EL PP DEBE INTENSIFICAR SU LABOR DE OPOSICIÓN FRENTE AL DEBATE INTERNO

 

 Editorial de   “La Razón” del 29.04.08

Por su interés y relevancia he seleccionado el editorial que sigue para incluirlo en este sitio web.

Con un breve comentario al final:

¿QUÉ COSAS?

Luis Bouza-Brey, 29-4-08 (12:00 hs.)

                                                                              

A pesar de los pocos días transcurridos, la gestión del Gobierno de Rodríguez Zapatero ha presentado ya importantes lagunas y notorios reveses. La crisis económica, con novedades a cual más negativa casi a diario, gestiones tan poco modélicas como la del escándalo del aceite de girasol, el colapso de la Justicia y los tejemanejes en torno a un Pacto de Estado que parece estar condicionado a la renovación del CGPJ y el Tribunal Constitucional, la errática política socialista en el País Vasco, con salidas de tono poco favorecedoras de un entendimiento con el PP, la polémica del agua y los agravios con los trasvases han sido y son un catálogo de asuntos con el suficiente peso y alcance como para que el principal partido de la oposición hubiera sido mucho más estricto y exigente con los responsables de los desatinos. Perdidos en los dilemas internos y las tensiones de partido, el PP ha olvidado su principal misión, que es precisamente la que más de diez millones de votantes le encomendaron el 9-M: ejercer la oposición y el control al Gobierno. Toca ya dejar la apatía política para fiscalizar las actuaciones de un Ejecutivo, que, de momento, transita tranquilo pese a los problemas del país. Rajoy nombrará hoy su «Gobierno en la sombra» en el Congreso de los Diputados. Cabe esperar que el acto suponga un punto de inflexión y que el PP tenga claro el orden de prioridades.


Breve comentario final:

¿QUÉ COSAS?

Luis Bouza-Brey, 29-4-08 (12:00 hs.)

Ayer, Rodríguez Zapatero finalizó su entrevista televisiva afirmando que tenía que corregir errores de la legislatura anterior. Concretamente, dijo que tenía que corregir “cosas”.

Como vengo afirmando hace tiempo, esta legislatura será constituyente o agónica: me falta información que seguro que alguien además del TC posee, pero las sentencias sobre el Estatuto de Cataluña y demás Estatutos que modifican ilegalmente el modelo de Estado tendrán que salir pronto, y van a darle la puntilla al Estado o a desautorizar a los Parlamentos autonómicos, con lo cual se abrirá una crisis que afectará a  los fundamentos  del Estado y la democracia española. Así que habrá que ver qué hace el Gobierno y qué hace el PP: ante la futura crisis de Estado, ¿qué se pacta, abrir camino a la confederación cantonalista, la bilateralidad, la usurpación de competencias al Estado, las políticas lingüísticas antidemocráticas, la exclusión étnico-cultural derivada del proceso de “construcción nacional”, la legitimación del terrorismo, la aceptación del nacionalismo antidemocrático, la insolidaridad fiscal, la desigualdad entre los españoles, los privilegios de unos territorios sobre otros?, ¿o se pacta volver a empezar para resolver todo este lío, a partir de principios democráticos claros y políticas de consenso articuladas por un pacto global de Estado, al menos entre el PSOE y el PP que cierre el modelo territorial, acabe con el terrorismo y ponga al caciquismo y el cantonalismo en su sitio?

Esa es la pregunta: ¿qué quieren hacer ZP-PSOE y Rajoy-PP? ¿dejarse ir por la pendiente de la anterior legislatura, o iniciar un rumbo hacia arriba de una vez? ¿El pacto del Gobierno con el PP es un pacto limitado a detalles o es global? ¿el PP ya se ha rendido, traicionando a sus electores, o sigue defendiendo los que eran sus principios?

 

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RAJOY: “NO NOS CANSAREMOS DE COMBATIR POR NUESTROS PRINCIPIOS”

“NO NOS RENDIREMOS JAMAS”

 

¿Qué cosas quiere corregir ZP: evitar un nuevo pacto del Tinell ahora que ya no lo necesita, o cambiar de verdad el rumbo hacia el caos derivado de ese pacto?

Uno no sabe la respuesta, pero el país se juega la democracia en ella: no sólo porque la continuación del rumbo anterior la hunde, sino también porque una traición del PP significará el triunfo póstumo de los independentistas y la pérdida de confianza definitiva del pueblo español en los dos grandes partidos, PSOE y PP.