EL EJECUTIVO HA INICIADO CONTACTOS CON EL MUNDO DE ETA TRAS HABER RECIBIDO DOS CARTAS DE LA BANDA

 

 Informe de   “La Razón” del 21/01/2005

 

Por su interés y relevancia, he seleccionado el informe que sigue para incluirlo en este sitio web. (L. B.-B.)

 

Los terroristas se han marcado como objetivos de las conversaciones la legalización de Batasuna y un «gesto» generoso con los presos Los etarras piden en las misivas enviadas a Moncloa el comienzo de un nuevo proceso de negociaciones

 

El Gobierno de la Nación mantiene contactos exploratorios con el mundo de ETA desde antes del verano para sondear las posibilidades de que la banda criminal renuncie a las actividades terroristas. El presidente del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, habría designado a un hombre de su absoluta confianza para coordinar estas conversaciones, que se realizan con el máximo secreto hasta el punto de que muy pocos miembros del Ejecutivo y del PSOE las conocen. Los objetivos tácticos que los pistoleros se han marcado para las conversaciones se centran en la legalización de Batasuna, con el fin de que se pueda presentar a las elecciones vascas de este año, y que se realice un gesto con los presos de la banda.

 

J. M. Zuloaga / I. G. De Molina
Madrid- Desde antes del verano, el Ejecutivo central y la banda criminal ETA y su mundo, mantienen contactos para sondear la posibilidad de un cese del terrorismo. Estas conversaciones coinciden en el tiempo con las mantenidas por líderes de los socialistas vascos, como su presidente Jesús Eguiguren, según fuentes gubernamentales consultadas por LA RAZÓN.
   Rodríguez Zapatero, que se ha marcado como objetivo prioritario acabar con el terrorismo en España, ha nombrado a uno de sus más estrechos colaboradores para llevar las riendas de los contactos, cuyos preliminares se remontan a mayo del año pasado. Todo lo relativo a este asunto se mantienen en el más absoluto secreto, hasta el punto de que son muy pocos los miembros del Gobierno y del PSOE los que están al tanto de lo que ocurre.
   Desde que Rodríguez Zapatero tomara posesión, en el Palacio de la Moncloa se han recibido dos cartas de ETA en las que se pedía abrir un proceso negociador. Las palabras del presidente del Gobierno, en la entrevista que concedió anteayer a TVE, en las que se mostraba a un diálogo con la banda si cesaba la violencia, han sido interpretadas, en medios antiterroristas consultados por este periódico, como la respuesta «formal» del Ejecutivo a estas dos cartas.
   
   
Tregua «permanente». Rodríguez Zapatero exigió a ETA el cese de las actividades terroristas, no la entrega de las armas o la rendición, con lo que, con un alto el fuego «permanente» anunciado por los pistoleros, se podrían formalizar las conversaciones. El jefe del Ejecutivo reivindicó el derecho a intentar por esta vía, la de la negociación, el fin del terrorismo etarra, como hicieron sus predecesores en el cargo, Felipe González y José María Aznar.
   En ambas ocasiones, en especial la protagonizada en Argel en 1989 por los socialistas (ya que la del Gobierno del PP se limitó a una sola reunión exploratoria), concluyeron con un rotundo fracaso y con el recrudecimiento de los atentados por parte de ETA.
   Los objetivos tácticos que se han marcado los terroristas para estas conversaciones son dos: la legalización de su brazo político, Batasuna, para que se pueda presentar a las elecciones vascas y un gesto con los presos, que podría referirse a una suavización de la política de dispersión y a la excarcelación de los que reclusos que ya tengan cumplidas las tres cuartas partes de la condena. Para la banda, resulta fundamental que este posible proceso negociador esté apoyado por el colectivo de presos.
   El Gobierno estudia alguna fórmula que haga posible una interpretación flexible de la Ley de Partidos Políticos, que permita que HB se presente a los comicios sin necesidad de que realice una renuncia expresa a la violencia, aunque, por supuesto, la condene.
   Este nuevo proceso de contactos entre el Gobierno y ETA se produce además en un contexto político «muy interesante», según las fuentes consultadas. La posible presentación del brazo político de ETA a las elecciones vascas arrebataría, con toda seguridad, la mayoría absoluta al PNV. En ese escenario, los socialistas vascos podría obtener un buen resultado, dada la importancia que en esta comunidad autónoma se le dan a las gestiones que se puedan realizar para «alcanzar la paz».
   
   
Fuera de juego. Los movimientos tácticos realizados por ETA y su entramado han dejado completamente descolocados a los nacionalistas y el «plan Ibarreche» está «desaparecido en combate» antes incluso de que comience a debatirse en el Congreso de los Diputados. La petición, casi una súplica, del lendakari para entrevistarse con Rodríguez Zapatero y Rajoy es ilustrativa de lo que ocurre en el seno del PNV y en Ajuria Enera.
   Como ha ocurrido en otros procesos negociadores, la banda puede cometer atentados –el cabecilla «batasuno» Arnaldo Otegui lo dio a entender el pasado miércoles– de gran resonancia para ir a la mesa de contactos en una posición de fuerza. Fue la acción criminal contra el cuartel de la Guardia Civil de Zaragoza, el día 11 de diciembre de 1987, con once personas asesinadas, cinco de ellas niños, la que abrió el camino para las negociaciones que después se formalizaron en Argel, un año después.