algunos correligionarios o aliados suyos los que intentan evitar que la ciudad de Madrid consiga los Juegos Olímpicos de 2012, los que menosprecian a los murcianos cuando afirman que no saben administrar su agua o los que insultan al conjunto de los españoles diciéndoles que “chupan del bote”. Los problemas de Cataluña deben resolverse sin agravios comparativos, sin agresividad, conciliando los intereses de todos. Ni usted ni nadie podrá resolver nada atendiendo los caprichos y la irracionalidad de

quienes no piensan más que en la confrontación, el desapego y la ruptura.

Y a todo esto, señoría, ¿qué está haciendo en el País Vasco? ¿Qué oscuros enjuagues se trae con el señor Ibarreche? Me llaman la atención tres hechos muy alarmantes:

 

El primero es que, Batasuna ha regresado al Parlamento Vasco para quedarse y usted, que podía haberlo impedido, no ha hecho nada.

 

El segundo es que el señor Ibarreche recibe en su despacho a los representantes de ETA para tratar sobre el futuro de España.

 

El tercer hecho es que el Sr. López también se presta a recibirlos y usted, Sr. Rodríguez Zapatero, de todo esto no tiene nada que comentar.

 

Esto es muy chocante, señoría. ¿Será cierto que los ha dejado entrar porque quiere pactar con ellos el futuro de España? ¿Será cierto que usted Otegui e Ibarreche se proponen engañarnos a todos?

Tal vez por eso utilizan ustedes de repente el mismo lenguaje de Otegui, con sus mismas expresiones: Normalización, pacificación, apertura de un proceso de paz, hoja de ruta, definición del marco político... Se han puesto ustedes a hablar en batasuno. Incluso han tomado de ETA la idea de las dos mesas...

Lo que condenaban en Lizarra, lo aprueban aquí. ¡Digo mal: no sólo lo aprueban, lo hacen suyo! ¡Qué vueltas da la vida, señoría!

Ha dicho usted que está dispuesto a llegar hasta el final. No sé si lo sabe pero eso para sus compañeros en esas mesas significa que usted, aunque no lo reconozca públicamente, está dispuesto a saltarse la Constitución, fulminar la Ley de Partidos, deshacer el Pacto Antiterrorista, legalizar a Batasuna, indultar a los asesinos, amordazar a las víctimas, y entrometerse en Navarra… ¡Sí, señoría!

Eso es lo que entienden. De otro modo ETA no se sentaría a hablar con usted.

 

Dice usted también que todos tenemos que partir de cero y añade que está dispuesto a aprobar cualquier Estatuto que le envíe la mesa del Parlamento Vasco con tal que lo suscriban 2/3 de los parlamentarios, es decir, el PNV, ETA y el PSOE. Como dice Otegui, si el PP va a ser un lastre en el proceso, mejor soltarlo.

Si hemos de llamar a las cosas por su nombre, señoría, esto que usted se dispone a promover es el mismo Lizarra de antes con dos novedades. La primera es usted.

La segunda es que lo van hacer en Vitoria. Estamos, pues, ante un Lizarra con PSOE y disfrazado de ley del Parlamento Vasco.

 

Ya tiene ETA sus dos mesas. Una con usted para tratar de las armas, los presos y los perdones. Otra con el señor López para escribir la nueva Constitución de Euskalherría. En ambas estará ETA que abrirá las sesiones con una tregua y, cuando le convenga, las cerrará.

Lo más gracioso, señoría, si es que algo de esto tiene gracia, es que con esas melifluas palabras a las que ya nos vamos acostumbrando, reafirma su lealtad al Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo, en el que espera que yo le acompañe.

Yo soy leal al Pacto, señoría: lo reafirmo y lo suscribo. Me gustaría muchísimo ser leal con usted pero no se lo puedo asegurar porque no sé en dónde está su señoría. Constato que no está en las directrices del Pacto.

 

El Pacto rechaza cualquier final de ETA que no sea la derrota. Yo estoy de acuerdo. Usted, por el contrario, ha renunciado a la derrota.

 

El Pacto no permite pactar con los terroristas. Yo estoy de acuerdo. Usted, por el contrario busca una negociación con ellos.

 

El Pacto ni siquiera permite negociar con quien pacte con los terroristas. Yo estoy de acuerdo. Usted, por el contrario, busca un arreglo con el PNV para negociar con los terroristas.

