ZAPATERO, AL RITMO QUE TOCA LA BANDA

 

La detención de dos etarras armados pone en duda que la «verificación» del Gobierno sea real

 

  Editorial de   “La Razón” del 02.06.06

 

 Por su interés y relevancia he seleccionado el editorial que sigue para incluirlo en este sitio web.

 

La causa de que Rodríguez Zapatero anunciara en el Congreso su proyecto de negociar con ETA sin que ésta depusiera las armas ni renunciara a la violencia se llama chantaje. Según desvela hoy LA RAZÓN, el entramado de la banda lanzó días atrás un ultimátum al presidente del Gobierno. Por esta misma razón, el líder socialista vasco Patxi López irrumpió en la programación de la radio ofi cial vasca para anunciar su deseo de negociar próximamente con Batasuna. ETA transmitió a Zapatero y López el mensaje inequívoco de que si no había un pronunciamiento público anunciando ya negociaciones con Batasuna, daba por fi niquitado el «proceso de paz».

Públicamente, al menos tres dirigentes batasunos (Permacha, Barrena y Joseba Álvarez) amenazaron con el «colapso» e, implícitamente, con el fin del alto el fuego.

Saber qué motivó el giro radical dado por Zapatero en el Congreso sobre la cuestión terrorista no es ningún consuelo. Al contrario, convierte en certeza irrefutable que es ETA quien está al mando, la que marca los tiempos e impone los ritmos de la negociación. Y que el presidente del Gobierno está dispuesto a seguirle el juego. Incluso engañando al líder de la oposición; hasta el extremo de decir hoy una cosa y mañana la contraria; hasta el punto, en fin, de ignorar a las víctimas y presionar indecentemente al juez Grande-Marlaska.

Lo sucedido en las últimas 48 horas es tan elocuente que no admite matizaciones ni paños calientes, como los que ayer tratró de poner Zapatero a sus propias palabras, culpando a los periodistas de haberle malinterpretado. Que haya engañado reiteradamente al líder de la oposición no le autoriza a ser igual de optimista con la Prensa y la opinión pública. Porque no se trata de un desliz verbal o que su equipo le haya pasado mercancía averiada, como el acuerdo con Senegal para repatriar inmigrantes (el desmentido del país africano exigiría algo más que cinco minutos de

sonrojo). Se trata de una cesión ante ETA, sin paliativos y llevándose por delante el acuerdo con el PP. En las últimas 48 hotras, el presidente del Gobierno ha ofrecido su imagen peor, la del gobernante que actúa al buen tun-tún, la del político insolvente, la del interlocutor brumoso del que no te puedes fiar, la del parlamentario que disfraza los engaños con toneladas de palabras vacuas. Hace meses, Mariano Rajoy le concedió el crédito de diez millones de españoles para terminar con ETA, pero en apenas tres días lo ha dilapidado para satisfacer a la banda terrorista. En palabras

del propio líder de la oposición, «ha liquidado, ha triturado y ha tirado por la ventana » el pacto por las libertades y contra el terrorismo. Los más optimistas esperaron ayer en vano que Zapatero, ante el desconcierto de la ciudadanía y la profunda irritación de Rajoy (propia de quien se ha sentido burlado), rectificara y devolviera las aguas a su cauce. Sobre todo cuando la policía francesa detuvo armado al etarra responsable del «impuesto revolucionario », hecho muy grave que pone en duda la autenticidad de los informes del Gobierno «verifi cando» el cese de actividades

etarras. Pero, ¿cómo confi ar en unos informes ministeriales si es el presidente quien no duda en incurrir más de una vez en el engaño?