EL PSOE PAGA LA FACTURA DEL ESTATUT

 

Los españoles premian el discurso constitucional del PP, según la encuesta de LA RAZÓN

 

  Editorial de   “La Razón” del 06.11.05

 

 Por su interés y relevancia he seleccionado el editorial que sigue para incluirlo en este sitio web

 

La polémica política abierta a raíz del debate del nuevo Estatuto de Cataluña ha supuesto un vuelco en la intención de voto.

Había dudas sobre cómo reaccionaría el electorado tras el trascendental debate celebrado esta semana en el Congreso. En un primer pulso al sentir de la opinión pública, quedó evidente, como publicamos el pasado viernes, que Mariano Rajoy se había impuesto sin paliativos a Rodríguez Zapatero, con su discurso patriótico, constitucionalista y liberal. Una sola voz, frente a catorce, se erigió en el baluarte solitario, y esperamos que no único, del actual modelo de Estado. Pero la aritmética parlamentaria no siempre se corresponde con la aritmética

ciudadana. Y arrogarse la opinión de los españoles de forma lineal o epidérmica en un asunto de tal relevancia, de tan enorme trascendencia, como ha hecho el Ejecutivo y sus aliados, supone un error sideral.

La encuesta de Iberconsulta/LA RAZÓN, evidencia que el PSOE es la formación más penalizada por la factura política que inevitablemente acarrea el Estatut, mientras que los electores apoyan la firme posición mantenida por el PP en su vigorosa y ejemplar soledad. El resultado es que, si se celebraran hoy las elecciones generales, se produciría un llamativo empate técnico entre los dos grandes partidos nacionales. Así, los socialistas, que perderían un millón de votos y entre nueve y diez diputados respecto al 14-M, se quedarían en una horquilla de 153/155 escaños. Mientras, los populares avanzarían entre seis y ocho diputados y lograrían 154/156. La igualdad, por tanto, sería prácticamente absoluta, con una levísima ventaja a favor del PP, por primera vez desde el vuelco electoral del 14-M. Otro dato relevante es que esa  sangría de apoyos al PSOE beneficiaría en Cataluña a CiU, que lograría frenar su pronunciada caída y recuperaría casi 73.000 votos, lo que se traduce en el crecimiento de un escaño. Artur Mas ha sabido capitalizar su radicalidad en defensa de un Estatut de máximos y su férrea oposición al tripartito. Llama también la atención que el resto de los avalistas políticos del proyecto catalán, ERC e IU, obtendrían resultados positivos, con mínimas subidas de voto en ambos casos, e incluso de un escaño para el grupo de Gaspar Llamazares.

El PSOE, por tanto, es el único partido mayoritaria y abrumadoramente castigado por esta iniciativa estatutaria, mal explicada y peor diseñada. Tanto, que ni siquiera en Cataluña consigue un apoyo popular destacable. En tan sólo año y medio de gobierno, el PSOE ha dilapidado la ventaja del 14-M con una gestión que ha generado desconfianza incluso entre los votantes socialistas. Una circunstancia que debería aprovechar el PP. La estrategia apuntada ayer por Rajoy en Barcelona va por ese buen camino.