 

El Pacto rechaza cualquier precio por la paz. Yo estoy de acuerdo. Usted, por el contrario está dispuesto a que paguemos un precio por lo que nos han robado y alentemos a otros a seguir cultivando el mismo negocio sanguinario.

A mi no me molesta el Pacto, señoría. Es a usted a quien le estorba porque le impone una dirección que no le gusta. Le exige una política antiterrorista con la que no está de acuerdo.

 

Es usted quien se ha propuesto cambiar de dirección, traicionar a los muertos, y permitir que ETA recupere las posiciones que ocupaba antes de su arrinconamiento.

De hecho, ya ha pagado un anticipo. Ha dejado una señal para que los terroristas confíen en usted: ha permitido que los representantes de ETA ocupen sus escaños en el Parlamento Vasco.

Señoría, lo que usted me pide no es que sea leal con el Pacto, que ya lo soy, sino que lo abandone, que le acompañe a usted, que le cubra las espaldas, que bendiga su traición al pacto. No cuente con eso. Yo estoy y voy a continuar en espíritu y en la letra del Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo. Ahí es donde puede usted encontrarme siempre que lo desee. Y desde ahí le digo:

 

. No voy a respaldar que se negocie el futuro de España con los enemigos de España.

 

No voy a recomendar que se pague un precio por la paz.

 

No voy a firmar el armisticio de la derrota.

 

Y no voy a humillar la dignidad de los españoles.

 

Lo siento mucho, pero no puedo acompañarle. Con uno de nosotros dos que pierda la cabeza ya es bastante, señoría. No pida usted que la perdamos todos.

También me ha dicho que debo ser leal al Gobierno, como lo fue usted. No es así. Usted no fue leal al Gobierno: usted fue leal a la política que señala el pacto que era una política eficaz como ninguna, que ha dejado a la banda terrorista en la peor situación de su historia, sin dinero, sin partido, sin Francia, sin Europa y sin atentados...

 

Usted apoyó al Gobierno para que hiciera ESA política, que es la que usted había suscrito. Y usted se comprometió a que si España cambiaba el Gobierno, no cambiaría la política antiterrorista.

Si quiere que yo haga lo mismo que hizo usted, empiece por hacer lo mismo que hacía yo antes. Actuar teniendo siempre claro que el objetivo es la derrota del terrorismo.

 

Y termino, señorías.

Se lo dije al principio, Sr. Rodríguez Zapatero. Este año será recordado no por lo que usted ha hecho, que ha sido poco, sino por lo mucho que ha puesto en riesgo.

Gracias a las rentas heredadas del Partido Popular, algunas cosas siguen marchando más o menos bien, aunque ya se levantan brumas en el horizonte. Este es el caso de la economía, el empleo, la seguridad social o el bienestar

general de los españoles.

Pero usted Sr. Rodríguez Zapatero se ha empeñado en ponerlo todo patas arriba:

la Constitución, los Estatutos, la financiación de las Comunidades Autónomas, o nuestra propia historia. Ha generado usted muchas divisiones. Ha crispado a muchos. Ha provocado muchas incertidumbres, dudas, inquietudes y riesgos para el futuro.

Recibió usted un país que progresaba en el orgullo de sí mismo y de su unidad en torno a la Constitución. Un país que exhibía ante Europa y el resto del mundo una prosperidad económica y una estabilidad institucional envidiables. Un país con enormes posibilidades de avance en todas las direcciones… Le ha bastado a

usted un año para transformar el orgullo en resignación, el progreso en estancamiento y la confianza en inquietud.

 

Lo bueno de las democracias, señorías, es que son los ciudadanos quienes deciden, y que, cuando pueden comparar, saben escoger lo que más les conviene. Hace un año no pudieron comparar porque usted no había gobernado jamás. Ahora, sí pueden. Los españoles, después de este año, comienzan a conocerle, señoría, y yo me alegro porque es una condición necesaria para que las cosas se corrijan y España recupere su rumbo.

Nada más, señor Presidente, señorías, y muchas gracias.

 

 

  

DÚPLICA: "Será el responsable de la ruptura de la mejor Constitución que hemos tenido"

 

En el turno de dúplica, el presidente del PP se reafirmó en su discurso inicial y entró a criticar los "golpes de efecto" de Zapatero. Golpes que, según Rajoy, "derivan en la paz perpetua o la  Alianza de Civilizaciones". Gráficamente, Rajoy dijo: "Me importan los muebles y la escalera pero más, la estructura y los cimientos de la casa". Rajoy advirtió a Zapatero que va a ser el "responsable de la ruptura de la mejor Constitución que hemos tenido en España".

