EL PSOE CIERRA LA PUERTA A LAS REFORMAS DEL ARTÍCULO 2 Y EL TÍTULO VIII DE LA CONSTITUCIÓN

 

 Noticia por E. L. Palomera en  “La Razón” del 25/01/2005

 

Por su interés y relevancia, he seleccionado la noticia que sigue para incluirla en este sitio web. (L. B.-B.)

 

Blanco advierte al PP que la búsqueda del consenso para los Estatutos no admitirá vetos previos

Conferencia en el club Siglo XXI. El PSOE quiere que el debate territorial se desarrolle con serenidad. Este es el momento para dejar las cosas claras y en ello se empeña su secretario de Organización, José Blanco, que anoche habló de las reformas constitucional y estatutarias para fijar los límites. ¿Mensajes? Uno, el modelo de estado no está sometido a revisión, sólo su funcionamiento. Dos, el Gobierno no apoyará reformas sobre el artículo 2 («indisoluble unidad de la nación española) ni el Título VIII («organización territorial»). Y tres, la búsqueda del consenso con el PP no aceptará vetos previos.


Madrid- «El modelo de organización territorial del Estado español, el que establece el Título VIII de la Constitución, no está sometido a revisión». La frase la pronunció ayer durante el transcurso de una conferencia en el club Siglo XXI el secretario de Organización del PSOE, José Blanco, quien acudió a la cita con el claro propósito de poner límites a las reformas de la Constitución y los los Estatutos de Autonomía. Y es que Blanco se quejó de la frecuencia con que el PP, «no sin cierta insolencia, reclama airadamente que expliquemos nuestra idea de España». De ahí que se esforzara en señalar que no hay necesidad de revisar el modelo constitucional. Lo que se plantea, ahora, no es un problema de diseño del modelo autonómico, sino «problemas concretos de funcionamiento».
   La reforma del Senado, la igualdad entre el hombre y la mujer en la sucesión a la Corona, la denominación oficial de las Comunidades Autónomas y la referencia obligada a la Constitución europea siguen siendo los únicos cuatro aspectos de la Carta Magna susceptibles de modificación para este Gobierno. Fue, si cabe, más explícito al subrayar que «el PSOE no tiene intención de promover ni apoyar otras reformas constitucionales. Por si lo quieren más claro: no nos planteamos reformar el artículo 2 de la Constitución ni tampoco el Título VIII (salvo por la reforma del Senado)».
   
Reforma estatutaria. Hasta aquí las modificaciones sobre la Carta Magna. Pero, también se refirió a las reformas de los Estatutos y lo que denominó «necesidad de algunas Comunidades de «reforzar su identidad y su personalidad específica para sentirse más cómodas en el marco común que es España». Siempre, dijo, habrá que atender a dos criterios previos: el consenso como método de trabajo y la Constitución como marco. Justificó así ante los suyos el acuerdo con el PP para crear una comisión que estudie las reformas: «No hay ninguna razón para que renunciemos a ese nivel de consenso. Ni ninguna ventaja en excluir a ninguna fuerza política del diseño del marco de la convivencia y de las reglas del juego». Pero, también, lanzó una clara advertencia a los populares: «La búsqueda de consenso no incluye la aceptación de de vetos previos».
   Por tanto, concluyó, «no existe amenaza para la unidad de España ni nadie la cuestiona, salvo un caso singular», el llamado Plan Ibarreche. Al lendakari, precisamente, se refirió para marcarle el único camino que, en su opinión, le quedará después de la votación en el Congreso, el próximo día 1, «negociar un nuevo Estatuto». Además, una advertencia: el destino del plan no se juega en las próximas elecciones porque sea cual sea el resultado, será rechazado tantas veces como se presente en sus actuales términos.
   
Asistentes. La Dirección Federal al completo, una amplia representación del mundo de la empresa (con Florentino Pérez y Gerardo Díaz Ferrán a la cabeza), la Judicatura y el Gobierno se dieron cita anoche para escuchar por boca de Blanco la propuesta del PSOE. Seis ministros (Cultura, Administraciones Públicas, Justicia, Interior, Sanidad y Medio Ambiente) y el jefe de Gabinete de Zapatero, José Enrique Serrano, estuvieron en representación del Ejecutivo para arroparle. Manuel Chaves, Juan Carlos Rodríguez Ibarra y José María Barreda, entre los presidentes autonómicos. También hubo una nutrida representación del socialismo madrileño (Rafael Simancas, Trinidad Jiménez o Ruth Porta). En fin, el todo Madrid, junto al poder socialista.