¿SABE EL PSOE QUÉ HACER CON EL ESTATUT?

 

Las enmiendas socialistas no garantizan que se ajuste a la Constitución

 

  Editorial de   “La Razón” del 29.12.05

 Por su interés y relevancia he seleccionado el editorial que sigue para incluirlo en este sitio web.

 

 

Tras analizar el grueso de las enmiendas que el PSOE ha presentado al Estatuto catalán se llega a la conclusión, nada tranquilizante, de que los socialistas aún no saben qué hacer ni hasta dónde van a llegar en sus negociaciones con los nacionalistas. En realidad, ni siquiera han resuelto un aspecto tan sustancial como el relativo al término nación, si finalmente aparecerá o no en el texto estatutario. Del mismo modo, nadie del Gobierno es capaz de asegurar si se va a mantener la propuesta de financiación elaborada por Solbes.

Tras varias semanas de declaraciones contradictorias, de mensajes opuestos y de riñas intestinas, es evidente que los dirigentes socialistas han sido desbordados en todos los frentes: por sus socios nacionalistas, por las críticas entre su propia militancia, por el reglamento del Congreso y por una opinión pública cada vez más alarmada.

No es que el PSOE esté «acojonado», como gráficamente describió su aliado Carod-Rovira, sino que está perplejo ante la criatura

hecha de remiendos que él mismo alentó. Las enmiendas que ha registrado en el Congreso abundan en esa perplejidad de no saber por dónde tirar.

No le falta razón al portavoz parlamentario del PP cuando advierte que si se aprobaran las enmiendas socialistas, el Estatuto catalán seguiría siendo inconstitucional.Además de la abstrusa forma en que están redactadas para no pillarse los dedos en las negociaciones, las enmiendas socialistas se parecen más a un concurso de ideas sobre qué es España –en expresión de Eduardo Zaplana–, que a un proyecto de ajustar la reforma a la Constitución. Lo cual es especialmente grave en estos momentos, ante reuniones clave como la que hoy mismo se celebrará en

Barcelona entre el PSOE, sus aliados y CiU. Desde hace varias semanas, la ciudadanía se pregunta abiertamente si los dirigentes socialistas son fiables y si serán capaces de defender la organización territorial de España pactada en 1978 o, por el contrario, si promoverá una reforma encubierta de la Constitución para pagar a los nacionalistas su apoyo actual, prorrogarlo durante los próximos años y garantizarse una mayoría de poder.

No son pocos en el PSOE los que piensan que la Transición ha muerto, que es necesario darle la vuelta a la Constitución y sentar las bases de un Gobierno duradero de izquierda con presencia nacionalista, para lo cual es imprescindible abrir el camino cediendo en el Estatut catalán.

Son estos mismos los que han rechazado reiteradamente la mano del pacto tendida por el PP. De ahí que la mayoría de los españoles albergue fundadas dudas sobre la capacidad de la actual dirigencia del PSOE para mantener cohesionada España, para garantizar su igualdad, para sostener su solidaridad interna y para no poner en peligro la convivencia.