 

(Libertad Digital) Con el tono ya elevado a estas alturas del debate, el presidente del PP remachó su discurso inicial sin apearse de los primeros argumentos: "Me despacha con frases que no responde a nada, se atribuye usted y el tripartito la representación de los catalanes".

 

Según Rajoy, el Gobierno de Zapatero "sitúa a España en periodo constituyente. Todo se debate. Ha sustituido la capacidad de dirección por el juego de palabras, habla y no para, sobre todo, en el País Vasco y en Cataluña".

 

A partir de este argumento, Rajoy le dijo al presidente que "está superado por los compromisos que ha asumido al pactar con quien no quiere la Constitución del 78". Eso sí, "no me preocupa la reforma de la Constitución –explicó– porque requiere un quórum, pero sí me preocupan los estatutos". De hecho, recordó que el debate del Plan Ibarretxe debió tramitarse en el Congreso como reforma constitucional porque requeriría el mencionado quórum pero al debatirse como reforma estatutaria se podía aprobar por mayoría absoluta.

 

Preguntó a Zapatero si cree que España es una nación, si acepta que los estatutos modifiquen leyes orgánicas y le reprochó el haberse convertido en "prisionero voluntario de los socios más radicales; le gusta más aislar el PP para perpetuarse". En definitiva, resumió Rajoy, "prefiero estar con la mayoría de los españoles que con Carod Rovira y el señor Llamazares, así lo digo y así quiero que conste en acta".

 

Rajoy reprochó a Zapatero que quiera "revisar la historia" y su "anticlericalismo caduco" por promover iniciativas –como la retirada de la estatua de Franco o su empeño en eliminar el Valle de los Caídos- que cuestionan la reconciliación nacional. "Esto no había ocurrido hasta que usted fue presidente del Gobierno, estaba superado,y por ese camino va a ser responsable de la ruptura de la mejor Constitución que hemos tenido en España".

 

"Me sorprende que Bono vaya a una manifestación convocada por el PP"

 

El presidente del PP se refirió a las acusaciones de Zapatero sobre la manifestación de la AVT. "Esa manifestación la convocó la AVT porque no estaban conformes, por que usted provocó la división. Lo que no puedo entender es por qué Bono acudió a una manifestación convocada por el PP, me resulta sorprendente, y también me resulta sorprendente que abra un procedimiento judicial contra militantes del PP porque estaban en la manifestación".

 

Replicó el líder popular que "a favor del terrorismo sólo están los que lo apoyan, ni siquiera quien ha dicho que el PP va hacer todo lo posible para no se acabe el terrorismo en esta legislatura", dijo recordando las declaraciones de Rubalcaba, que Rajoy calificó como "la mayor insidia que se ha dicho en muchos años en la política española".

 

Seguidamente, el popular retomó el pacto antiterrorista, uno de los asuntos centrales de este debate, acusando a Zapatero de incumplirlo al no querer ilegalizar el PCTV, que "nadie duda que es Batasuna". "Le ha dado a ETA la posibilidad de volver a las instituciones, de recibir subvenciones. Es el primer pago del pacto y las mesas de las que muchos hablan". "Yo se cuáles son mis obligaciones, pero la primera es cumplir el pacto y usted no lo ha hecho y quiere que yo me calle", dijo Rajoy que añadió que los españoles saben que "al menos hay una fuerza política que sigue pensando que no se puede pagar un precio político para acabar con ETA".

 

En cuanto a la política exterior Rajoy dijo que en Europa, España está en el sitio "irrelevante" que quieren Francia y Alemania e hizo hincapié en que si su partido insiste en las relaciones con EEUU es por que se trata de algo capital. El presidente del PP recordó a Zapatero que Francia y Alemania han logrado un acercamiento con EEUU porque no se han dedicado a recomendar a otros países que se vayan de Irak, se han levantado al paso de su bandera y no han hecho de "hoolligans" con Kerry (opositor a Bush en las elecciones norteamericanas).

 

 

 

Cierre de Rajoy: sedes asaltadas, ETA, Bush y "La escopeta nacional"

 

Poco tiempo ha consumido Rajoy en el segundo turno de dúplica. Ha retomado los últimos argumentos de Zapatero, eso sí, corrigiendo la versión. El presidente del Gobierno recordó la famosa frase de "Pujol, enano, habla castellano". Rajoy recogió el guante y dijo preferir a Pujol que a los socios de Maragall. Además, recordó que se le pidió perdón, algo que no hizo el PSOE, recalcó, tras el asedio a las sedes del PP y las pancartas que les llamaban asesinos. Sobre la relación con EEUU, el líder popular encontró una alegoría en el cine español de los setenta.

