LA PESADA DIGESTIÓN DEL PSOE

 

Las «aportaciones» de barones como Ibarra sobre el Estatut reavivan la tensión interna.

 

 Editorial de   “La Razón” del 12.10.05

 

 Por su interés y relevancia, he seleccionado el editorial que sigue para incluirlo en este sitio web. (L. B.-B.)

 

 

Los datos de las últimas encuestas, las críticas al proyecto de Estatut de Chaves, Paco Vázquez, Bono, Alonso e Ibarra así como el temblor político provocado por el propio texto junto a la crisis humanitaria en Ceuta y Melilla configuran la situación más delicada a la que se enfrenta el líder socialista desde que asumió la presidencia del

Gobierno. Y lejos de reconducirse el debate interno, de haber sido sofocados los conatos de rebelión y rebajado el tono crítico, los denominados «barones» arremeten contra la gestión estatutaria de Zapatero hasta el punto de que cabe pensar que Rajoy no se excedió mucho cuando habló de que había recibido llamadas de dirigentes socialistas para que frenara el proyecto surgido del Parlamento catalán.

Las promesas del presidente del Gobierno sobre la futura constitucionalidad del Estatut no logran calar en una dirección socialista que recela, sin miramientos de orden disciplinario, de las intenciones de su presidente y del presidente de la Generalitat. Según Ibarra, Zapatero le habría prometido que Cataluña no será definida como «nación» en el texto que finalmente remitan las Cortes al Parlamento catalán. Moncloa ni confirma ni desmiente tal promesa, pero en este contexto ni el presidente extremeño se caracteriza por la exactitud de sus interpretaciones ni resulta muy factible que Zapatero pueda otorgar plenas garantías sobre una discusión que no sólo depende de su capacidad de convicción respecto al PSC y Maragall. Las declaraciones de Ibarra, que también tachó de «desleal» a su homólogo catalán, prefiguran un escenario de crisis interna en el PSOE de largo recorrido; pero también van dirigidas a un sector que se conforma con una reacción«ibarrista» pese a desconocer cuál será la fórmula retórica para combinar la «potente identidad catalana», en palabras de Zapatero, con la existencia de una sola nación, España, en palabras de la Constitución.

En el PSOE hay mar de fondo y la posición mayoritaria no es precisamente la que sostiene Zapatero.