LA ALTERNATIVA DE RAJOY

 

El líder del PP muestra los perfiles de un proyecto que está más cerca de ser Gobierno

 

  Editorial de   “La Razón” del 26.11.06

 

 Por su interés y relevancia he seleccionado el editorial que sigue para incluirlo en este sitio web. 

 

Mientras las encuestas confi rman que el PP ha levantado el vuelo, el máximo dirigente del partido, Mariano Rajoy, se esfuerza por ofrecer sus alternativas en una carrera de fondo que puede estar cerca ya del esprint electoral. Las jornadas sobre inmigración y seguridad, ya celebradas,

o la que presidirá el próximo fin de semana, sobre el modelo territorial de España y la Constitución, condicionan la vida política por su conexión con las inquietudes reales de los ciudadanos y por la capacidad para suscitar debates que incomodan más al Gobierno que la capacidad crítica (que es notoria) de los principales dirigentes populares. Por otra parte, Rajoy ha conseguido abundar en muchas de las contradicciones del Gobierno sin dejar de tender la mano, sin dejar de ofrecer a Rodríguez Zapatero y, lo que es más importante, a los ciudadanos, soluciones a los grandes

retos del país. El denominado «proceso de paz» es un ejemplo del notable ejercicio de responsabilidad política que lleva a cabo cada día Rajoy, lo que no es un aval menor para sus aspiraciones de gobernar España. Pese a la hostilidad manifi esta del PSOE, pese a los desprecios del Gobierno, pese a los pactos del mismo Ejecutivo con fuerzas minoritarias que implican en muchos casos un intento de aislamiento del PP; pese a todo ello, Rajoy se muestra dispuesto a reunirse con Zapatero para reconstruir el consenso del Pacto Antiterrorista y ofrecer al presidente del Gobierno un

cierto cobijo si la frágil situación del «proceso» acaba por desmoronarse. Lo fácil para Rajoy hubiera sido regodearse en los silencios del presidente tras anunciar «consecuencias» por el robo de las pistolas si se demostraba, como así ha sido, que la autoría correspondía a ETA.

Lo difícil, pero más práctico sin duda, es acompañar a las víctimas, apoyar a los jueces y tender la mano al Gobierno si rectifi ca. En la primera parte de la extensa entrevista que hoy publica LA RAZÓN, Rajoy desmenuza con rigor los fallos estratégicos del equipo de Zapatero al afrontar la negociación para el fi nal de la violencia. Las concesiones políticas a Batasuna, el grado de sectarismo de los nuevos dirigentes socialistas vascos, el abandono de los consensos básicos y la proyección de una política de improvisación, a corto plazo, son algunos de los reproches que Rajoy hace a sus oponentes; pero esas críticas contienen también ofrecimientos y propuestas que prolongan el discurso del Partido Popular y dan cuenta de que por primera vez tras el 14-M, el partido y su presidente creen y confían en sus propias posibilidades.

Que todo esto coincida con el momento más bajo del Gobierno no debe ser una mera coincidencia. El PP de Mariano Rajoy ha superado el aislamiento al que intentó someterle el PSOE tras su victoria electoral y se erige en una alternativa muy cierta de Gobierno sin que haya en

el programa de Rajoy el más leve atisbo de revanchismo; ninguna sombra vengativa,  con la mirada puesta en el bien común y en todos los sectores sociales.