(Libertad Digital) "Hoy ha pasado de la paz perpetua y la Alianza de Civilizaciones a las profecías". Así comenzó Rajoy el último turno de este miércoles, destacando la "afición" de Zapatero "a la historia más reciente y a la historia viva".

 

En cuanto a la referencia al dicho sobre Pujol, Rajoy no ocultó que le gusta "Pujol mucho más que los socios del tripartito". Superando las exclamaciones de los diputados, Rajoy recordó que él mismo pidió disculpas al ex presidente de la Generalidad". Pero "el problema –atacó el líder del PP– es que hubo quien se manifestó contra el PP con pancartas que nos llamaban asesinos y nadie pidió disculpas". Tampoco lo hicieron, recordó, "los que se concentraron en las sedes del PP el día 13". Aprovechando esta última cita, dijo no haber venido al Congreso este miércoles "a hablar del 11-M; usted, a lo que se ve sí". Entonces le recordó lo ocurrido y "la razón por la que está sentado ahí en este momento".

 

En este punto, Rajoy volvió a repetir los ejes de su discurso inicial y de la primera réplica calificando la intervención inicial del presidente del Gobierno como "el discurso de mayor autobombo que yo he escuchado desde 1977".

 

En referencia a la petición de Zapatero de que retirara la frase sobre "los muertos" de ETA, Rajoy contrarrestó: "Aún estoy esperando qué opinan Rubalcaba y Blanco que nos acusan de hacer lo imposible por no derrotar a ETA". Y volvió a hilar las acusaciones del PSOE con la labor de los Gobierno del PP contra ETA, en concreto, en 1998: "Sí, hubo conversaciones con ETA porque el PP y el presidente Aznar dijo que las habría si ETA dejaba las armas; y ETA las dejó". Esgrimido el importante matiz que el PP siempre recuerda cuando se les reprocha que en 1998 se pactó con la banda terrorista, Rajoy tomó otro camino para reforzar la tesis: "Nosotros no metimos a ningún partido ilegal en el Parlamento. Ni hablamos de mesas". Dicho esto, volvió a preguntar: "¿Qué conversaciones ha habido con Batasuna? No me hable de hace ocho o diez años".

 

Otro asunto, la relación con EEUU. "Ha hecho comentarios sobre Bush. Yo creo que nos conviene una buena relación". Según Rajoy, la mala relación no se deriva sólo del abandono de Irak sino también del desprecio a bandera de EEUU en el Desfile del Día de las Fuerzas Armadas cuando Zapatero estaba en la oposición o "de la apuesta por Kerry" en la campaña electoral norteamericana. Pero el líder popular se mostró convencido de que los que de verdad tienen "entusiasmo por agradar" a Bush son "algunos miembros de su Gobierno". Como aquellos, ironizó, que estuvieron "persiguiendo a Bush padre por los campos de Castilla-La Mancha como Sazatornil en la escopeta nacional". El comparado era el ministro de Defensa, José Bono. Por si se quedaban dudas sobre otros miembros del Gobierno, aclaró: "No cito a Moratinos porque hoy no se lo merece".

 

Sin salir de lo internacional, Rajoy recordó que Zapatero "quiere agradar a Schroeder y a Chirac" pero no hace nada por que "tengamos más fondos o más poder en Niza, esa es la prioridad no las relaciones personales".

 

Tampoco quiso dejar sin responder las alusiones al Plan Galicia. Y puso un bien ejemplo: "Licito por valor de diez, me echan y el que viene no licita, lo hace por valor de cero". "Se lo dice –recordó Rajoy– una persona que del plan Galicia sabe algo; ustedes no lo están ejecutando, sólo el 1,9 de lo que licitamos nosotros".

 

En cuanto a la oferta –sin concretar– que le hizo Zapatero para designar tres interlocutores del PP y tratar los asuntos que consideren más importantes, Rajoy le concedió escasa importancia: "Es usted el campeón del diálogo pero seis veces le pedí la reunión del Pacto Antiterroriosta y nada". Eso sí, no cerró la puerta: "me reúno cuando usted quiera pero prefiero que me diga qué va hacer con España o con los Estatutos. Espero que cuando me conteste fije cuál su posición al respecto". No ocurrió.