LEER ENTRE LÍNEAS

 Editorial de  “La Razón” del 16/01/2005

Por su interés y relevancia, he seleccionado el editorial que sigue para incluirlo en este sitio web. (L. B.-B.)

 

La carta abierta de Batasuna al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, contiene los suficientes elementos de confusión como para que sea preciso retomar el viejo ejercicio de «leer entre líneas», más propio de tiempos de dictadura y falta de libertad de expresión. Es evidente que el redactor de la misiva, aunque lleva la firma de Arnaldo Otegui, ha tenido un cuidado exquisito en no vincular la supuesta oferta de diálogo con la premisa, a nuestro juicio imprescindible, del cese de la violencia y la entrega de las armas por parte de la banda. Es más, se pretende que el Gobierno legítimo de España se avenga a una negociación en paralelo con ETA, en la que los terroristas y asesinos de un un millar de personas tratan de ponerse en pie de igualdad con los servidores del Estado que han dado, en demasiados casos, su vida en defensa de la libertad y en la lucha contra la lacra del terror. No hay otra traducción posible a la expresión «desmilitarización multilateral del conflicto» y ya tenemos suficiente experiencia para dejarnos confundir por la semántica.
   Cada uno en su estilo, tanto Zapatero como el presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy, han dado la única respuesta posible: la condena expresa de la violencia y fin del terrorismo, como condición previa a una propuesta de diálogo que, no lo olvidemos, procede de un grupo ilegalizado por la Justicia por sus vinculaciones demostradas con la banda etarra.
   El resto de la oferta no es más que reconocer las generales de la ley. Es evidente que no se puede plantear un escenario independentista para la solución del conflicto porque ése es, precisamente, el origen y la causa del terrorismo vasco. Tampoco se puede pretender una solución unilateral nacionalista porque es, sencillamente, anticonstitucional. Por lo demás, Otegui, o quien haya redactado el escrito, reincide en el mismo desafuero que el PNV al reclamar un derecho soberano exclusivo y excluyente, cuando la soberanía nacional reside en el conjunto del pueblo español, tal y como establece nuestra Carta Magna.
   Al final de la larga misiva y de las medias palabras, sólo se puede llegar a una conclusión: Batasuna necesita regresar a la situación anterior a su ilegalización para poder presentarse a las próximas elecciones autonómicas vascas, pero, claro está, sin tener que romper públicamente con ETA.
   Hay que concluir, pues, que la política seguida hasta ahora por los dos grandes partidos nacionales, firmantes del Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo, está dando los resultados apetecidos. Conviene perseverar.